Oídos taponados: causas, cómo evitarlo y qué debes hacer y qué no para solucionarlo

Uno de los problemas más comunes de hoy en día es el taponamiento de los oídos. Una desgradable molestia que puede extenderse durante varias horas y días, sin que sea motivo aparente de alarma entre la población.

De hecho, las causas por las que puede producirse el taponamiento son muy variadas, pero lo que es evidente es que se trata de un sentido clave, ya no solo a la hora de escuchar, sino evidentemente también para el equilibrio. Pese a ello, no suele ser el sentido que más cuidamos por lo general.

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El Confidencial

Los taponamientos de los oídos, en realidad, se producen cuando las trompas de Eustaquio, situadas entre el oído medio y la parte posterior de la nariz, se obstruyen. Y, gran parte de las veces, el problema se soluciona con facilidad tras haber bostezado o simplemente con tragar. Pero hay ocasiones en las que tarda un poco más.

Las causas de los oídos taponados

Hay varios motivos que pueden derivar en taponamiento. Uno de ellos es el exceso de cerumen, provocado por el propio organismo del ser humano para tratar de protegerlo del exterior. En caso de que se produzca, esto deberá ser solucionado por un profesional. Otro de los más habituales es que haya agua en su interior por bañarnos en una piscina o simplemente ducharnos. Pese a que con inclinar la cabeza suele ser suficiente para acabar con ello, si persiste puede desembocar en la infección conocida como otitis del nadador.

Otras infecciones pueden provocar igualmente el taponamiento de oídos. Una es la otitis, una inflamación en el interior que suele ir acompañada de malestar general e incluso fiebre, algo por lo que es más que recomendable acudir al médico. También puede darse debido a una infección respiratoria, con la sinusitis o resfriados. En este caso, el remedio para acabar con ello suele ir de la mano de medicamentos.

¿Qué debe hacerse y qué no?

Una de las prácticas más extendidas es la del uso de los bastoncillos... y nunca deben usarse para limpiar el conducto auditivo. Con ello, lo único que se consigue es empujar y compactar el cerumen dentro del oído, haciendo más sencilla la creación de tapones.

En el caso de que se produzca un taponamiento, lo más lógico es que el problema se resuelva pasados unos minutos o alguna hora. Si persiste, y este viene acompañado de malestar y fiebre, lo recomendable es acudir al médico ante una posible infección del oído.