¿Tienes los pies fríos con frecuencia? Posibles causas y señales de alerta

Pasar frío en invierno es inevitable. Los días gélidos se suceden debido a la bajada de temperaturas y eso hace que estemos más destemplados y sintamos más frío de lo habitual. A pesar de que los vasos sanguíneos se encargan de mantener una temperatura agradable en la piel, lo cierto es que extremidades como la nariz, las manos o los pies tienden a enfriarse con más facilidad.

Sin embargo, hay que gente que, sea la estación del año que sea, siente los pies fríos de manera frecuente, y es que esa sensación puede tener otras causas más allá de las meteorológicas. Aunque es algo que suele pasar a las mujeres, lo cierto es que los hombres también pueden sufrir este problema.

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Adrián López

Por lo general, sentir frío en los pies se puede deber a la mala circulación de la sangre. Hay que tener en cuenta que los pies son las extremidades más alejadas del corazón, por lo que la sangre tiene más dificultad para llegar hasta ellos y, en consecuencia, es normal que estén a una temperatura más baja que el resto del cuerpo.

Problemas de salud

Pero ¿es normal tener los pies fríos siempre? La verdad es que carece de importancia si esta molestia se produce de modo puntual. Bien distinto es si se da de forma continuada, porque puede ser un síntoma de un problema de salud (que no suele ser grave) que provoca que no exista un adecuado suministro de sangre tibia que fluya a los pies.

Detrás de este problema puede haber problemas derivados de una neuropatía periférica. Este trastorno es frecuente entre personas con diabetes o con deficiencia de vitaminas, y es que los altos niveles de azúcar en sangre de forma prolongada pueden dañar los nervios periféricos, que son los que envían información del cerebro y la médula espinal al resto del cuerpo. En este caso, darían la señal de tener los pies fríos cuando en realidad están calientes.

Tener los pies fríos de forma continuada puede ser un síntoma de diferentes problemas de salud

La anemia (falta de hierro), enfermedades hepáticas o renales, una sudoración excesiva, problemas metabólicos, el hipotiroidismo, infecciones o exposición a toxinas o la enfermedad de Raynaud también pueden afectar a la regulación de la temperatura del cuerpo. Otra de las causas es padecer una enfermedad arterial periférica en las piernas que estrecha el flujo sanguíneo por la acumulación de placa en las arterias. Suele darse en personas fumadoras con altos niveles de colesterol, hipertensión, alguna cardiopatía o diabetes.