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El cáncer de pulmón tiene estos síntomas característicos que debes vigilar
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El cáncer de pulmón tiene estos síntomas característicos que debes vigilar

Los datos de la Sociedad Española de Oncología Médica son claros: es uno de los más comunes y de los más mortales. Saber cómo pillarlo a tiempo y a qué nos enfrentamos es esencial si queremos ganarle la partida

Foto: El diagnóstico precoz es esencial. (iStock)
El diagnóstico precoz es esencial. (iStock)

El cáncer de pulmón es una enfermedad terrible. ¿Cuándo sabemos que no se trata de un catarro y debemos ir al médico? ¿Cuáles son los factores de riesgo? ¿Cómo se trata? Aquí podrás encontrar la respuesta a todas estas preguntas, respondidas, además, por una de las principales expertas españolas en la materia.

En el mundo, según estimaciones del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC por sus siglas en inglés), en 2020 hubo un total de 2.206.771 millones de diagnósticos de cáncer de pulmón. Además, según detallan desde la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), en 2021 hubo en España un total de 29.549 nuevos casos de esta enfermedad, lo que sitúa a este tipo de cáncer en 4ª posición, por detrás del colorrectal (43.581), el de próstata (33.375) y el de mama (33.375). Además, desde la SEOM explican detalladamente que el cáncer de pulmón es uno de los que más mortalidad tienen, con un total de 22.930 fallecimientos en 2020.

"Es crucial anticiparse a los síntomas gracias a la participación en programas de detección precoz, siempre que sea posible"

Es por esto que, desde El Confidencial, hemos contactado con la doctora Gema García Ledo, directora de la Unidad de Tumores Torácicos y del Sistema Nervioso Central del Centro Integral Oncológico Clara Campal HM. Las preguntas fundamentales que nos hacemos son pocas, pero de extraordinaria relevancia: ¿cuáles son los factores de riesgo? ¿Cuáles son los síntomas? ¿Cómo se diagnostica? ¿Cómo se trata?

Pero vamos por partes.

Factores de riesgo

"El tabaquismo sigue siendo el factor de riesgo fundamental para el desarrollo del cáncer de pulmón, estando directamente relacionado con, al menos, el 80% de los casos de esta enfermedad. Existen otros factores de riesgo, con un impacto más difícil de cuantificar, pero también conocido, como son la exposición al tabaco de forma pasiva o la exposición al radón, que es un gas radiactivo que se produce por desintegración natural del uranio presente en suelos y rocas. Este gas se diluye fácilmente de forma natural al aire libre, pero es peligroso si se concentra a altos niveles en espacios cerrados. Es inoloro, por lo que resulta dificil de detectar. Es por ello muy importante ventilar bien espacios cerrados, especialmente en zonas rocosas", detalla la experta.

En efecto, aparte del tabaco (que las autoridades sanitarias se han encargado de dejar absolutamente claros sus riesgos durante los últimos 50 años), el radón es un problema sobre el que tenemos mucho menos control y, en algunas áreas de España, puede resultar ser un problema mayúsculo que requiere que tomemos medidas para detectarlo y evitar su inhalación.

placeholder Foto: iStock.
Foto: iStock.

Pero la doctora García Ledo continúa: "Otro factor con impacto conocido directo en el desarrollo del cáncer de pulmón es la exposición al asbesto (más comúnmente conocido como amianto), muy utilizado en la construcción hace años. Afortunadamente, el uso del asbesto está limitado por ley desde hace ya varios años". A pesar de eso, sobre todo en casas relativamente antiguas, podemos encontrar este material en multitud de lugares, desde tanques de agua a aislamientos en las paredes. Contratar los servicios de profesionales para retirarlo es prioritario y, sobre todo, jamás hacerlo nosotros mismos.

A pesar de esto, como aclaran desde la afamada Clínica Mayo de Estados Unidos, "también se dan casos de cáncer de pulmón en gente que nunca ha estado expuesta a estos contaminantes, y las causas en estos casos pueden no estar claras". De todos modos, aclaran desde la clínica que "las radioterapias contribuyen a un aumento del riesgo, así como lo hacen los antecedentes familiares de esta enfermedad".

¿Qué tipos de cáncer de pulmón hay?

Cuando hablamos de cáncer de pulmón, es importante tener en cuenta que es englobar muchos tipos diferentes en un mismo saco. Algo así como si te preguntan en qué tipo de coche has venido y a eso contestamos: "En uno con ruedas". Es correcto, pero no.

Existen dos grandes clasificaciones para el cáncer de pulmón: el de células pequeñas y el de células no pequeñas. El primero, padecido de forma prácticamente exclusiva por los fumadores, es el menos común. El segundo, a su vez, engloba multitud de subtipos, entre los que se encuentran, por ejemplo, el carcinoma epidermoide, el adenocarcinoma y el carcinoma de células grandes.

¿Cuáles son los síntomas y cuándo debemos ir al médico?

Según detallan desde la Clínica Mayo, los problemas de salud más comunes asociados a un cáncer pulmonar son:

  • Tos reciente que no desaparece.
  • Tos con sangre (por pequeña que sea la cantidad).
  • Falta de aliento.
  • Dolor torácico.
  • Ronquera.
  • Pérdida de peso inintencionada.
  • Dolor de cabeza.

La doctora Gema García Ledo aclara que "desafortunadamente, al igual que ocurre en otros muchos tipos de cáncer, no hay una sintomatología específica que pueda ayudarnos a diagnosticar a los pacientes de una manera precoz. Muchos de nuestros pacientes son fumadores o exfumadores y presentan habitualmente algunos síntomas tales como tos, sensación de falta de aire... que achacan a su situación habitual y no permiten identificar la presencia de un cáncer".

Y agrega: "Es por ello de crucial importancia el poder anticiparse a los síntomas mediante la participación en programas de detección precoz siempre que sea posible. Desafortunadamente, no hay en estos momentos un programa de detección precoz de cáncer de pulmón implementado a nivel nacional, sino programas individuales en algunos hospitales o instituciones. Es fundamental que estos programas se generalicen para aumentar los diagnósticos en estadios precoces de la enfermedad".

¿Cómo se diagnostica?

En los programas de detección temprana de los que hablaba unas líneas más arriba la doctora, se realizan tomografías computarizadas (más comúnmente llamadas TAC) a las personas que han fumado mucho o que han dejado de fumar en los últimos 15 años. De todos modos, lógicamente, lo primero que se hará será una entrevista con nuestro médico, que, como destaca la doctora, debe incluir información muy clara para facilitar el diagnóstico: "Es fundamental detallar el consumo tabáquico que tiene o ha tenido el paciente, para poder definir su nivel de riesgo, así como cualquier síntoma que identifique un empeoramiento de su estado general basal, como puede ser la pérdida de peso, una mayor tos o la expectoración con sangre".

placeholder Foto: iStock.
Foto: iStock.

Más allá de esa entrevista, se realizan principalmente tres tipos de pruebas diferentes:

  • Para empezar, una radiografía de tórax (de las de toda la vida) puede delatar nódulos o masas grandes, mientras que el TAC que mencionamos más arriba es extraordinariamente detallado y puede mostrar crecimientos pequeños.
  • Citología del esputo. Se trata de un análisis químico del moco que liberamos al toser. Bajo un microscopio, en un laboratorio, se puede ver la presencia de células de tumores pulmonares cancerosos.
  • Biopsia. Se trata de la prueba más fiable, así como la más invasiva. Consiste en la extracción de tejido sospechoso para ser analizado en el laboratorio. Existen varios procedimientos que se pueden realizar y que dependerán principalmente del tipo de masa (y su localización).

En el caso de que se llegue a confirmar la presencia de células tumorales, entraremos en la segunda parte del proceso, en la que se tratará de averiguar si el tumor se ha extendido a otros tejidos (metástasis). Para averiguarlo se nos realizarán multitud de pruebas, desde análisis de sangre a TAC de cuerpo completo.

¿Cómo se trata el cáncer de pulmón?

Como explicábamos al inicio, se trata de uno de los tipos de cáncer más peligrosos que hay, con una mortalidad muy alta. A pesar de eso, multitud de terapias se han desarrollado a lo largo de las últimas décadas, en particular desde el año 2000. Las probabilidades de éxito, como ocurre con el resto de los cánceres, dependen directamente de cómo de precoz ha sido el diagnóstico y el estadio (nivel de avance) en el que se encuentre la enfermedad.

  • Los tratamientos principales empezarán, en gran parte de los casos, por la extirpación quirúrgica del tejido canceroso. Dependiendo de la localización del tumor en nuestros pulmones, nos extraerán una parte del órgano. Cuanto más extendido, mayor será la cantidad de tejido sano que se elimine junto al tumor (aunque esto también dependerá de la localización. Cuanto más en el borde del pulmón se encuentre, mejor). En el mejor de los casos nos harán lo que se conoce como una resección en cuña. Los niveles posteriores son la resección segmentaria, que, como se indica desde la Clínica Mayo, consiste en la eliminación de una parte de un lóbulo, la lobectomía, que elimina un lóbulo completo, y en los más grandes (y peor situados), se puede llegar a realizar una neumonectomía, que es la eliminación de la totalidad del pulmón afectado.
  • La segunda terapia (aunque a veces se realiza antes de la cirugía) es la radioterapia. Consiste en el bombardeo con partículas y energía radiactiva, como protones o rayos X, de tejido canceroso, lo que provoca la muerte de las células tumorales (y de las sanas, pero estas no se bombardean). Los beneficios de la radioterapia no son solo la lucha contra la enfermedad, sino también el alivio de algunos de los síntomas, como puede ser el dolor.
  • El (pen)último tratamiento clásico contra el cáncer de pulmón es la quimioterapia. Consiste en la administración por vía intravenosa de medicamentos que atacan las células cancerosas e impiden (o dificultan) su reproducción, sobre todo en el caso de las que se reproducen rápidamente, lo que a su vez provoca serios efectos secundarios como puede ser la pérdida del pelo corporal.

Pero, como nos comenta la doctora García Ledo, en las últimas décadas han aparecido nuevas vías para combatir esta enfermedad: "Los principales avances han llegado al cáncer de pulmón gracias al desarrollo de las terapias dirigidas y la inmunoterapia. Las terapias dirigidas comenzaron a estar disponibles ya a primeros de los años 2000. Se trata de fármacos específicamente diseñados para actuar sobre alteraciones específicas de las células tumorales, lo que permite una discriminación mejor entre célula tumoral y sana (evitando muchas toxicidades propias de la quimioterapia) y mayor eficacia", explica.

"Desde que se lanzó al mercado el primer fármaco dirigido -prosigue- ha habido grandes avances, con resultados de supervivencia inimaginables hace tan solo unos años. Por poner un pero, estos fármacos son tan selectivos que se dirigen a alteraciones de las células tumorales que están presentes en porcentajes pequeños de pacientes con cáncer de pulmón, en algunos casos, por ejemplo, en solo el 1%". Dicho de otro modo: son tan particulares y específicos que solo pueden atacar a una cantidad muy pequeña de la infinidad de tipos de cáncer de pulmón.

placeholder La cirugía va de la mano del cáncer de pulmón. (iStock)
La cirugía va de la mano del cáncer de pulmón. (iStock)

"Es por ello que hay que seguir avanzando en esta línea, para poder llegar cada vez a un mayor porcentaje de pacientes", señala la doctora. Y añade: "Afortunadamente, cada vez se descubren nuevas alteraciones de las células tumorales que pueden ser objetivo de nuevos fármacos dirigidos. En estos momentos hay muchos de ellos actualmente en fase de ensayo clínico que seguro vamos a tener disponibles en un futuro muy próximo".

El otro gran avance respecto a los tratamientos ha llegado de la mano de la inmunoterapia, que son fármacos que tienen como fundamento general el conseguir activar a nuestro sistema inmune para que actúe contra las células tumorales. La doctora García Ledo se muestra muy ilusionada por el desarrollo de estos tratamientos: "Desde que disponemos de fármacos de inmunoterapia, su progresión ha sido también imparable y, en pocos años, han pasado a convertirse en una parte esencial en la lucha contra el cáncer de pulmón. Lo bueno en este caso es que es un tipo de tratamiento eficaz para un grupo muy amplio de pacientes".

Foto: De izquierda a derecha, Andrea Pasquier, Mirari Echepare, Karmele Valencia, Luis Montuenga y Álvaro Teijeira. (Cima Universidad de Navarra)

A pesar de eso, y haciendo especial hincapié en el futuro, la doctora apunta que "los fármacos en desarrollo, tanto de inmunoterapia como terapias dirigidas, van a permitir seguir mejorando las expectativas de supervivencia de los pacientes, pero, probablemente, los mayores avances serán posibles gracias a la posibilidad de realizar diagnósticos cada vez más tempranos, por un lado, gracias a los programas de detección precoz y, por otro, por la mejora de técnicas diagnósticas, como la biopsia líquida (test que con una muestra de sangre son capaces de identificar, entre otras cosas, si un paciente tiene un cáncer, desde etapas muy iniciales de la enfermedad o si hay una recaída)". Y apostilla: "La tecnología evoluciona a una velocidad tan rápida que muy pronto vamos a poder utilizar estas herramientas de forma generalizada en nuestro día a día".

A pesar de que los avances médicos aumentan día a día, a pasos agigantados, los diagnósticos de este tipo de enfermedad, así como la cantidad de supervivientes, es esencial tener sentido común y realizar los cambios necesarios en nuestro estilo de vida para reducir al mínimo nuestras probabilidades de padecer cáncer de pulmón. Dicho de otro modo: es hora de dejar de fumar.

El cáncer de pulmón es una enfermedad terrible. ¿Cuándo sabemos que no se trata de un catarro y debemos ir al médico? ¿Cuáles son los factores de riesgo? ¿Cómo se trata? Aquí podrás encontrar la respuesta a todas estas preguntas, respondidas, además, por una de las principales expertas españolas en la materia.

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