Sarna, la enfermedad que creíamos olvidada y que nunca se fue

Los casos de sarna en España han aumentado en los últimos años. A pesar de la creencia generalizada de que es una enfermedad ya superada, diversas investigaciones apuntan a que el diagnóstico de casos sigue siendo habitual y su incidencia ha ido creciendo desde 2014. De hecho, investigadoras del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) estudiaron a fondo esta afección, analizando su incidencia, epidemiología y evolución reciente en España, publicando los resultados en la revista Plos One.

Entre las conclusiones que relatan, destaca la observancia de una posible tendencia creciente de ingresos hospitalarios por sarna desde 2014, tras un descenso continuado que arranca en 1997. Además, señalan que los principales focos de transmisión fueron los entornos sanitarios y sociales.

Desde 2022 se ha detectado un repunte significativo de los casos de escabiosis

La cuestión es que, desde 2022, muchos profesionales de la sanidad han alertado del considerable aumento de sarna o escabiosis, que es como se conoce esta enfermedad entre los facultativos. Los porqués que rodean esta realidad es algo que habrá que investigar.

Siempre ha estado ahí, pero no se veía como posibilidad

Una de las razones por las que la escabiosis, en parte, ha sido ignorada durante décadas es porque, simplemente, no se ha tenido en cuenta como una patología frecuente. "La sarna presentaba una escasa incidencia hace algunos años y solo recientemente está empezando a ser más habitual y, por lo tanto, tenida en cuenta en los diagnósticos", aduce el doctor Gerardo Martín, jefe de Dermatología del Hospital Universitario Sanitas Virgen del Mar, quien además, cree que esta enfermedad ha sido infradiagnosticada porque "las lesiones pruriginosas en la piel que presenta también pueden ser causadas por patologías mucho más frecuentes como la dermatitis atópica, dermatitis de contacto o picaduras de insecto. Justamente se confunden con estas últimas, especialmente la dermatitis atópica, por ser muy común y presentar lesiones de muy diversa morfología".

Ahora bien, a pesar de que no se tenía en consideración, la sarna estaba ahí, registrando su tendencia al alza a lo largo de los años y con brotes más o menos reseñables, en determinadas zonas geográficas. Pero ¿de qué lugares estamos hablando? ¿Qué entornos y colectivos son los más proclives a esta enfermedad? Según el experto, los brotes de sarna suelen iniciarse "entre personas que conviven y comparten mucho tiempo juntas en ambientes cerrados. Los individuos más susceptibles son aquellos con condiciones socioeconómicas precarias o con dificultades para acceder a servicios sanitarios adecuados".

Y añade: "Los colectivos más vulnerables, son personas en condición de hacinamiento, aquellas con bajos recursos o convivientes en refugios o zonas de atención a personal desplazado. Las residencias o centros de cuidado de larga estancia también son ambientes más propicios para la transmisión de la enfermedad. Sin embargo -recalca-, cabe destacar que la escabiosis es una patología con distribución a nivel mundial que afecta a todas las edades, razas y niveles socioeconómicos".

¿Cómo saber que tengo sarna?

Si bien presenta algunas similitudes con otras enfermedades de la piel, también hay una señal que facilita su identificación. Tal y como explica el doctor: "El síntoma principal de la escabiosis es el picor, que suele ser intenso y de predominio nocturno. Además del picor -continúa-, se pueden encontrar lesiones rojas descamadas típicamente en las muñecas, entre los dedos, las axilas y otras partes, como los glúteos y los genitales. En los genitales puede dar lesiones nodulares que son bastante características". Ahora bien, la lesión más clara e indicativa de escabiosis son "los surcos vistos directamente o a través de un dermatoscopio", apostilla.

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Junto al picor intenso y nocturno que aparece justo después de irse a la cama y con los baños o duchas de agua caliente, hay otra característica altamente sospechosa, y es que "otra persona conviviente o contacto estrecho tenga también picor", alerta Martín.

Un diagnóstico temprano acorta el proceso

A pesar de que la curación suele tardar unas pocas semanas después del tratamiento, el desarrollo de la enfermedad "dependerá del tiempo que se tarde en hacerse el diagnóstico", asegura el experto. Y puntualiza: "En algunas personas, el curso va a ser corto con escasas lesiones cuando se diagnostica adecuadamente. Las lesiones iniciales suelen ser visibles tras 2 o 6 semanas después del contagio y suelen aparecer en muñecas, dorso de manos y algunas lesiones típicas en genitales". Ahora bien, si no se hace un diagnóstico temprano, estas lesiones "van a extenderse ocupando grandes áreas del resto de las extremidades y el tronco, e incluso llegando a ocupar gran parte de la piel causando intensa descamación, costras y grietas", advierte.

El intenso picor y el rascado continuo favorecen las heridas y las posibles infecciones

Además, ciertos síntomas pueden persistir algunas semanas como es el picor. Y si se dan reinfestaciones, las lesiones reaparecen rápidamente, en dos o tres días.

El proceso y fin de la enfermedad suelen desarrollarse tal y como ha descrito el doctor; sin embargo, en ocasiones, puede presentar algunas complicaciones y secuelas. En cuanto a las primeras, la mayoría de ellas son infecciones, ya que "debido al picor y al rascado continuo se generan heridas con la descamación. Además, también pueden haber grietas que predisponen la piel a infecciones superficiales. Las más frecuentes son impétigo y celulitis". Las secuelas son más raras. Pero "dependiendo del curso, la severidad y las complicaciones, puede haber algunas como cicatrices por heridas del exceso de rascado o infección de estas".

Tratamiento para el contagiado y su entorno más cercano

Además de la curación del paciente, es fundamental evitar los rebrotes. Para ello, el experto nos recuerda la importancia de tratar a los contactos de la persona contagiada y de "hacer un manejo adecuado de la ropa, ropa de cama y otros elementos que pueden ser contagiosos".

En cualquier caso, la escabiosis se ataja con múltiples medicamentos acaricidas y antiparasitarios, algunos tópicos y otros orales. "Por el aumento de los casos de resistencia a permetrina, uno de los tratamientos tópicos más usados, y debido a la dificultad en el control de los últimos brotes, se está recomendando actualmente optar por tratamientos preferiblemente orales ya que son más eficaces y fácilmente cumplidos por los pacientes", señala el doctor.

Frenar la sarna desde casa y desde las instituciones

Hay dos frentes desde los que se podría hacer frente a la sarna. Por un lado, el experto resume algunas de las medidas preventivas que la ciudadanía puede llevar a cabo. Entre ellas, "evitar el contacto con las personas afectadas, lavar la ropa de cama, la ropa de vestir con agua caliente, evitar compartir objetos personales como toallas o peines, consultar al médico si hay sospecha o síntomas compatibles con escabiosis y seguir correctamente el tratamiento indicado tanto para uno mismo como para los contactos cercanos".

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Por otro lado, el facultativo reconoce la necesidad de "mejorar la comunicación entre los distintos profesionales que atendemos estos casos". Y es que, en su opinión, aunque hay mejor información de todos los agentes involucrados en el tratamiento de los pacientes y se puede hacer un diagnóstico más temprano, "todavía hace falta más formación y difusión de información de la población general y de los profesionales sanitarios. En cuanto a los organismos de salud pública, se debería hacer mayores esfuerzos y dar prioridad al adecuado seguimiento y rastreo de casos y contactos para evitar más contagios".