Estos son los beneficios de la cirugía en pacientes con epilepsia

La epilepsia, aunque se denomina en singular, engloba diferentes enfermedades de origen neurológico provocadas por el exceso de actividad eléctrica de las neuronas. Forma parte de las enfermedades consideradas crónicas por ser una alteración cerebral que afecta al sistema nervioso y que puede deberse a una lesión en el cerebro, a factores genéticos u otras causas. Es la patología neuronal más frecuente después de las cefaleas y, aunque su incidencia es mucho menor, puede aparecer en dos de cada 100 personas. Afecta tanto a hombres como a mujeres y se manifiesta a cualquier edad.

Las crisis epilépticas surgen de forma intermitente con convulsiones que pueden durar de segundos a unos minutos. Dependiendo de la intensidad y la frecuencia afectan en mayor o menor medida a la vida del paciente. La mayoría de las personas con epilepsia pueden tener una vida normal si toman la medicación de forma adecuada e intentan evitar las causas que desencadenan su crisis. En casos graves puede condicionar la vida tanto del paciente como de su familia, sobre todo cuando estas crisis no se pueden controlar con medicación.

Cirugía de epilepsia

Cuando un paciente sufre epilepsia, el primer tratamiento que se le suministra son los fármacos antiepilépticos. Sin embargo, un tercio de los pacientes continúa sufriendo crisis a pesar del tratamiento. Es en estos casos cuando cabe contemplar otros tratamientos como la cirugía. No obstante, esta no siempre será aplicable y dependerá, entre otras cosas, del tipo de epilepsia que padezca el paciente.

Podemos distinguir dos tipos de crisis epilépticas dependiendo de la zona del cerebro afectada: las generalizadas, que afectan a toda la superficie del cerebro, y las parciales o focales, en las que la descarga comienza en una zona concreta y se puede extender al resto de la corteza cerebral con diferentes consecuencias. Las epilepsia con crisis parciales es más frecuente y es en la que la cirugía es más efectiva y presenta mejores resultados.

De forma general, la cirugía persigue inactivar la zona o zonas donde se originan las crisis, siempre y cuando esta parte del cerebro no controle funciones importantes como la memoria o el habla.

Pruebas diagnósticas

Para evaluar si es aplicable la cirugía y las posibles secuelas que pueda tener para el paciente, es necesario realizar una serie de pruebas diagnósticas que se llevan a cabo en las unidades de epilepsia. Estas están determinadas y ejecutadas por un equipo multidisciplinar que aportará a los neurocirujanos la información necesaria para decidir qué tipo de cirugía han de ejecutar. En el Instituto Clavel de neurocirugía, hemos creado para ello una unidad especializada en cirugía cerebral donde hemos incorporado a cirujanos y neurólogos expertos en epilepsia, además de contar con las tecnologías necesarias para la realización de estas intervenciones.

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En los pacientes en los que está indicada la operación, la cirugía es efectiva y controla las crisis en el 60% de los casos. La mayor parte de los pacientes no presentan secuelas tras la intervención. Es importante, como en cualquier tipo de operación, la comunicación entre médico y paciente para que este conozca en detalle en qué consiste la intervención, resultados esperados y posibles secuelas. En este momento, muchas de las cirugías que realizamos son mínimamente invasivas planificadas con software de última generación y ejecutadas con TAC intraoperatorios y guiadas por robots.

La cirugía de epilepsia supone un cambio radical en la vida del paciente, independientemente de la edad en la que se encuentre. Aun así, lo ideal es realizar la cirugía lo antes posible, no solo porque en los casos menos evolucionados el resultado es mejor, sino porque la curación temprana mejora la calidad de vida tanto del paciente como de los familiares que conviven con él.