Un aminoácido de los vegetales abre la vía a nuevos tratamientos para la depresión
Científicos de la Universidad de Florida han encontrado que la glicina, un aminoácido común presente en legumbres, frutos secos y suplementos, envía señales de desaceleración al cerebro y esto puede contribuir al desarrollo de depresión y ansiedad
La salud mental ha pasado de ser una asignatura olvidada en las agendas de los gobernantes a centrar debates y planes estratégicos. En España, Unidas Podemos ha promovido una ley de salud mental (aunque todavía no ha visto la luz) y, aunque parezca inverosímil, todos los partidos políticos apoyan las iniciativas promovidas para cuidar a las personas en riesgo de suicidio.
Si miramos al otro lado del Atlántico, hace unas semanas el senador demócrata por Pensilvania, John Fetterman, acaparó los titulares de la prensa al anunciar su hospitalización voluntaria para recibir tratamiento por un cuadro de depresión grave, un trastorno que padece desde hacer años. Y la OMS, en su Informe mundial sobre la salud mental: transformar la salud mental para todos, señala ‘los puntos críticos’ y cómo mejorar.
En España hay 2,1 millones de habitantes con algún trastorno depresivo y 230.000 personas tienen depresión grave
Entre los numerosos problemas mentales que existen, la depresión es el más frecuente, que afecta a 300 millones de personas en el mundo. Solo en España, el INE apunta que 2,1 millones de habitantes tienen algún trastorno depresivo y 230.000 personas padecen depresión grave.
La ciencia intenta esclarecer qué mecanismos biológicos hay detrás de este trastorno, una información fundamental para elaborar estrategias preventivas y terapéuticas. El último hallazgo se acaba de publicar en la prestigiosa revista Science y está relacionado con la glicina, un aminoácido muy frecuente que se encuentra de forma natural en vegetales como berenjena, zanahoria, legumbres y frutos secos, pero también se vende como suplemento nutricional.
Señales al cerebro
Un equipo de científicos del Instituto Herbert Wertheim de Innovación y Tecnología Biomédica de la Universidad de Florida ha descubierto que la glicina puede enviar una señal de desaceleración al cerebro, lo que, probablemente, contribuya a la depresión mayor, la ansiedad y otros trastornos del estado de ánimo en algunas personas.
El hallazgo mejora el conocimiento de las causas biológicas de la depresión grave y puede acelerar el desarrollo de nuevos medicamentos de acción más rápida para trastornos del estado de ánimo tan difíciles de tratar, defiende el neurocientífico Kirill Martemyanov, coautor del estudio. “Los medicamentos para la depresión grave son limitados, y la mayoría de ellos tardan semanas antes de actuar, si es que lo hacen. Realmente se necesitan nuevas y mejores opciones”, afirma.
El equipo de este neurocientífico está centrado, desde hace muchos años, en el estudio de la depresión grave. Entre sus objetivos no está el de encontrar una causa y mucho menos una posible ruta de tratamiento para la depresión. Al contrario, para sus investigaciones se han preguntado: ¿cómo reciben y transmiten señales los sensores de las células cerebrales?, ¿cómo cambia la actividad de esas células? Para Kirill Martemyanov, ahí está la clave para comprender la visión, el dolor, la memoria y el comportamiento, entre otras funciones. “Hace quince años descubrimos un ‘compañero de unión’ para las proteínas que nos interesaban y este nos ha llevado al nuevo receptor GPR158”, que es el que ahora se relaciona con la glicina.
Animales resistentes al estrés
En 2018, el equipo de Martemyanov descubrió que el receptor GPR158 estaba involucrado en la depresión inducida por el estrés. En ratones encontraron que los animales que carecían del gen que codifica ese receptor eran sorprendentemente resistentes al estrés crónico.
Eso ofreció una fuerte evidencia de que GPR158 podría ser un objetivo terapéutico. Pero ¿qué envió la señal? En 2021 se produjo un gran avance cuando estos investigadores resolvieron la estructura de GPR158. Lo que vieron les pareció sorprendente: el receptor GPR158 parecía una abrazadera microscópica con un compartimento, algo similar que habían visto en bacterias pero no en células humanas. “Dijimos: 'Vaya, eso es un receptor de aminoácidos'. Solo hay 20, así es que los examinamos y comprobamos que solo uno encaja perfectamente: glicina”.
Eso no fue lo único extraño. La molécula de señalización no era un activador en las células, sino un inhibidor. “Por lo general, los receptores como GPR158 se unen a las proteínas G. Sin embargo, este receptor se unía a una proteína RGS, que es una proteína que tiene el efecto opuesto de la activación”, explica Thibaut Laboute, primer autor del estudio de Science.
Lo realmente emocionante de este descubrimiento es que puede ser importante para la vida de las personas
Los científicos han encontrado que este receptor actúa en presencia de glicina. “Lo que realmente me emociona de este descubrimiento es que puede ser importante para la vida de las personas. Eso es lo que me levanta por la mañana”, asegura Laboute.
La glicina en sí misma se vende como un suplemento nutricional que mejora el estado de ánimo. Es un componente básico de las proteínas y afecta a muchos tipos de células diferentes; en algunas, envía señales de ralentización, mientras que en otros tipos de células envía señales de excitación. Algunos estudios han relacionado la glicina con el crecimiento del cáncer de próstata invasivo.
La salud mental ha pasado de ser una asignatura olvidada en las agendas de los gobernantes a centrar debates y planes estratégicos. En España, Unidas Podemos ha promovido una ley de salud mental (aunque todavía no ha visto la luz) y, aunque parezca inverosímil, todos los partidos políticos apoyan las iniciativas promovidas para cuidar a las personas en riesgo de suicidio.
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