Esta actividad puede ayudarte a manejar el estrés crónico
Sabemos que el estrés, en cantidades elevadas, es perjudicial y puede afectar directamente a nuestro estado de salud, tanto físico como mental
Es difícil no estresarse hoy en día. Nos preocupamos por la salud, el trabajo, los niños, la cesta de la compra, la nómina que no da para todo el mes, la inflación, la crisis, las pandemias, los casos de violencia, las guerras… Todo lo que nos rodea genera un cóctel perfecto para subir nuestros niveles de estrés más allá de los saludables.
El estrés es una respuesta fisiológica y psicológica del cuerpo ante situaciones que se perciben como desafiantes o amenazantes. El cuerpo libera hormonas del estrés como el cortisol y la adrenalina, lo que aumenta la frecuencia cardiaca, la presión arterial y la respiración, preparando al cuerpo para luchar o huir de una situación peligrosa. Esto nos permite responder a los desafíos de la vida diaria. Pero si este estado se mantiene por mucho tiempo, puede provocar dolores de cabeza, problemas gastrointestinales, depresión, ansiedad y trastornos del sueño, entre otros.
Los científicos llevan décadas estudiando el estrés para poder comprenderlo mejor y descubrir maneras de atajarlo, más allá de los fármacos existentes. Hay personas que viven en un estado de estrés permanente, lo que se llama “estado de supervivencia”, con el cortisol siempre elevado, conocido como estrés crónico. Un estudio de la División de Psiquiatría, del Colegio Universitario de Londres, estudió la relación entre el ejercicio y los casos crónicos de estrés y ansiedad.
Menos es más
En este estudio se demostró que el ejercicio físico, incluso en sesiones suaves y cortas, mejora notablemente el estado de salud al regular la respuesta generada por el estrés. La actividad física nos ayuda a liberar endorfinas, unos neurotransmisores que mejoran el estado de ánimo. El movimiento también combate los niveles elevados de cortisol, la hormona del estrés, a la vez que mejora el flujo sanguíneo. Al conseguir esto, se reduce la tensión, se mejora el sueño y ayuda a las personas a ser capaces de abordar el día a día de otra manera.
El yoga, las actividades al aire libre y la meditación funcionan ante el estrés
Participar en ejercicios de intensidad baja a moderada todos los días ayuda mucho más ante el estrés crónico que realizar complejos entrenamientos deportivos. Aquí se aplica la regla de “menos es más”. Es mejor hacer ejercicios suaves como el yoga, que correr una maratón cada día. El objetivo es moverse y beneficiarse de las hormonas que se liberan gracias al movimiento.
También es importante combinar las rutinas de ejercicio moderado con caminar al aire libre, ya que la naturaleza ayuda en los casos de estrés. Meditar un poco cada día también viene bien en estos casos. El objetivo es que el propio cuerpo sea capaz de regular su estrés, sin cronificarse. Los expertos recomiendan adaptar el ejercicio al estado de ánimo. Si te sientes alegre, sal a correr. Si estás de bajón, prueba con algo suave que te ayude a desconectar de los problemas.
Es difícil no estresarse hoy en día. Nos preocupamos por la salud, el trabajo, los niños, la cesta de la compra, la nómina que no da para todo el mes, la inflación, la crisis, las pandemias, los casos de violencia, las guerras… Todo lo que nos rodea genera un cóctel perfecto para subir nuestros niveles de estrés más allá de los saludables.