¿Un paso más cerca de la eterna juventud? La investigación española para rejuvenecer el cerebro

Uno de los grandes sueños de la humanidad es encontrar el secreto de la eterna juventud. Durante siglos, decenas de civilizaciones han buscado revertir el envejecimiento, topándose directamente contra el muro de la realidad. Pero lo que durante milenos ha sido solo una ilusión parece estar cada vez más cerca.

En el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (UAM-CSIC), el grupo del bioquímico Jesús Ávila (Madrid, 76 años) ha conseguido rejuvenecer, mediante reprogramación celular, el cerebro de ratones. El éxito del experimento, que Ávila ha realizado junto a Alberto Rodríguez Matellán y Manuel Serrano, ha sido publicado en Stem Cell Reports.

El objetivo de esta reprogramación cerebral es que sirva en un futuro en humanos para evitar las consecuencias de enfermedades como el alzhéimer.

Una vida dedicada a la investigación contra el alzhéimer

La de Jesús Ávila es una vida vinculada a desentrañar los misterios de la enfermedad neurodegenerativa que actualmente padecen unas 800.000 personas en nuestro país, según la Sociedad Española de Neurología (SEN). Jubilado desde hace tres años, pero vinculado todavía a la institución como profesor ad honorem, explica al CSIC lo que le llevó desde su dedicación casi exclusiva a la investigación del alzhéimer hasta el rejuvenecimiento cerebral: “Nosotros trabajamos sobre la enfermedad de Alzheimer, que es muy complicada. Y nos enfocamos sobre todo, aunque no exclusivamente, en dos aspectos. Por un lado, investigamos un factor de riesgo teóricamente modificable y, por otro, un biomarcador que permite seguir el curso de la enfermedad. Ese factor de riesgo modificable es el envejecimiento”.

El bioquímico se centró en investigar el hipocampo, en el que hay una zona que se llama giro dentado que está vinculada con la memoria episódica (relacionada con momentos biográficos), que es la que se pierde con la enfermedad de Alzheimer. “Pensamos que esa zona es de las primeras afectadas por la enfermedad. Y lo que hemos hecho nosotros ahí es ver si podíamos rejuvenecer el cerebro al mismo tiempo que enlentecíamos la enfermedad de Alzheimer en ratones modificados genéticamente. Lo que hemos visto es que en estos modelos animales sí podemos rejuvenecer las facultades cognitivas”, explica en referencia al experimento que llevó a cabo junto a Matellán y Serrano.

Rejuvenecer las células antes de que mueran

Ávila explica a El Confidencial que han conseguido reprogramar las células para revertir el envejecimiento cerebral, pero que es necesario que las neuronas sigan vivas para evitar las consecuencias de la demencia por alzhéimer: "En el caso de muerte neuronal, algo que ocurre en estadios tardíos de la enfermedad de Alzheimer, no sería posible borrar la demencia, pues no habría neuronas para rejuvenecer. En otros casos habría que analizar cómo está de avanzado el proceso del envejecimiento, pues después del envejecimiento viene la senescencia, un proceso en el que no es posible la reversibilidad".

Por ello, lo importante es “intentar rejuvenecer las neuronas antes de que se llegue a la senescencia o se mueran. Ese sería un primer paso”. Para ello, en la fase previa al alzhéimer, conocida como deterioro cognitivo leve, debería estudiarse más para intentar prevenir el desarrollo posterior del deterioro cognitivo "y, ojalá, intentar revertir lo que sea posible de dicho deterioro".

¿Cuándo llegará a humanos?

El investigador apunta a este periódico que en el estudio en ratones "se ha realizado una manipulación genética, para la expresión de los denominados factores de Yamanaka (YK), que son los factores que retrasan el desarrollo del deterioro cognitivo, en nuestro modelo, asociado al envejecimiento".

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Alimente

Éticamente, “no podemos ni debemos” hacer esas manipulaciones genéticas en humanos. Por ello, sus investigaciones actuales se basan en el desarrollo de compuestos simples que desarrollen el mismo efecto que los YF y que puedan suministrarse de un modo simple a los seres humanos. “En ratón ya tenemos algunos resultados que han sido patentados por el CSIC y que estamos pendientes de publicar”, explica.

En caso de que la investigación siga por la buena senda, los tiempos hasta que puedan realizar este tipo de intervención en personas son inciertos: “En humanos, existe una norma para los tratamientos con fármacos, lo primero es no dañar. Es decir, que el compuesto que se suministre no tenga efectos secundarios dañinos. Para ello, tras los resultados en el modelo de ratón, habría que comenzar los ensayos clínicos. Este proceso es riguroso y costoso y ya no lo hacen los investigadores básicos, sino los clínicos, que tienen una mayor experiencia en estos procesos. De ellos dependerá, en gran parte, cuánto tarde la aplicación en humanos”.