La vitamina que no debe faltar en tu dieta y con la que evitarás el desarrollo del deterioro cognitivo

Los diferentes tipos de memoria (a corto, medio y largo plazo) suelen permanecer inalterables con el paso de los años, a excepción de la memoria inmediata, que es la que más se resiente con el envejecimiento. De igual modo, la capacidad verbal, el vocabulario, la comprensión y las capacidades de manejo se mantienen casi intactos con el paso de los años.

Sin embargo, sí se puede encontrar un cierto enlentecimiento en el procesamiento de todas las áreas cognitivas, sin que ello suponga una disminución de estas. En este sentido, las alteraciones en el pensamiento, en el aprendizaje, el juicio y la toma de decisiones, así como la pérdida de memoria, dificultad para concentrarse, recordar o solucionar problemas es lo que caracteriza los procesos de deterioro cognitivo.

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Frenar este deterioro es uno de los principales objetivos de la comunidad científica. Uma Naidoo, investigadora de la Universidad de Harvard, ha escrito el libro Lo que la comida le hace a tu cerebro, una completa guía que explica los alimentos que se pueden comer y aquellos que se deberían evitar, destacando que lo que comemos está bajo nuestro control.

La vitamina B: tipos y funciones

Asimismo, Naidoo ha destacado la importancia de las vitaminas para mantener el cerebro activo. Y, entre todas ellas, la vitamina B, ya que “son varias y cada una tiene una función”. La vitamina B-1, por ejemplo, ayuda a realizar funciones celulares básicas, por lo que un bajo nivel de esta vitamina puede afectar a nuestra función cognitiva.

La B-12 es “esencial para la formación de glóbulos rojos y el ADN, pero también apoya al sistema nervioso, el desarrollo y la función cerebral”, según la experta. Por su parte, la B-2 nos ayuda a producir energía y descomponer grasas, mientras que la B-3 se encarga de trabajar con enzimas que producen colesterol y grasa que son necesarias para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.

La B-6 se encarga de prevenir enfermedades y disminuye el riesgo de padecer cáncer. La B-7 también se encarga de que la comunicación cerebro-cuerpo sea rápida, la B-5 contribuye a descomponer “ácidos grasos para obtener energía” y la B-9 es conocida como ácido fólico y ayuda “con la función óptima de los neurotransmisores y la salud cerebral. Colabora en la formación del ADN y favorece la desintoxicación celular”.

B.I.G. Y.E.S.S.

Las vitaminas B-12, B-9 y B-1 son las que se relacionan directamente con el funcionamiento del cerebro y pueden encontrarse en muchos alimentos. Con la finalidad de acordarnos de todos ellos, la experta de Harvard ha creado la palabra B.I.G. Y.E.S.S. (“un gran sí”, traducido al castellano).

La “B” hace referencia a la palabra beans, que en español significa judías. En esta letra, Naidoo incluye todas las legumbres. La “I” no se refiere a nada concreto, solo para formar una palabra que sea fácil de recordar, mientras que la “G” equivale a greens (verduras de hoja verde).

La experta de Harvard ha creado la palabra B.I.G. Y.E.S.S. ("un gran sí") para acordarnos de todos los alimentos que contienen vitamina B

Por su parte, la “Y” es el yogur natural, rico en B-2 y B-12. La “E” (eggs) son los huevos, ricos en B-7. La “S” es el salmón, que contiene B-2, B-3, B-6 y B-12 y es muy conocido por ser muy beneficioso para el cerebro. La última “S” son las semillas de girasol, con alto contenido en B-5 y pueden añadirse de forma fácil a una ensalada. Todas ellas, claro está, acompañadas de una dieta sana y equilibrada.