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Cambiar las bebidas azucaradas por café, té o agua se asocia a menos muertes en diabéticos
  1. Bienestar
Estudio de la Universidad de Harvard

Cambiar las bebidas azucaradas por café, té o agua se asocia a menos muertes en diabéticos

La prestigiosa institución académica ha clasificado el efecto que tienen diferentes bebidas de consumo habitual en el riesgo de muerte de las personas con diabetes tipo 2. El trabajo, que se publica en 'BMJ', se basa en datos de más de 15.000 personas

Foto: La Universidad de Harvard ha estudiado el efecto de diferentes bebidas en personas con diabetes tipo 2. (iStock)
La Universidad de Harvard ha estudiado el efecto de diferentes bebidas en personas con diabetes tipo 2. (iStock)

La diabetes es uno de los mayores problemas de salud pública mundial. Más de 537 millones de adultos padecen esta enfermedad, de los que algo más de 501 millones corresponden a diabetes tipo 2, la que está relacionada con nuestro estilo de vida y a la que le tienen declarada la guerra las autoridades sanitarias mundiales. Sin embargo, por ahora, este trastorno metabólico lleva las de ganar, al menos es lo que dejan entrever los datos: entre 2019 y 2021, los afectados han aumentado un 16% (74 millones de personas) y las proyecciones apuntan a que en 2045 habrá más de 783 millones de personas con diabetes (la inmensa mayoría, del tipo 2 o del adulto).

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Aunque la tentación de rendirse es fuerte, los investigadores no apartan la lupa de los detalles con el objetivo de detectar pistas que ayuden a frenar la expansión de la enfermedad. Un equipo de la Universidad de Harvard ha encontrado tasas más bajas de muerte prematura -por enfermedades cardiovasculares y otras causas- entre los adultos con diabetes tipo 2 que sustituyen las bebidas azucaradas por café, té o agua. Para los científicos, este hallazgo muestra el potencial papel de las bebidas saludables para el manejo del riesgo en personas con esta enfermedad metabólica.

El efecto de las bebidas

Es conocida la importancia que tiene la dieta en el control de la diabetes; en cambio, se sabe poco sobre la relación entre la ingesta de tipos específicos de bebidas y la mortalidad y las enfermedades cardiovasculares entre los adultos con diabetes tipo 2.

Para llenar este vacío de conocimiento, los investigadores analizaron los datos de 15.486 adultos (de 61 años de edad media) diagnosticados de diabetes tipo 2 que participaron en los estudios de Salud de Enfermeras (1980-2018) y de Seguimiento de Profesionales de la Salud (1986-2018), en Estados Unidos.

placeholder El estudio se ha desarrollado a partir de datos de personal sanitario. (iStock)
El estudio se ha desarrollado a partir de datos de personal sanitario. (iStock)

El consumo de bebidas se evaluó mediante un cuestionario de alimentos validado y actualizado cada dos o cuatro años, que incluía bebidas endulzadas con azúcar, bebidas edulcoradas (bajas en calorías), zumo de frutas, café, té, leche baja en grasa y entera, y agua corriente.

Durante un seguimiento promedio de 18,5 años, los autores del estudio, que se ha publicado en el Bristish Medical Journal (BMJ), registraron 3.447 casos de enfermedad cardiovascular y 7.638 muertes.

Tomar una bebida azucarada al día se asocia a un 20% más riesgo de morir por cualquier causa, y tomar seis raciones de café se relaciona con un 26% menos riesgo de muerte

Después de tener en cuenta otros factores relacionados con estilo de vida y el historial médico, los científicos confirmaron que los participantes con una ingesta mensual más alta de bebidas azucaradas (más de una al día) tenían un 20% más de riesgo de muerte por cualquier causa en comparación con los participantes que tomaban menos de una de estas bebidas diarias. El riesgo cardiovascular en estas personas es un 25% más alto y el peligro de morir por problemas circulatorios es un 29% superior.

En el extremo opuesto, la elevada ingesta -de hasta 6 raciones diarias- de otras bebidas se asoció con una menor mortalidad por cualquier causa: 26% más baja para el café, 21% para el té, 23% para el agua pura y 12% para la leche baja en grasa. El café y la leche baja en grasa también se relaciona con un 18% y un 12%, respectivamente, de menor riesgo cardiovascular.

Otro hallazgo de este análisis es que cambiar las bebidas azucaradas por las edulcoradas también se vincula con menos mortalidad por cualquier causa, una asociación mucho más consistente cuando las bebidas son café, té o agua.

Observación no es causalidad

A pesar de la solidez de estas asociaciones, los autores -de las Universidades de Xi’an, Wuhan y Toronto, además de Harvard- aclaran que se trata de un estudio observacional, por lo que no se puede hablar de una relación causal, aunque argumentan que el consumo de unas u otras bebidas puede estar relacionado con otros factores de riesgo dietéticos y de estilo de vida en adultos con diabetes.

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Tampoco descartan que hayan podido cometer errores en la medición y clasificación de los datos y que eso pueda haber influido en los resultados. Aun así, "estos resultados ofrecen una evidencia adicional acerca de la importancia de las opciones de bebidas para mantener la salud general entre los adultos con diabetes".

En un editorial que también publica BMJ, la profesora de nutrición y epidemiología de la Universidad de Cambridge Nita Forouhi reconoce que el estudio de Harvard “amplía nuestra comprensión sobre las implicaciones que tienen para la salud los diferentes tipos de bebidas”. Sin embargo, quedan cuestiones pendientes, como el efecto que tiene añadir azúcar al café o al té, o tomar batidos y chocolate caliente. “La elección de la bebida claramente importa”, dice, y “resulta convincente que la población general debería evitar las bebidas azucaradas y elegir café, té, leche baja en grasa y agua porque son más saludables”.

La diabetes es uno de los mayores problemas de salud pública mundial. Más de 537 millones de adultos padecen esta enfermedad, de los que algo más de 501 millones corresponden a diabetes tipo 2, la que está relacionada con nuestro estilo de vida y a la que le tienen declarada la guerra las autoridades sanitarias mundiales. Sin embargo, por ahora, este trastorno metabólico lleva las de ganar, al menos es lo que dejan entrever los datos: entre 2019 y 2021, los afectados han aumentado un 16% (74 millones de personas) y las proyecciones apuntan a que en 2045 habrá más de 783 millones de personas con diabetes (la inmensa mayoría, del tipo 2 o del adulto).

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