Lo que nunca te cuentan sobre la maratón: estos son los efectos de correrla

Una prueba tan exigente como una maratón requiere prestar atención a una serie de condicionantes que cada corredor ha de supervisar antes de calzarse las zapatillas. Y es que, por muy retador que pueda resultar recorrer 42,195 kilometros, no hay que perder de vista que la prueba reina de los runners no es 100% apta para todo del mundo. Según José Antonio Martín Urrialde, profesor de Fisioterapia de la Universidad CEU San Pablo, el perfil de una persona candidata a maratoniana sería el de "alguien realista con sus objetivos, disciplinada en sus conductas, perseverante en sus hábitos y, sobre todo, consciente del riesgo que toma y, por ello, educada en las señales de peligro".

Correr una maratón puede provocar lesiones a nivel tendinoso y articular si no se prepara bien

Pero ¿a qué riesgos se refiere el experto? ¿Qué le puede ocurrir al organismo si le sometemos a una prueba de tal calibre? "Los riesgos están vinculados a tres escenarios: golpe de calor o hipertermia, hiponatremia (concentración demasiado baja de sodio en la sangre) y trastornos cardiovasculares", apunta.

Correr cuida mente, cuerpo y espíritu

Vaya por delante que "la carrera es una actividad aeróbica de indudables beneficios físicos y psicológicos -apunta Martín-. De ahí que esté presente en muchos programas de ejercicio terapéutico con fines preventivos". De hecho, la Organización Mundial de la Salud recomienda su práctica, aconsejando dedicarle entre 150 y 300 minutos a la semana, a una intensidad moderada. Con ello, se consigue obtener importantes beneficios a nivel físico, psicológico y social. Estos son, grosso modo, algunos de los más relevantes, según el profesor Martín Urrialde:

• Mejora los niveles de colesterol y triglicéridos, ejerce una reducción de la presión arterial y previene enfermedades del corazón.
• Desde el ámbito psicológico, mejora la autoestima, al aumentar la secreción de mediadores químicos como las endorfinas, por un lado, y neurotransmisores a nivel cerebral como la dopamina y serotonina.
• Y, por último, vinculado al aspecto social, tenemos la oportunidad de relacionarnos con personas vitales y que comparten un objetivo muy positivo para la vida, el deporte.

Las ventajas mencionadas califican la carrera como uno de los mejores ejercicios para mantener un buen estado de salud biopsicosocial. Ahora bien, "realizado siempre bajo supervisión de profesionales", advierte el experto.

¿Dónde está la 'pega'?

A priori, uno podría pensar: "Si correr es tan bueno para la salud, cuanto más lo haga, mejor". Sin embargo, no es posible establecer esta relación de un modo tan simple y directo. Y es que existen ciertos inconvenientes "derivados de factores individuales como el sobrepeso o una inadecuada progresión del ejercicio", señala Martín. Por esta razón, añade: "Previo a incorporar esta actividad, se hace necesaria una valoración funcional cardiorrespiratoria y músculo esquelética, que permita ajustar correctamente la intensidad de la carrera, su duración y la progresión de la misma. Con estos requisitos, el riesgo es mínimo. Pero sin ellos puede ser una actividad que provoque lesiones a nivel tendinoso y articular".

Una revisión médica previa es clave

Tal es la envergadura de esta prueba que es indispensable conocer las condiciones cardiovasculares y musculoesqueléticas de las que partimos: "Por ello, someterse a una prueba de esfuerzo antes de correr un maratón es obligatorio para descartar riesgos cardiovasculares".

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"Por otra parte -prosigue-, un correcto balance nutricional es un requisito muy importante, pues se precisan grandes reservas energéticas y, por último, una funcionalidad plena del aparato locomotor".

Los días previos a la carrera, es recomendable aumentar el consumo de hidratos de carbono y beber mucha agua

Además, es crucial conocer la existencia de patologías previas, tales como "todas las alteraciones agudas y crónicas del aparato locomotor, enfermedades cardiovasculares y renales, así como estados infecciosos agudos, ya que serían contraindicaciones para participar", remarca el docente.

¿Tu objetivo es llegar a la meta o hacer 'marca'?

Partiendo de que, en general, la preparación de una maratón debería durar entre 12 y 18 semanas, el experto distingue entre los corredores que buscan simplemente terminar o aquellos que persiguen marcar un tiempo en concreto: "Si es nuestro primer maratón y el objetivo es únicamente terminarlo, no es estrictamente necesario seguir ningún plan, aunque la colaboración de entrenadores profesionales ayudará a conseguir la meta".

Por otro lado, "el descanso y la conciliación familiar son también aspectos a reseñar, pues las sesiones de entrenamiento son largas y pueden alterar el ritmo diario y no deben constituir causa de estrés individual", apostilla Martín.

Dietas enfocadas y controladas por expertos

Una preparación completa no puede dejar fuera la alimentación. En este sentido, el experto destaca el papel que juegan los hidratos de carbono por su aporte nutricional. Además, aconseja "beber agua de forma abundante y bebidas que aporten sales minerales, al igual que ingerir frutas y verduras, especialmente durante los días previos a la prueba".

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Ahora bien, "ante cualquier duda, se debe consultar con un nutricionista y evitar seguir dietas no supervisadas", recuerda el profesor.