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Desmontando tópicos de la gota: síntomas y por qué no debes subestimar esta enfermedad
  1. Bienestar
Cristales en las articulaciones

Desmontando tópicos de la gota: síntomas y por qué no debes subestimar esta enfermedad

Pensamos que es la consecuencia de comer mucha carne roja y mariscos, y que afecta a las articulaciones. Pero la realidad es mucho más compleja y las consecuencias más graves. Un equipo de reumatólogos expone las causas y los últimos tratamientos

Foto: El dedo gordo es uno de los puntos donde se manifiesta la gota. (iStock)
El dedo gordo es uno de los puntos donde se manifiesta la gota. (iStock)

La gota es una de esas enfermedades de las que todos hemos oído hablar, conocemos a alguien que la sufre, tenemos la idea de que el buen comer tiene mucho que ver en su aparición y la relacionamos con un dolor agudo o hinchazón en el dedo gordo del pie. Como primera aproximación, puede pasar, pero se queda muy lejos de lo que es realmente esta enfermedad, que afecta al 2,4% de la población (unas 880.000 personas en España tienen gota, apunta el estudio EPISER), unas cifras que "nos colocan por delante de Italia, y nos acercan a Inglaterra y Estados Unidos (aunque no les alcanzamos)", indica el doctor Enrique Calvo, del Servicio de Reumatología del Hospital Infanta Leonor, en Madrid. "Pero los números no paran de crecer debido al sedentarismo y a la cada vez más occidentalizada alimentación", advierte.

El dedo gordo del pie no es más que “el canario de la mina” de la gota, que es “una enfermedad inflamatoria sistémica [afecta a todo el organismo], que se asocia a otros problemas cardiovasculares y renales”, señala el doctor Alejandro Gómez, reumatólogo del Hospital Universitario Vall d'Hebron, de Barcelona.

La gota es de predominio masculino y se manifiesta a partir de los 50 años, después de muchos años de evolución silenciosa

Es un problema con predominio masculino -es poco frecuente en las mujeres porque los estrógenos tienen un papel protector al favorecer la expulsión de ácido úrico por el riñón-, y más frecuente a partir de los 50 años, y no es porque la edad sea el detonante, sino porque es cuando se manifiesta después de muchos años de evolución y mucho ácido úrico acumulado.

¿Por qué aparece la gota?

La formación de cristales de ácido úrico -procedente de la descomposición de las purinas presentes en el organismo, pero también en algunos alimentos- en las articulaciones es la causante de la gota, que se incluye entre las enfermedades reumáticas, a pesar de que "realmente es un problema renal en el 90% de los casos", aclara Calvo. De hecho, "el 25% de los gotosos desarrolla una enfermedad renal crónica, y viceversa, uno de cada cuatro enfermos de riñón tiene gota".

La mitad de quienes sufren gota tienen cifras de ácido úrico normales, y solo una de cada 10 personas con ácido úrico alto tendrá gota

Lo habitual es que se relacione con altos niveles de ácido úrico -más de 6,6 mg/dL- en la sangre (hiperuricemia) con gota, aunque, en realidad, “son dos conceptos diferentes”, matiza Enrique Calvo, como demuestra que “hasta la mitad de quienes sufren ataques de gota tienen cifras de ácido úrico normales, y viceversa, hay pacientes con hiperuricemia que tienen pocos síntomas”. Y un dato relevante: “Solo una de cada 10 personas con el ácido úrico alto sufrirá gota”.

También hay datos de la relación entre riesgo genético y desarrollo de gota a edad más temprana y con más abultamientos en las articulaciones (tofos).

Por esto, el reumatólogo del Hospital Infanta Leonor enfatiza que “tener el ácido úrico normal en una analítica no excluye el diagnóstico de gota”.

Cómo hacer un buen diagnóstico

En los últimos años, han cambiado muchas cosas en el diagnóstico y tratamiento de la gota. El doctor Francisco Aramburu, coordinador el grupo de artropatías cristalinas de la Sociedad Española de Reumatología (SER), resalta el papel de las técnicas de imagen, especialmente de la ecografía, que “puede adelantar el diagnóstico de la gota en algunos pacientes con hiperuricemia; incluso antes de que aparezcan los primeros síntomas”.

placeholder La ecografía es una técnica útil para detectar precozmente el riesgo de gota. (iStock)
La ecografía es una técnica útil para detectar precozmente el riesgo de gota. (iStock)

Cuando ya se ha diagnosticado la enfermedad, recurrir a las técnicas de imagen mejora el tratamiento, ya que “permiten evaluar la carga del cristal y la inflamación asociada”, apunta Aramburu.

Tratamientos: clásicos y modernos

Si tener alto el ácido úrico no es una sentencia para tener gota, es razonable preguntarse si hay que tratarlo. Para Alejandro Gómez, la tendencia es hacia el concepto treat to target, que ya se aplica en otras enfermedades, que persigue la remisión clínica o dejar la enfermedad en un nivel de actividad muy bajo. Para esto, “el objetivo actual es mantener los niveles de ácido úrico por debajo de 6 mg/dL (incluso de 5 en algunos pacientes) y hacer desaparecer los ataques y los tofos”.

Foto: Carne roja, una comida que favorece su nivel en el organismo. (iStock)

Para cortar los ataques de gota y aliviar el dolor y la hinchazón, se utiliza colchicina y antiinflamatorios, pero son fármacos sintomáticos. “Para curar la gota hay que disolver los cristales, y eso requiere meses de tratamiento”, subraya Enrique Calvo.

Los modernos tratamientos apuntan hacia la asociación de inmunomoduladores a pegloticasa para mejorar la tolerancia de este medicamento, pero ya hay otros muchos probándose en los laboratorios de investigación.

Dieta y ejercicio

Los reumatólogos hacen hincapié en que la gota es una enfermedad crónica y, como tal, lleva a tener que tomar medicamentos casi de por vida y, junto a ello, vigilar la dieta y hacer ejercicio físico.

Como pasa en tantas enfermedades, hay muchos falsos tópicos en torno a los alimentos y la gota. Calvo desmiente uno de los más extendidos: "No está demostrado que ni el tomate ni los espárragos desencadenen los ataques. Lo que sí está claro es que son las purinas de origen animal las que los provocan".

Lo que es incuestionable es que durante los ataques hay que ser muy cuidadosos con la dieta. Los alimentos prohibidos durante un episodio de gota son:

  • Vísceras: hígado, mollejas, riñones y sesos.
  • Carne de caza: venado, corzo.
  • Carne roja: ternera, vaca, cerdo y cordero.
  • Pescados y mariscos: pescado azul (sardinillas y arenques).
  • Bebidas azucaradas y con fructosa: no contienen purinas, pero elevan el ácido úrico.
  • Bebidas alcohólicas.
  • Cerveza: con o sin alcohol, porque el lúpulo es abundante en purinas.

Los aliados contra la gota son:

Y un último recado que envían los expertos: la gota es mucho más que una articulación que se inflama y duele ocasionalmente. Ácido úrico alto y gota están relacionados con el síndrome metabólico, de forma que algunos enfermos con gota también tienen obesidad, niveles altos de colesterol y triglicéridos, resistencia a la insulina, hipertensión arterial, etc. "Es por ello que ha de prestarse la misma atención y el mismo respeto a los niveles de ácido úrico en sangre que a los niveles de lípidos o de glucosa", remata Calvo.

La gota es una de esas enfermedades de las que todos hemos oído hablar, conocemos a alguien que la sufre, tenemos la idea de que el buen comer tiene mucho que ver en su aparición y la relacionamos con un dolor agudo o hinchazón en el dedo gordo del pie. Como primera aproximación, puede pasar, pero se queda muy lejos de lo que es realmente esta enfermedad, que afecta al 2,4% de la población (unas 880.000 personas en España tienen gota, apunta el estudio EPISER), unas cifras que "nos colocan por delante de Italia, y nos acercan a Inglaterra y Estados Unidos (aunque no les alcanzamos)", indica el doctor Enrique Calvo, del Servicio de Reumatología del Hospital Infanta Leonor, en Madrid. "Pero los números no paran de crecer debido al sedentarismo y a la cada vez más occidentalizada alimentación", advierte.

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