El 'derecho al olvido' de los supervivientes de cáncer sin derecho a créditos ni hipotecas

Hace 22 años, Begoña Barragán, que ahora tiene 62, recibió una noticia que le cambió la vida: tenía cáncer en las células de su sistema linfático. Sobrevivió y ahora pasa sus días con una agenda llena de eventos. "Soy más activa que muchas mujeres de mi edad", afirma orgullosa. En mayo cumple 20 años en remisión total, lo que quiere decir que para ella el cáncer es hoy, afortunadamente, tan solo un lejano e ingrato recuerdo. No lo es, sin embargo, para muchas empresas que le niegan posibilidades tan básicas como sacarse un seguro de vida. Para ellas, Barragán es tan solo una expaciente de cáncer, un potencial mal negocio.

Esto ha traído consigo escenas verdaderamente desagradables. Recuerda con especial nitidez, por ejemplo, que hace unos años la llamaron para ofrecerle un seguro de vida. Ella se mostró interesada y empezó el papeleo junto con su pareja. Cuando llegó el momento de rellenar el formulario de salud, fue sincera y marcó la casilla que preguntaba si había tenido ciertas enfermedades previas. De inmediato, su solicitud fue rechazada. El motivo no fue otro que el linfoma que había padecido hace dos décadas. "Me da miedo el día que me quiera cambiar de casa y necesite una hipoteca. También me la van a negar", vaticina.

El de Barragán no es, ni mucho menos, un temor infundado. Los pacientes con cáncer, explica, sufren durante toda su vida una doble discriminación. Por un lado, la que viene acompañada de haber tenido que lidiar con una enfermedad que amenaza gravemente su vida. Por otro, sufren las consecuencias de vivir bajo el amparo de unas leyes que no los protegen.

Por eso, cada vez más expacientes de cáncer piden al Gobierno de España lo que se conoce como derecho al olvido oncológico, que garantizaría que, una vez superada la enfermedad, no tengan que pasar el resto de su vida dando explicaciones sobre su estado de salud. Este, además, impediría que su enfermedad superada condicione sus posibilidades a la hora de comprarse una casa con hipoteca o tener acceso a un seguro de vida o una póliza médica. El derecho al olvido implica, en definitiva, que las personas que han superado un cáncer tengan los mismos derechos que cualquiera.

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Barragán es la presidenta del Grupo Español de Pacientes con Cáncer y dedica su vida a que las personas como ella, que sobrevivieron al cáncer, tengan la mejor calidad de vida posible. Sin embargo, sabe de primera mano que esto muchas veces no es fácil. "Necesitamos que el Gobierno promulgue esa ley ahora". Se pregunta cómo es posible que España sea casi el único país de la Unión Europea que no tiene derecho al olvido.

En España sí existe una legislación que impide que esto les suceda a personas que tienen VIH o sida, como recoge la Ley 4/2018: "No se podrá discriminar a las personas que tengan VIH/sida u otras condiciones de salud". Esto no es extensivo, sin embargo, a las personas que han padecido otras enfermedades como el cáncer.

Tipos de interés variables (a peor)

Ana Belén Ramón, de 45 años, explica que en muchas ocasiones, para acceder a algún producto bancario, se requiere un seguro de vida. Y es ahí donde el derecho al olvido se les hace más necesario.

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Ramón, de hecho, ha vivido las dos caras de la moneda: ha sufrido discriminación por haber tenido un cáncer y ha trabajado en un banco durante 15 años. "Cuando trabajaba en la entidad, veía cómo a personas que habían tenido cáncer se les concedían préstamos con tipos de interés más altos. Eso, cuando no se les negaban directamente con cualquier excusa".

Confiesa que se ha sentido discriminada muchas veces en su vida. "Nunca más me dieron un puesto de responsabilidad, en mi empresa se olvidaron de mí después del cáncer".

"Nunca más me dieron un puesto de responsabilidad, en mi empresa se olvidaron de mí después del cáncer"

Según el estudio Más allá de sobrevivir, de la Fundación Josep Carreras, el 83% de los pacientes o expacientes de leucemia de entre 18 y 35 años aseguran que han tenido dificultades al contratar un seguro de vida. El 78% lo ha experimentado con el de decesos.

Por esta razón, recientemente, la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, ha asegurado que el Gobierno hará "todo lo posible" por garantizar en esta legislatura el derecho al olvido oncológico.

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"Nos hemos puesto a trabajar inmediatamente y haremos todo lo posible para que en esta legislatura se produzcan las modificaciones que sean precisas para garantizar el olvido oncológico de los ciudadanos de nuestro país", ha afirmado la vicepresidenta en el Congreso.

Desde su equipo, explican a este periódico que lo que busca el Gobierno es conseguir una normativa que "proporcione la máxima protección y una igualdad de trato a todos los ciudadanos que hayan tenido cáncer u otras enfermedades y no se convierta en un estigma para toda su vida".

Europa obliga a olvidar

Esto sucede después de que la Unión Europea pidiera el año pasado a los países miembros que incorporaran en su legislación el derecho al olvido de las personas con cáncer. El objetivo, señala el texto, es evitar que las aseguradoras y los bancos tengan en cuenta el historial médico de los pacientes a la hora de pedir un préstamo, comprar una casa o contratar un seguro de vida.

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Para dentro de dos años, todos los Estados miembros tendrán que garantizar el derecho al olvido a todos los pacientes europeos “10 años después del final del tratamiento" o “cinco años después para los pacientes cuyo diagnóstico se haya realizado antes de los 18 años”.

Para la presidenta de la Asociación Infantil Oncológica, Teresa González, esto es un tema que no puede esperar. Le preocupa que los niños que ahora están pasando por esta enfermedad tengan que crecer con menos posibilidades que el resto. “Habrá que adaptar las circunstancias a la nueva realidad. Ahora, el cáncer es una enfermedad a la que se sobrevive cada vez más, y las leyes tendrán que asumir esta nueva realidad”.

"Ahora el cáncer es una enfermedad a la que se sobrevive cada vez más"

Yaiza Cumelles, de 30 años, todavía recuerda el día en que, en mitad de su tratamiento oncológico, recibió la llamada de un comercial. Al decirles que se encontraba recibiendo quimio, colgaron.

Hoy, la historia no es muy distinta. "Cada vez que me llama un comercial y le digo que pasé por el cáncer, sigue colgando. Así que no he ido expresamente a buscar un seguro médico o de vida porque ya sé cuál va a ser la respuesta”, asegura Cumelles, que padeció un linfoma inclasificable a los 21 años. Necesitó cinco años para curarse. Si las leyes se empeñan en no recoger el derecho al olvido oncológico, paradójicamente, necesitará mucho más tiempo para convencer a las empresas de que lo logró.