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La española que más sabe sobre las terapias contra el párkinson que están por venir
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Entrevista a Patricia González-Rodríguez

La española que más sabe sobre las terapias contra el párkinson que están por venir

Charlamos con la neurocientífica y fisióloga sobre el futuro de la enfermedad, sus aportaciones a la ciencia, la situación de la investigación en España e, incluso, de su polémica con Carlos Ríos

Foto: La investigadora Patricia González-Rodríguez. (Foto cedida)
La investigadora Patricia González-Rodríguez. (Foto cedida)

Desde muy pequeña, Patricia González-Rodríguez (Cádiz, 1983) sintió una curiosidad innata por el mundo que la rodeaba, tal y como ella misma expresa: “La ciencia es mi verdadera pasión, y creo que estos valores han sido fundamentales para aplicarlos en mi carrera y encontrar el camino para convertirme en la primera científica de mi familia. En definitiva, ha sido mi propia búsqueda de respuestas y mi deseo de descubrir lo desconocido lo que me ha llevado a dedicarme a la ciencia con pasión y entusiasmo”.

La gaditana es neurocientífica y fisióloga, investigadora distinguida EMERGIA e investigadora principal júnior en la Universidad de Sevilla/Instituto de Biomedicina de Sevilla. Y, además de todo ello, probablemente sea la investigadora española que más sabe sobre nuevas opciones terapéuticas en la enfermedad de Parkinson.

Su investigación ha proporcionado una nueva visión fundamental sobre los mecanismos que subyacen en la progresión del párkinson, lo que representa un cambio de paradigma en el abordaje de esta patología neurodegenerativa. Por esta excelente contribución a la ciencia, acaba de ser reconocida con el premio a la investigación en España For Women in Science de L'Oréal-Unesco.

Foto: Foto: iStock.
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Charlamos con la prestigiosa investigadora española sobre su carrera, sus aportaciones a la investigación contra el párkinson, la situación de la investigación en España e, incluso, sobre la polémica que tuvo con el influencer Carlos Ríos.

Pasado, presente y futuro del párkinson

PREGUNTA. ¿Por qué decidiste centrar tu investigación en el párkinson?

RESPUESTA. Mi investigación en párkinson comenzó en mi etapa posdoctoral. Mi tesis no estaba directamente enfocada en párkinson, pero sí en otros factores que también están relacionados con la enfermedad. Entonces, una vez que defendí mi tesis doctoral, me centré más en el papel de las mitocondrias, que históricamente han sido uno de los orígenes del párkinson. Esta enfermedad es multifactorial, no se sabe muy bien por qué pasa, pero la mitocondria siempre ha sido una diana para su estudio.

Como yo tenía mucho conocimiento sobre mitocondria, metabolismo, etc, pues me dediqué a generar una serie de modelos genéticos animales con diferentes disfunciones mitocondriales y uno de ellos dio lugar a un modelo de párkinson que recapitula perfectamente la enfermedad en humanos.

P. ¿Está España a la vanguardia en la investigación contra el párkinson?

R. Podemos decir que España está a la vanguardia de la investigación en párkinson, pero necesita mucho más apoyo y mucha más financiación. Si no llega este apoyo, los científicos tendremos que seguir haciendo esfuerzos extenuantes que provocan que no podamos publicar todos los artículos científicos que deberíamos.

En mi caso, cuando generé este modelo animal de párkinson aquí en Sevilla, me fui a Estados Unidos a un grupo que es top en investigación de la enfermedad a hacer la caracterización. Allí los medios que tienen, sobre todo de financiación y de facilidad para conseguir herramientas, son mucho más rápidos. Aquí es todo muy lento, e incluso hay veces que tenemos unas investigaciones que son muy buenas, pero pueden tardar en publicarse y producir que otros nos adelanten.

placeholder Patricia González-Rodríguez.
Patricia González-Rodríguez.

P. ¿Cuál es el mayor reto al que se enfrenta la investigación contra el párkinson?

R. El mayor reto que tenemos es conocer el origen, la fase moleculares de la enfermedad de Parkinson, por qué se produce... Porque se sabe que es multifactorial: hay unos factores ambientales que pueden afectar, unos factores genéticos en un porcentaje muy bajo… Pero realmente no conocemos lo que pasa. Y en la actualidad, cuando los enfermos son diagnosticados es muy tarde, suele ser en el momento en que ya el 80% de las neuronas dopaminérgicas, que son las afectadas en la enfermedad de Parkinson, están neurodegeneradas; entonces es tan tarde que ya lo único que se puede hacer son tratamientos paliativos para intentar que los síntomas de la enfermedad no progresen tan rápido, pero ahí ya no podemos hacer nada.

Resumiendo: el desafío mayor que tenemos es conocer bien el origen de la enfermedad y que podamos hacer un diagnóstico antes de que lleguemos a un punto de no marcha atrás, que es en el que estamos ahora mismo.

P. ¿Queda mucho para que podamos conocer ese origen?

R. Creo que estamos más cerca, porque cada vez vamos teniendo más modelos animales, más información… Los modelos animales nos van a ayudar mucho a conocer la fase prodrómica, que es en la que no hay síntomas de la enfermedad de Parkinson y, por tanto, no puede diagnosticarse; pero es la que hace que pasemos ya a la segunda fase, que es el párkinson clínico.

Foto: Reconstrucción de neuronas motoras. (iStock)

Ahora hay muchos más grupos de investigación centrados en esa fase prodrómica, en la que no hay síntomas, pero hay señal de enfermedad. Y en esa fase prodrómica se puede intentar buscar biomarcadores y nuevas opciones terapéuticas que nos puedan ayudar a entender la enfermedad y traspasarlo a la práctica clínica.

P. ¿Y estamos más cerca de conseguir alguna terapia que consiga frenar en seco el párkinson?

R. Frenar en seco es complicado porque no hay un enfermo de párkinson igual a otro: hay una parte que es debido a factores genéticos, otra a factores ambientales… Hablar de parar en seco, curar 100% o buscar un tratamiento para mañana lo veo poco realista.

Lo que sí veo realista es que cada vez conocemos más de la enfermedad, cada vez se van haciendo más ensayos clínicos y la investigación básica pasa rápido a la clínica; por ejemplo, un artículo científico que publiqué el año pasado rápidamente pasó a un ensayo clínico en Nueva York. Entonces yo creo que las expectativas son buenas, pero no hablaría de nada como de hoy para mañana. La ciencia básica es así.

P. ¿No te atreverías a dar fechas más concretas?

R. A dar fechas no, pero sí me atrevería a decir que si conseguimos conocer mejor la enfermedad y hacer que se retrase la aparición de los síntomas, esta enfermedad dejará de ser un problema. Porque el párkinson está relacionado claramente con la edad, el diagnóstico está alrededor de los 60-65 años, y si nosotros conseguimos retrasar la aparición de los síntomas 5 o 10 años, independientemente de si podemos curarla al 100% o no, entonces básicamente estamos ya en el borde de la longevidad de la persona, y esta enfermedad dejará de ser un problema como lo es ahora.

Foto: El bioquímico Valter Longo explica cómo funciona el ayuno en los tumores. (Cedida por Penguin Random House)

En cuanto a ralentizar la enfermedad sí hay muchos ensayos clínicos que están en marcha, se están probando diferentes terapias, como la terapia genética, algunas van funcionando… Lo que no se puede decir es “va a desaparecer el párkinson en X años”, porque no sería realista. Pero sí se va avanzando, se va mejorando, los pacientes de párkinson cada vez tienen mejor calidad de vida y, sobre todo, en el momento que consigamos retrasarla estos 5 o 10 años, por ejemplo con uno de los ensayos de terapia génica que hemos comenzado en Nueva York, pues a lo mejor es posible que la aparición de los síntomas en vez de a los 65 sea a los 75, y no notemos la enfermedad.

Burocracia, financiación y maternidad

P. Aunque ya haya sobrevolado la conversación, me gustaría preguntarte directamente: ¿cuáles son los grandes problemas a los que os enfrentáis los investigadores en España?

R. Para un investigador joven que se encuentra en mi situación actual de comenzar tu propio grupo de investigación y arrancar, pues el principal problema es la burocracia y la financiación.

La burocracia nos ralentiza muchísimo. Yo he estado los últimos siete años en Estados Unidos, donde la burocracia ha sido prácticamente cero, y eso te permite pasar el 100% de tu tiempo investigando. En España, depende de las épocas, podemos pasar gran parte del tiempo, casi el 60%, haciendo cuestiones burocráticas.

Por supuesto, también es necesaria más financiación. En España, desde hace unos años están intentando definir mejor la carrera científica, pero todavía queda mucho camino por andar, porque se va modificando, pero sin pensar mucho en el futuro, en lo que se necesita… Entonces es bastante complicado para los que estamos haciendo esta carrera, porque parece una carrera de obstáculos, básicamente.

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Patricia González-Rodríguez.

P. Como mujer investigadora, ¿a qué obstáculos te enfrentas en comparación con tus compañeros?

R. Hasta la etapa en la que estoy, más o menos las mujeres tenemos la misma representación que los hombres. A día de hoy he realizado mi tesis doctoral con las mismas posibilidades, con una beca doctoral del Ministerio, después la etapa posdoctoral también con las mismas opciones y sin problema. Pero a partir de la etapa que he comenzado, en la que tienes que hacer tu grupo, es donde más problemas empezamos a notar, sobre todo en la siguiente escala a la mía: de dirección, de gestión, de organización… Ahí se nota mucho la bajada de la presencia de mujeres claramente. Por ejemplo, en el instituto en el que yo me encuentro, en el área de neurociencia solo tenemos dos mujeres que son jefas de grupo, frente al número total de 25.

P. ¿Y qué medidas crees que se deberían adoptar para eliminar estas barreras que tenéis las investigadoras?

R. El problema es que el momento donde se suele montar un grupo de investigación o acceder a puestos de gestión coincide con la maternidad. Entonces, claro, la ciencia no frena, la ciencia continúa a pesar de todo.

Para que no se produzca esta situación, lo que se debe hacer es ajustar muy bien los sistemas de evaluación. Se está mejorando el ajuste, pero todavía queda mucho por caminar. Porque realmente no son las mismas condiciones, porque al fin y al cabo la mujer conlleva un embarazo, que también son nueve meses, después una baja de maternidad… Y todavía el sistema de evaluación no es capaz de captar bien lo que es entrar y salir en la carrera investigadora. En Europa, por ejemplo, se evalúa bastante mejor que aquí. Aquí al final seguimos evaluando cuánta producción tienes, sin tener en cuenta que igual hay una entrada y salida en la carrera investigadora. Y si tienes un hijo o dos en la misma época, pues ahí se retrasa muchísimo tu investigación, tu proyecto, te adelantan por todos lados… Entonces ahí es superdifícil seguir el mismo nivel de competitividad. La ciencia también es muy competitiva, es muy exigente y no frena.

De Carlos Ríos y la dificultad de divulgar en redes

Además de su carrera investigadora, a Patricia le gusta divulgar ciencia a través de redes sociales. Hace unos meses, la prestigiosa científica se puso en contacto con el influencer de comida Carlos Ríos para tratar de explicarle un error que estaba cometiendo y, en lugar de aceptar su ayuda, el mesías del realfooding acabó señalándola en redes sociales, enviando a sus legiones de seguidores a acosarla.

P. ¿Cómo viviste el momento en que hordas de fans de Carlos Ríos empezaron a acosarte?

R. Al principio lo viví con muchísima sorpresa, porque la gente que le apoya es como una secta en la que da igual lo que diga, da igual cómo lo diga, da igual lo que haga, que le van a apoyar. Yo no lo conocía hasta justo ese día. De hecho vi su vídeo y lo primero que hice fue escribirle a él personalmente a su parte privada y me contestó fatal.

Cuando vio que se hizo viral, empezó a llamarme, a pedirme disculpas… El problema suyo era que había puesto la marca de la salchicha en cuestión y le podía caer una multa, básicamente.

Foto: Carlos Ríos y el robot de Moulinex que patrocina. (Moulinex)

La cosa es que fielmente todos sus seguidores le apoyaron en su momento sin saber realmente de lo que estábamos hablando. Yo no estaba valorando si las interpretaciones que él hace sobre procesados, ultraprocesados, comida o no comida eran correctas. Yo estaba hablando de la parte científica, que equivoca bastante a todo el personal, porque luego la gente realmente no conoce la base científica de las cosas y cualquiera puede hacer cualquier aseveración que no tiene nada que ver con la realidad.

Luego ya a partir de eso empecé a conocer más de él y me parece que simplemente lo que hace es vender humo, que se ha cubierto de una serie de personas que le apoyan muchísimo a pesar de todo, a pesar de que realmente después el microscopio que usaba era porque lo vendía en Amazon con un código suyo, de que los procesados o no lo sean en función de que lo venda él… Y da bastante pena porque en los orígenes de su trayectoria iba bien encaminado en el tema del realfood, que realmente es un concepto antiquísimo que él no inventó. Lo que pasa es que creo que cuando llegas a un nivel en el que tienes tantos seguidores, en el que estás ganando muchísimo dinero, te olvidas un poco de la realidad y todo vale.

Foto: El nutricionista Carlos Ríos.

P. Más allá de la polémica con Carlos Ríos, ¿crees que es difícil divulgar ciencia de verdad en redes sociales?

R. Es muy difícil. Primero porque la ciencia no es fácil de entender y segundo porque ahora mismo estamos en un momento en el que todo el mundo se cree o piensa que puede opinar sobre ciencia sin tener ninguna base científica. Igual que Carlos Ríos te dice con una imagen a una lupa que hay un azúcar x, el otro te viene diciendo que con otra imagen a la lupa hay un grafeno o como pasó en esta trifulca que el hermano del ministro Garzón defendió a Carlos Ríos con un vídeo de YouTube que subía una salchicha con pelos y luego lo borró porque era completamente absurdo.

Este tipo de cosas son a las que nos tenemos que enfrentar día a día cada vez que queremos hacer divulgación científica, a la incredulidad de la gente, a la duda…

P. ¿En redes sociales se atiende más a las magufadas que a la ciencia de verdad?

R. Es muy difícil sacar contenido científico en las redes sociales. Tenemos grandes divulgadores, tenemos gente que dedica un montón de tiempo, tenemos eventos de divulgación científica…, pero al final la parte de la sociedad que no se dedica a la ciencia se queda mucho en lo superficial, en el estar de un lado o de otro. Por ejemplo, si alguien está en contra de las vacunas, ya estoy en contra de todo lo que hablen los científicos, ya me vengan hablando de nutrición, me hablen de párkinson o me hablen de cáncer… Entonces es bastante complicado.

Y luego tenemos el gran problema de que piensan que buscan algo en Google y eso va a misa. Hemos tenido, por ejemplo, durante la pandemia muchísimos problemas con la gente, de tener que decir: “Oye, que es que esto que me estás contando es que lo estás cogiendo de una persona que no tiene ni idea y lo está difundiendo”.

Igual que nosotros tenemos la posibilidad de difundir ciencia en redes sociales, pues ellos tienen la posibilidad de difundir lo contrario.

Desde muy pequeña, Patricia González-Rodríguez (Cádiz, 1983) sintió una curiosidad innata por el mundo que la rodeaba, tal y como ella misma expresa: “La ciencia es mi verdadera pasión, y creo que estos valores han sido fundamentales para aplicarlos en mi carrera y encontrar el camino para convertirme en la primera científica de mi familia. En definitiva, ha sido mi propia búsqueda de respuestas y mi deseo de descubrir lo desconocido lo que me ha llevado a dedicarme a la ciencia con pasión y entusiasmo”.

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