Qué hacer cuando un robot se equivoca

El uso de la cirugía robótica en el quirófano se ha ido extendiendo de manera progresiva en los últimos 10 años hasta convertirse en una herramienta de gran utilidad para el cirujano. La precisión y reproducibilidad de los movimientos del brazo robótico hace que, además, incremente la seguridad de las cirugías.

Su utilización nos permite llevar a cabo cirugías mínimamente invasivas que son mucho más beneficiosas, ya que con este tipo de intervenciones el paciente recibe menos radiación en el quirófano, las incisiones son más pequeñas y el sangrado mucho menor. Como consecuencia, el postoperatorio es más corto y menos doloroso, y la estancia hospitalaria se reduce más de un 25%. La cirugía más precisa hace que disminuyan, también, de forma muy significativa las complicaciones como, por ejemplo, las infecciones.

En lo relativo a la cirugía de columna, el uso de robots como el Mazor X, con el que contamos en Instituto Clavel, nos permite, por un lado, y gracias al software que incorpora, planificar la cirugía antes de entrar al quirófano, teniendo en cuenta las características anatómicas de cada paciente. La colocación de la instrumentación en columna llega a una precisión de casi el 100%. Al combinar la robótica con software avanzado, se consigue que las cirugías sean mucho más precisas y seguras.

¿Es posible que un robot se equivoque?

Hoy en día, aunque hablemos de robots, lo que en realidad utilizamos en el quirófano son brazos robóticos dirigidos por los cirujanos del equipo. Esto quiere decir que utilizamos la robótica por las ventajas que ya hemos comentado que aporta, pero somos los cirujanos quienes planificamos la intervención con el robot, intervenimos al paciente y dirigimos al robot en el quirófano.

Es difícil, pero no imposible, que el robot se equivoque. La causa será, más bien, que la información de la que se alimenta no ha sido bien suministrada o analizada por el software.

"El robot va a ser capaz de darse cuenta de cuándo se equivoca"

Los fallos en el suministro pueden venir de imágenes que no han sido bien capturadas o ejecutadas. Es aún más difícil, aunque no imposible que el análisis no sea el correcto. De hecho, el software incorpora parámetros de seguridad para impedirnos continuar con la intervención si la información entiende que no la ha interpretado correctamente.

Finalmente, existen los errores de ejecución que pueden venir dados por una anatomía en exceso compleja que dificulta la ejecución o colocación correcta de los implantes. También hemos de estar vigilantes con el instrumental que utilizamos y que la navegación que guía al robot no sea inadvertida o alterada de forma no intencionada.

En cualquiera de los casos, los cirujanos hemos de estar en todo momento vigilantes y utilizar otros parámetros humanos para confirmar que todo sigue un curso correcto. La experiencia nos puede hacer pensar que algo no va bien cuando vemos una trayectoria del brazo robótico sospechosa.

Si eso es así, mejor cancelar el movimiento y, por ende, la cirugía y pasar a modo manual. Seguimos siendo capaces de realizar la cirugía mínimamente invasiva, aunque no lo haremos seguramente con la misma probabilidad de ser tan exactos.

Pensemos que, en columna, los nervios y el canal espinal que contiene las estructuras nerviosas pasan muy cerca de las estructuras óseas a través de las cuales colocamos nuestra instrumentación. Tenemos que estar seguros de que todo sigue nuestros cálculos y nuestra planificación preoperatoria. En caso contrario, y ante la menor duda, es mejor abortar o cancelar el caso.

Opinión

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Todo va a continuar evolucionando: los software, los brazos robóticos, etc. Seguro que, en un futuro no muy lejano, el robot va a ser capaz de darse cuenta de cuándo se equivoca. Le habremos enseñado o habrá aprendido gracias a los nuevos software de inteligencia artificial.

De momento, en nuestras cirugías actuales, si todo sigue su curso y no hay incidencias intraoperatorias, el robot o la colocación de instrumentación con el brazo robótico es hoy la más exacta, tal y como lo demuestran muchos artículos publicados.