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La innovación contra el párkinson la encabeza un hospital de Móstoles
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La innovación contra el párkinson la encabeza un hospital de Móstoles

Un equipo de médicos e investigadores españoles lleva desde 2015 siendo la punta de lanza mundial en el tratamiento de esta enfermedad neurodegenerativa, y el futuro es más brillante todavía

Foto: El equipo del CINAC del Dr. Obeso.
El equipo del CINAC del Dr. Obeso.

Las enfermedades neurodegenerativas suponen uno de los mayores retos médicos a los que nos enfrentamos. No solo tienen consecuencias terroríficas en la calidad de vida de aquellos que las padecen, sino que la propia estructura que tiene el sistema nervioso (en particular, la existencia de la barrera hematoencefálica) hace que sean especialmente difíciles de investigar, de tratar y de curar.

De entre todas las enfermedades de este tipo que existen (y no es una lista escueta), dos suelen llevarse la mayor parte de los titulares, tanto de medios de comunicación como de revistas científicas: la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Alzheimer. Cada una tiene un desarrollo, unos síntomas y unas causas completamente diferentes a la otra, pero ambas comparten un componente común: la acumulación de cuerpos proteicos en el interior de las células de la sustancia negra del cerebro, llamados ‘cuerpos de Lewy’.

"Al salir nos encontramos al paciente recién operado [del cerebro] y le preguntamos si quería un café y dijo: ¡Ay, pues sí! ¡Claro!"

En ambas enfermedades, la cantidad de incógnitas es todavía abrumadora, aunque en la que más avances se han hecho es en el párkinson, donde hemos descubierto que, entre los factores que se vinculan con su aparición, se encuentran los ambientales, el daño oxidativo, el envejecimiento natural, la enfermedad celiaca (o una intolerancia al gluten) y, también, la herencia genética. Además, la conexión intestino-cerebro, de la que hemos hablado mucho en Alimente, parece jugar un papel fundamental también. Todos ellos provocan una disminución sustancial de la cantidad de dopamina que segrega nuestro cerebro, lo que acaba causando los síntomas que todos vinculamos a la enfermedad.

El párkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa, por detrás del alzhéimer, más común del mundo. Como explican desde la Federación Española de Párkinson, en la actualidad en España hay más de 160.000 personas afectadas por esta enfermedad, de las cuales alrededor del 30% están todavía sin diagnosticar.

placeholder Hospital HM Puerta del Sur.
Hospital HM Puerta del Sur.

Por suerte para aquellos que padecen la enfermedad de Parkinson (cosa que no ocurre con el alzhéimer), existen tratamientos aprobados que pueden limitar el alcance e intensidad de los síntomas de la enfermedad. Aunque no se trata de curas propiamente dichas (porque no solucionan el problema), sí son eficaces en el control de los temblores propios de la enfermedad, así como en otros síntomas como la rigidez muscular, o en el deterioro constante de la postura.

Una de las más efectivas, innovadoras y (lo que es más importante) prometedoras para tratar los síntomas motores son los ultrasonidos de alta intensidad (HIFU por sus siglas en inglés), que han convertido a un hospital de Móstoles, el HM Puerta del Sur, y a su Centro Integral de Neurociencias HM CINAC en los pioneros mundiales en la lucha efectiva contra los peores síntomas de esta enfermedad neurodegenerativa.

Foto: Foto: iStock.

Por ello, desde El Confidencial, hemos hablado con su director, el doctor José A. Obeso, acerca del punto en el que estamos y, sobre todo, hacia dónde nos dirigimos en los próximos años: se ha abierto la ventana a la lucha efectiva contra el párkinson, y lo mejor está por llegar.

Lo primero que nos explica el doctor (teniendo en cuenta el hueco en su agenda que ha podido hacer, dado que se encuentra en estos momentos en Kiel, en Alemania, realizando un proyecto) es que los tratamientos de los síntomas motores del párkinson se basan en la eliminación de las estructuras anormales en el cerebro producidas por la falta de dopamina que causa la enfermedad.

Esta es una técnica que se lleva usando ya algún tiempo, llamada subtalamotomía, pero que, debido al uso de la cirugía intracraneal, resulta extraordinariamente invasiva y arriesgada. El logro del equipo del Dr. Obeso es la utilización de ultrasonidos para realizar la ablación de las zonas afectadas, sin insertar nada en el tejido cerebral y, por tanto, mejorando la seguridad y el tiempo de recuperación.

placeholder El Dr. José A. Obeso.
El Dr. José A. Obeso.

“El HIFU, esencialmente, sustituye a la cirugía”, señala el doctor. Y continúa: “Lo que ocurre es que, con cualquier tratamiento funcional, cuanto antes se aplique, mejor. Esto se debe a que se desarrolla menos la patología, lo que a su vez provoca menos cambios en el tejido cerebral, menos circuitos alterados, durante menos tiempo. ¿Qué es lo que permite el HIFU? Aplicar antes este tratamiento, dado que es mucho menos invasivo y más fácil”.

De hecho, el doctor, durante la entrevista, nos narra una anécdota de pocas horas atrás que ilustra uno de los principales beneficios de esta técnica: “Hoy aquí en Kiel hemos hecho uno de estos tratamientos por la mañana y, para mi sorpresa, al señor lo dejaron descansando en el pasillo. Nosotros, tras salir, nos lo encontramos y le preguntamos si quería un café y el tipo dijo: ‘¡Ay, pues sí! ¡Claro!’. Estaba ahí, tan pancho, debido a que el procedimiento es mucho menos invasivo”.

"El esfuerzo que estamos haciendo está enfocado a bloquear el proceso neurodegenerativo"

Por beneficiosos que puedan resultar, todos los tratamientos cerebrales tienen consecuencias. La idea es aumentar las positivas y limitar las negativas, pero no siempre es tan fácil: “La zona cerebral sometida a la ablación sufre una quemadura, tiene como una ampolla. Eso tarda en volver a un estado que no se note”. El proceso de recuperación puede ser largo, pero para nada tanto como en las cirugías tradicionales: “El tejido tarda varios meses en volver a un estado sano”. La parte buena es que, respecto a los síntomas clínicos de la operación, con el HIFU los resultados son excelentes: “Que el paciente tenga alguna manifestación leve o que esté un poquito inestable solo dura días o alguna semana como mucho”.

Este proceso de recuperación se debe a que, como aclara el doctor, esta técnica no es una cirugía: “Habrá quien defienda que sí, pero yo estoy en la oposición total a esta clasificación. Precisamente porque no es un proceso quirúrgico, no hay incisión, ni sangre, ni material en el cerebro. Solo operamos con ultrasonido, y esto permite que las complicaciones asociadas a la cirugía no existan, porque no hay una hemorragia o inflamación por el corte y, sobre todo, no hay aire”.

Foto: Foto: iStock.
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Esta es una de las principales razones que han llevado al HM CINAC a mejorar no solo la calidad de vida de aquellos que padecen párkinson, sino también su longevidad. Como subraya el Dr. Obeso, “lo que ha conseguido este tratamiento funcional es hacer que la media de duración de la enfermedad de Parkinson se alargue. Por ejemplo, aquellos que son tratados cuando tienen aproximadamente 60 años de edad, su esperanza de vida es la misma que la de la población general (según datos del INE, 85,8 años para las mujeres y 80,2 años para los hombres)”.

Las causas de que esto sea así son variadas. Por una parte, el párkinson está asociado a la edad, pero, como nos comenta el doctor, esto es un arma de doble filo, pues “se envejece [más] cuando tienes una neurodegeneración encima. Es una combinación un poco diabólica”. Dicho de otro modo: una pescadilla que se muerde la cola.

Mucho más que párkinson

Dejando de lado el (maravilloso) hecho de poder eliminar o reducir considerablemente los característicos temblores de esta enfermedad, el tratamiento HIFU resulta extraordinariamente prometedor por otra razón: su capacidad para abrir, de forma selectiva y temporal, la barrera hematoencefálica.

Si tomamos el ejemplo de una célula hepática, por ejemplo, todo lo que está en nuestro torrente sanguíneo llega a ella (a fin de cuentas, esto es necesario para que realice su función). Pero el cerebro es mucho menos resistente, es una máquina extraordinariamente delicada y nuestro organismo ha aprendido a protegerlo. Para ello ha creado una membrana (llamada barrera hematoencefálica) que actúa como un filtro, dejando pasar solo moléculas esenciales, como oxígeno, glucosa, agua o dióxido de carbono. Por otro lado, impide el acceso de muchísimas otras, con el objetivo de proteger el tejido cerebral.

placeholder Máquina con la que se realiza el HIFU en el CINAC.
Máquina con la que se realiza el HIFU en el CINAC.

Esta barrera se encuentra en casi todos los vasos sanguíneos del cerebro (exceptuando los órganos circuventriculares, áreas muy pequeñas y profundas del cerebro que poseen mucho riego sanguíneo). Entre los problemas que presenta para la medicina moderna es que existen muchas moléculas (entre ellas la mayor parte de las medicinas, excepto algunos analgésicos) que también se bloquean. Esto supone que los tratamientos farmacológicos que podrían ser efectivos para una lucha química contra el párkinson no puedan funcionar.

Pero el Dr. Obeso también realiza el LIFU (ultrasonidos de baja intensidad), que tiene una cualidad extraordinaria, abrir temporalmente, en un área específica de nuestro cerebro, la barrera, lo que permite el acceso de muchas más moléculas. Solo falta, según destaca el doctor, una mayor colaboración con la industria farmacéutica, para que suministren moléculas efectivas que, no tanto tiempo atrás, era imposible que llegasen a las áreas del cerebro que ahora sí pueden alcanzar.

La repercusión estos avances médicos es más que severa. Cuando, desde El Confidencial, en una pregunta que, a primera vista, nos resultó optimista (¿cuál es, a 10 años vista, el objetivo del desarrollo de estos tratamientos?) le preguntamos al doctor por el futuro a medio plazo del LIFU, su respuesta fue muy clara: “Eso pasará antes. Mucho antes. El esfuerzo que estamos haciendo está enfocado a bloquear el proceso neurodegenerativo”. Por supuesto, el doctor matiza: “Hay dos puntos de vista. El primero es un objetivo grandioso, que es proteger el cerebro de todas las personas del párkinson, y el otro es tratar y detener el avance en las personas que acaban de empezar a mostrar síntomas”.

Foto: Los síntomas del párkinson no afectan igual a hombres y mujeres, según un estudio (iStock)

Estos logros, como muestra la inmensa cantidad de artículos, publicados en prestigiosas revistas científicas, del Dr. Obeso y el resto de su equipo del HM CINAC, así como de las clínicas y universidades internacionales que tienen proyectos conjuntos, prometen revolucionar el tratamiento de estas enfermedades (de momento, centrándose en el párkinson, pero pudiendo extenderse a otras neuropatías) en un futuro cercano.

Por ahora, el dato es claro: en 2022, el equipo del HM CINAC, dirigido por el Dr. Obeso, realizó un total de 350 procedimientos HIFU, tan solo 7 años después de la creación de esta rama especializada de la cadena hospitalaria. Esto ha convertido a un (relativamente) pequeño hospital de Móstoles en la punta de lanza mundial en la lucha contra el párkinson y otras enfermedades neurodegenerativas, y lo que está por llegar

Las enfermedades neurodegenerativas suponen uno de los mayores retos médicos a los que nos enfrentamos. No solo tienen consecuencias terroríficas en la calidad de vida de aquellos que las padecen, sino que la propia estructura que tiene el sistema nervioso (en particular, la existencia de la barrera hematoencefálica) hace que sean especialmente difíciles de investigar, de tratar y de curar.

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