¿Es normal tener dolor después de una cirugía de columna?
Solamente en cirugías muy menores como la endoscopia de columna, el dolor es tan leve y controlable que el paciente es dado de alta el mismo día de la intervención
En la última década, las cirugías de columna han avanzado de forma muy importante gracias a la mejora en las técnicas quirúrgicas, la implementación de cirugía mínimamente invasiva, la evolución de la neuroanestesia y la introducción de la tecnología en los quirófanos: sistemas de endoscopia, escáneres intraoperatorios, plataformas de navegación y la robótica, entre otros.
A pesar de todo ello, sigue habiendo dolor tras una cirugía de columna. Es normal y se da en la mayoría de los pacientes intervenidos.
Solo en cirugías muy menores como la endoscopia de columna, el dolor es tan leve y controlable que el paciente es dado de alta el mismo día de la intervención.
¿Qué es lo que duele?
Pues, desde luego, la incisión en primer lugar. Pero también duele la desinserción que hayamos realizado de la musculatura y finalmente los cortes en articulaciones o huesos. También en cirugías en las que corregimos la alineación de la columna, como lo son las cirugías de abordaje combinado o de escoliosis, puede doler toda la columna hasta que se acostumbra a la nueva posición y al cambio anatómico producido por la cirugía.
Aunque el paciente esté dormido, es ya importante controlar el dolor durante la cirugía y después de la misma. También estamos trabajando en la preparación preoperatoria de los pacientes desde el punto de vista físico como desde el punto de vista psicológico o mental. La prehabilitación muscular en la medida de lo posible se ha demostrado eficaz dado que transmite al paciente una mayor capacidad física para afrontar la cirugía y sus consecuencias. También la explicación de lo que va a suceder, cómo va a ser la intervención y qué dolores puede llegar a experimentar disminuye la ansiedad preoperatoria, los miedos postoperatorios, y redunda en un mejor resultado. También trabajamos para educar al paciente en estrategias que mejoren su movilización ya desde el primer día tras la intervención en el hospital.
¿Qué tipo de dolor es normal?
La intensidad del dolor y la duración del mismo depende de varios factores como la condición física del paciente, la técnica empleada o si es una intervención de repetición. Curiosamente, los pacientes reintervenidos experimentan menos dolor que los pacientes que se intervienen por primera vez. El motivo es que la incisión sobre una incisión previa es menos dolorosa. También atravesaremos tejidos que ya han sido disecados por lo que no tendremos tampoco en este aspecto el dolor de una primera intervención. En cualquier cirugía de columna, exceptuando la cirugía de escoliosis o artrodesis de varios niveles, lo normal es que el dolor disminuya de forma dramática a las 24 o como máximo a las 48 horas, de manera que, en teoría y en la práctica, la mayoría de los pacientes pueden ser dados de alta al segundo o tercer día de la intervención.
Pueden persistir molestias durante las semanas, incluso durante los meses posteriores a la intervención.
Las molestias son normales hasta los 3 meses, siguen siendo normales hasta los 6 meses y muchas veces no desaparecen del todo hasta transcurrido un año de la intervención.
Por ello es importante el seguimiento del paciente en consulta, de forma presencial y no por vía telefónica o sistemas de comunicación virtuales. Con la experiencia sabemos con el paciente delante, según cómo lo explica (características y distribución), así como gracias a la exploración física, si un dolor es normal o requiere que el paciente se realice pruebas tras la intervención.
A una buena recuperación contribuirá sin duda el trabajo multidisciplinar. Los primeros días es importante el cuidado de la herida o heridas quirúrgicas por parte del equipo de enfermería.
Una vez hayamos obtenido una mínima cicatrización de los tejidos, cosa que suele suceder al mes de la intervención, convendrá que realicemos de forma progresiva una rehabilitación apropiada. Aquí será importante que colabore un equipo rehabilitador experimentado en tratar patologías de columna que le ayudará a que el dolor sea el mínimo, a recuperar la fuerza, coordinación, equilibrio y movilidad, y a adquirir unos buenos hábitos posturales y unos patrones de movimiento adecuados.
De esta manera, conseguiremos volver casi sin darnos cuenta a nuestra vida habitual anterior a la cirugía.
En la última década, las cirugías de columna han avanzado de forma muy importante gracias a la mejora en las técnicas quirúrgicas, la implementación de cirugía mínimamente invasiva, la evolución de la neuroanestesia y la introducción de la tecnología en los quirófanos: sistemas de endoscopia, escáneres intraoperatorios, plataformas de navegación y la robótica, entre otros.
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