Reduce la inflamación crónica y controla tu peso con estos siete trucos de Harvard

Una de las enfermedades que más afectan a la población, pero de la que se habla muy poco, es la inflamación crónica de bajo grado. La clínica Quirón explica que “la inflamación es una respuesta fisiológica necesaria para la regeneración de tejidos. Se trata de un mecanismo de defensa del organismo frente a la agresión”. El problema viene cuando el organismo continúa con la inflamación sin haber una agresión real, derivando en inflamación crónica.

A corto plazo, esta inflamación puede no mostrar síntomas, pero a largo plazo se manifiesta con diferentes patologías, como diabetes tipo 2, mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, demencia, aterosclerosis, alteraciones neuroendocrinas y disminución de ciertas vitaminas y minerales. También aumenta el riesgo de cáncer y empeora las enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple.

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Entre las causas de la inflamación crónica se encuentran el sedentarismo, una dieta inadecuada, la obesidad, alteraciones en la microbiota, alteraciones del sueño, estrés psicológico, altos niveles de contaminación y el consumo de tabaco. Conociendo estos factores, la Escuela de Medicina de Harvard ha lanzado un programa para ayudar con la lucha de la inflamación crónica, para luchar contra el daño antes de ver nuestra salud comprometida. Este programa consiste en siete pasos, incluidos cambios en el estilo de vida, que ayudan a luchar contra la inflamación.

La dieta es muy importante

El primer paso es llevar una dieta antiinflamatoria; la dieta es la clave. El problema es que, como indican desde Harvard, muchas de estas dietas de manual no tienen base científica. Lo que sí es seguro es que una dieta antiinflamatoria efectiva rechaza el consumo de fritos, refrescos con azúcar, harinas refinadas, mantecas vegetales, comida procesada o carne roja, entre otros.

El movimiento es esencial para liberar hormonas que reducen la inflamación

El segundo paso es algo que los médicos no se van a cansar de decir nunca: muévete. Hay que moverse, realizar ejercicios aeróbicos combinados con ejercicios de fuerza. Como indican los expertos, es mejor hacer poco y ser constante que mucho y mal. Y si se combina con el contacto con la naturaleza, mejor que mejor.

El tercer paso consiste en controlar nuestro peso, ya que la obesidad está directamente relacionada con la inflamación. Lo primero que deberíamos hacer es reducir el consumo de azúcar refinado y disminuir la grasa abdominal. El cuarto paso tiene que ver con dormir bien. Si no dormimos lo suficiente, elevaremos la inflamación de nuestro organismo y este no podrá hacer sus funciones correctamente.

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El paso cinco es el más lógico de todo: dejar de fumar. Fumar no trae nada bueno, y es otro de los factores directamente relacionados con la inflamación. Con tan solo dos semanas después de dejar de fumar, la inflamación ya se reduce considerablemente. El mismo consejo va para el consumo de alcohol en el paso seis, hay que limitarlo o eliminarlo por completo.

Reducir el estrés como último paso, pero esencial

El séptimo y último paso consiste en reducir el estrés crónico. Este puede “desencadenar el desarrollo de la inflamación y provocar problemas como la artritis reumatoide, las enfermedades cardiovasculares, depresión y la enfermedad inflamatoria intestinal”, explican los expertos. Después de conocer mejor la inflamación crónica y sus efectos, nadie debería tener ninguna duda y hoy es un buen día para comenzar a ser más saludables y a cuidarnos.