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La científica española que te explica cómo esquivar el cáncer
  1. Bienestar
Entrevista a Emilia Gómez Pardo

La científica española que te explica cómo esquivar el cáncer

Charlamos con la doctora en Biología Molecular sobre los factores de la dieta que más nos predisponen a sufrirlo y qué posibilidad tenemos de evitarlo al cambiar hábitos de vida

Foto: Emilia Gómez Pardo. (Arpa Práctica)
Emilia Gómez Pardo. (Arpa Práctica)

La palabra cáncer está teñida de miedo y dolor. Y con razón, la evidencia científica es abundante y sustenta el dato de que una de cada tres personas lo vamos a padecer a lo largo de nuestra vida. Pero esta enfermedad no es inevitable, hasta el punto de que la mitad de los cánceres más comunes se podrían evitar actuando sobre nuestro estilo de vida y sobre los factores externos que podamos controlar.

Emilia Gómez Pardo, doctora en Biología Molecular, quiere ayudar con el libro Más vida, menos cáncer (Arpa Práctica, 2023) a tomar conciencia de cómo mejorar nuestros hábitos para lograr una vida de salud y longevidad. A través de los avances científicos más punteros en la investigación contra el cáncer, Gómez Pardo pone negro sobre blanco los riesgos que suponen acciones equivocadas y nos ofrece soluciones sencillas, alejadas de la ola de modas y falsas creencias a la que estamos expuestos hoy en día.

Charlamos con Gómez Pardo sobre los factores de la dieta que más nos predisponen a sufrir un cáncer, qué posibilidad tenemos de esquivar esta enfermedad si cambiamos nuestro estilo de vida y qué pasa con esa “copita de vino” que dicen que es saludable, entre otras cuestiones.

placeholder Emilia Gómez Pardo. (Arpa Práctica)
Emilia Gómez Pardo. (Arpa Práctica)

PREGUNTA. Entre la población general existe mucha confusión a este respecto: ¿qué factor tiene más peso a la hora de desarrollar un cáncer?

RESPUESTA. Para empezar, el hereditario es el menor componente, porque solamente entre un 5 y un 10% de los cánceres son hereditarios. El cáncer es una enfermedad muy compleja y al final es el resultado de las características individuales, no solo la genética, sino también la edad y el sexo, las dos son factores de riesgo.

Además de las características individuales, el estilo de vida es lo que más pesa a la hora de desarrollar un cáncer. También hay factores ambientales, de unos podemos protegernos y de otros no tenemos ningún margen de maniobra.

Pero hay un cuarto componente que hoy llamamos “azar”, que tiene también mucho que ver a día de hoy con el desconocimiento de la ciencia. Cada vez que se avanza en ciencia, esta parte de azar es más pequeña, pero siempre va a haber un porcentaje de azar porque el desarrollo de un cáncer pasa por que haya mutaciones en el genoma y todavía hay mutaciones que sabemos que se producen de forma azarosa.

Todos esos influyen. Pero de forma general en cáncer, cuando los metemos todos en el mismo saco, el estilo de vida es sin ningún género de duda lo que más impacta.

Foto: Foto: iStock.

P. ¿Cuál es el mayor mito que hay en torno al cáncer?

R. Hay muchísimas personas que creen que es algo contra lo que no se puede luchar, que es como una maldición que te ha tocado y que no hay ninguna manera de protegerse frente al cáncer. Ese es el mayor mito.

P. ¿En qué consiste esto de ser “oncosaludables”?

R. “Oncosaludable” es muy fácil de decir y no tan fácil de hacer en el momento en el que nos ha tocado vivir. Son cinco las premisas de más peso. En primer lugar se debe evitar dos comportamientos de riesgo como el tabaquismo, principal factor de riesgo de cáncer, y el consumo de alcohol. Luego hay que apostar por dos hábitos de vida saludables: la alimentación saludable, porque la alimentación tiene mucho que decir en uno de cada tres cánceres, y la vida activa. Y, por supuesto, el factor de riesgo hoy por hoy ya considerado enfermedad, que es la consecuencia directa de cuando estos hábitos no son saludables: el sobrepeso.

Qué debemos comer y qué hacemos con la carne

P. Vayamos a la alimentación: ¿qué contiene una alimentación oncosaludable?

R. Lo más importante es que si contiene lo que tiene que contener, pero también contiene lo que no tiene que contener deja de ser oncosaludable.

No contiene alcohol, ni alimentos ultraprocesados, ni bebidas azucaradas, ni carne procesada y muy poquita carne roja. Una vez que cumplimos con esta premisa de evitar todo lo que hace daño, para llevar una alimentación oncosaludable hay que añadir muchos productos del mundo vegetal. La alimentación oncosaludable se define como mayoritariamente vegetal, que no significa exclusivamente. Y cuando decimos esto nos referimos a muchas frutas, muchas verduras, legumbres, cereales integrales, semillas, hierbas… Todo lo que procede del mundo vegetal.

Foto: Foto: iStock.

P. ¿Cómo debemos relacionarnos con la carne para esquivar el cáncer?

R. Para empezar hay que distinguir entre carne roja y carne procesada, que normalmente las metemos en el mismo paquete, pero el grado de peligrosidad no es el mismo y las recomendaciones tampoco son las mismas. Cuando nos focalizamos en carne procesada, el consumo debe ser cero, porque está directamente relacionado con varios tipos de cáncer y sobre todo con el colorrectal.

Cuando hablamos de carne no procesada, hay que distinguir entre carne blanca y carne roja. Respecto a la carne blanca, hoy por hoy cuando se cumple con la recomendación de que la alimentación es mayoritariamente vegetal, la carne blanca encaja perfectamente en un patrón oncosaludable, no tanto porque suponga beneficios sino porque consumir carne blanca implica consumir menos carne roja.

Y con la carne roja, la ciencia está avanzando cada vez más hacia una recomendación de mínimos. Hoy por hoy, la recomendación es más o menos 200 gramos de carne roja a la semana. Además, ahora que está muy en boga el concepto de “una sola salud”, que es unir la salud humana a la salud ambiental, la carne roja es un alimento que tiene muchísimo impacto en el medioambiente y esto repercute directamente en la salud humana.

Como consejo general, en España hay que bajar muchísimo el consumo de carne roja, porque excedemos su consumo una barbaridad.

placeholder 'Más vida, menos cáncer'.
'Más vida, menos cáncer'.

P. Parte de la población cree que si deja de tomar carne roja se va a quedar sin una fuente muy importante de proteínas. ¿Qué le diría a esta gente?

R. Que ese es uno de los grandes mitos. Primero, que no les estamos diciendo que tienen que dejar de comer carne. Y después, que las proteínas vienen de muchos productos animales como los huevos, los lácteos, la carne, el pescado… Pero es que hay muchos productos vegetales que son una importantísima fuente de proteínas.

Por ejemplo, las legumbres, además de las proteínas, nos aportan infinidad de otros compuestos beneficiosos para la salud, protectores contra el cáncer y proteínas de altísima calidad. Pero también los cereales integrales, los frutos secos... O sea que es muy difícil que nos desproteinicemos.

Foto: El nutricionista Carlos Ríos.

P. Y qué pasa con los ultraprocesados, ¿por qué son tan malos?

R. Los ultraprocesados tienen todas las características que tiene una dieta insana. Primero porque son superenergéticos y lo segundo es que son cero nutritivos, no aportan nutrientes. Además, casi todos aportan cantidades excesivas de azúcar, sal y/o grasas. Y lo más importante, cuando uno come ultraprocesados, está desplazando el consumo de alimentos saludables. Por lo cual hay un doble efecto dañino: comes mal y no comes bien.

La copita de vino y los vapeadores

P. ¿Qué es exactamente el consumo “moderado” de alcohol y, sobre todo, hay alguna cantidad “buena” de alcohol?

R. No hay ninguna cantidad buena del alcohol. La única buena es cero. Y desde luego, cuando estamos focalizados en cáncer, la recomendación de alcohol es cero. No hay consumo de alcohol compatible con la salud.

Luego podemos inventarnos eufemismos, podemos minimizar el riesgo y podemos hacer lo que queramos… Bueno, sobre todo lo puede hacer la industria y la sociedad permisiva con el consumo de alcohol. Pero está demostradísimo con estudios que no hay cantidad buena. Por ejemplo, hay investigaciones que dicen que consumos leves de alcohol, una caña al día, tienen un impacto muy importante en el cáncer de mama. Hay muchas investigaciones que hablan de que incluso el consumo leve tiene un impacto importante en cáncer y desde luego el moderado y el de riesgo ni te cuento.

Foto: Foto: EFE.

P. ¿Y sobre esa “copita de vino” que dicen que es buena para la salud?

R. Falso, falso, es rotundamente falso. Ya se sabe también que para muchas enfermedades y patologías cardiovasculares tiene un efecto nocivo.

Pero es que además imagínate que hubiese alguna condición que pareciese que tiene un efecto positivo, pero es que no somos solo corazón, tenemos un estómago, un páncreas, un esófago, una tráquea… Aunque fuera solo bueno para el corazón, que no lo es, nunca se puede recomendar algo que es bueno para una cosa y malo para 200.

P. Hablemos del tabaco. En la actualidad hay decenas de forma de fumar más allá del clásico cigarrillo, que si tabaco calentado, vapeadores… ¿Hay algún formato que sea menos nocivo para la salud?

R. No, absolutamente todas las opciones son malas. Y además un principio que hemos abandonado completamente como sociedad es el principio de precaución: no nos hagamos daño. Ya lo vivimos con el tabaco, en su día todo era beneficioso y han tenido que pasar muchos años y dejarnos muchos miles de muertos en el camino para empezar a estudiar su efecto nocivo.

Foto: Foto: Unsplash/@ricardo4to.

Pues con todos los tipos de tabaco va a pasar lo mismo. Por ejemplo, ahora el vapeo se presenta como una solución beneficiosa para luchar contra el tabaco sin dar tiempo a hacer un análisis de los riesgos, que los tiene. Porque no es solo vapor, son vapores y en los vapores va de todo.

Y si seguimos el estilo de vida saludable...

P. Y si hacemos todo lo que dice la ciencia: seguimos una dieta saludable, nos movemos, evitamos el alcohol, ¿en qué porcentaje aumentamos la posibilidad de esquivar el cáncer?

R. Se puede reducir hasta el 50% la posibilidad de sufrir un cáncer. Con el estilo de vida exclusivamente entre el 30 y el 40%; y si además incluimos otros factores ambientales, como por ejemplo protegerte de la luz ultravioleta, se podrían evitar la mitad de los cánceres. Esto si lo traducimos a las cifras actuales de incidencia de cáncer en España, y siendo muy conservadores, es que podríamos evitar 80.000 cánceres al año en nuestro país; en diez años: 840.000. ¿Parece un gran dato, no?

P. Habrá gente escuchando estas palabras que piense: “Bueno, si lo llevo haciendo mal toda la vida, ya tengo el cuerpo castigado, ¿para qué me voy a poner ahora a cambiar mi estilo de vida?”. ¿Es posible recuperar la salud perdida?

R. Yo creo que nunca jamás es tarde y menos cuando estamos hablando de cáncer. El hecho de que haya una parte de azar tiene su lectura negativa, pero tiene su lectura positiva, porque no sabemos el impacto que han tenido nuestros hábitos a nivel de mutaciones en nuestro genoma. No lo sabemos. Pues dejemos de apostar, dejemos de tirar dardos al núcleo de la célula y empecemos a hacerlo bien. Si es que nunca se sabe. Nunca es tarde, de verdad, nunca.

La palabra cáncer está teñida de miedo y dolor. Y con razón, la evidencia científica es abundante y sustenta el dato de que una de cada tres personas lo vamos a padecer a lo largo de nuestra vida. Pero esta enfermedad no es inevitable, hasta el punto de que la mitad de los cánceres más comunes se podrían evitar actuando sobre nuestro estilo de vida y sobre los factores externos que podamos controlar.

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