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Infecciones de orina recurrentes: por qué suceden, cómo evitarlas y cómo tratarlas
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Infecciones de orina recurrentes: por qué suceden, cómo evitarlas y cómo tratarlas

En la mayoría de los casos, existen soluciones reales para mejorar el problema y aumentar la calidad de vida

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Seguro que alguna vez en su vida le ha pasado que ha sentido la urgencia constante de ir al cuarto de baño, ha notado escozor e incluso un fuerte dolor al miccionar. Las infecciones urinarias recurrentes (IUR) son un problema clínico que vemos con frecuencia en consulta, especialmente en pacientes con patología urológica subyacente, en mujeres jóvenes sexualmente activas, en pacientes posmenopáusicas y en embarazadas.

Nuestro sistema urinario es un mecanismo complejo e interesante que se encarga de filtrar la sangre para eliminar lo que el organismo no necesita, y este abarca los riñones, los uréteres, la vejiga y la uretra. La mayoría de las infecciones que tratamos afectan a las vías urinarias inferiores, es decir, la vejiga y la uretra.

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La infección de las vías urinarias se produce, generalmente, cuando las bacterias entran en ellas a través de la uretra y empiezan a propagarse en la vejiga. Un sistema urinario sano está preparado para impedir la entrada de bacterias, pero, a veces, las defensas no pueden impedirlo. Cuando esto sucede, las bacterias pueden reproducirse hasta convertirse en una infección totalmente desarrollada en las vías urinarias. En ocasiones se da la paradoja de que la infección no siempre presenta síntomas, por lo que el paciente tarda en acudir al profesional. Por el contrario, cuando lo hacen, suelen referirse una serie de indicios claros, entre los que destacan la fuerte necesidad de orinar que no desaparece y que puede ir acompañada de ardor; orina en pequeñas cantidades y de forma frecuente; orina de aspecto algo turbio incluso con signos de sangre y olor desagradable. En el caso de las mujeres, además, nos describen un fuerte dolor pélvico, especialmente en el centro de la pelvis y alrededor de la zona del hueso púbico.

En este sentido, el hecho de ser mujer es un factor que propicia la infección de orina por razones de la anatomía del periné. La causa fundamental es que la uretra femenina tiene una longitud muy corta, entre 3 y 5 centímetros, bastante menor que la del varón, lo que favorece la entrada de microorganismos en forma de bacterias a la vejiga, a través de la uretra, con mucha más facilidad.

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Esto explica que más del 50% de las mujeres padecen al menos un episodio de infección del trato urinario a lo largo de su vida y que aproximadamente un tercio de las mismas presenta recurrencias. Diagnosticamos como infección urinaria recurrente (IUR) a aquella mujer que sufre dos o más infecciones en seis meses o tres o más infecciones en un año.

Las infecciones de las vías urinarias pueden afectar a la vejiga y a la uretra. En el caso de vejiga, la causa de este tipo de infección es la Escherichia coli (E. coli), un tipo de bacteria que se encuentra habitualmente en el tracto gastrointestinal. Las relaciones sexuales en las mujeres son un elemento que puede propiciar la infección urinaria porque el masaje uretral durante el coito puede favorecer la ascensión de bacterias hasta la vejiga. Todas las mujeres corren el riesgo de tener infecciones de la vejiga debido a su anatomía, pero aquellas que son sexualmente activas son mucho más proclives a padecerlas. Asimismo, otro factor de riesgo a tener en cuenta es el uso de determinados tipos de anticonceptivos como el diafragma o los preservativos sin lubricar o tratados con espermicida, ya que pueden aumentar el riesgo de presentar infección. En el caso de la uretra, la infección se puede producir cuando las bacterias del tracto gastrointestinal se trasladan desde el ano hasta la uretra. Una causa que puede provocarla es una infección de trasmisión sexual como la gonorrea, el herpes, la clamidia y el micoplasma.

Cómo prevenirlas

Para prevenir la recurrencia de infecciones y después de estudiar individualmente cada caso solemos proponer distintas terapias de abordaje que comprenden la profilaxis antibiótica continua y poscoital, la vacuna oral, la vacuna vaginal, la terapia con estrógenos por vía vaginal en la mujer posmenopáusica o los probióticos con lactobacilos vaginales que, por su evidencia clínica, se ha visto que son capaces de restituir la microbiota vaginal normal. Adicionalmente, recomendamos ciertas pautas de comportamiento en casa que ayuden a reducir el riesgo de infección, como la ingesta de líquidos que ayuden a diluir la orina, vaciar la vejiga después de tener relaciones sexuales, evitar productos irritantes o el consumo de arándano rojo.

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Con respecto a la profilaxis antibiótica es verdad que es importante porque ayuda a tratar la infección, pero, desafortunadamente, no soluciona la predisposición a que la paciente pueda padecerla de nuevo. Por ello, en caso de presentar síntomas, es recomendable hacerse un cultivo de orina previo a la toma de antibióticos para poder identificar la bacteria causante y su perfil de resistencias, muy especialmente en casos de recurrencias.

Recuerda que, en caso de presentar dolor o problemas al vaciar la vejiga, debes consultar con tu urólogo para que te prescriba un tratamiento adecuado.

Seguro que alguna vez en su vida le ha pasado que ha sentido la urgencia constante de ir al cuarto de baño, ha notado escozor e incluso un fuerte dolor al miccionar. Las infecciones urinarias recurrentes (IUR) son un problema clínico que vemos con frecuencia en consulta, especialmente en pacientes con patología urológica subyacente, en mujeres jóvenes sexualmente activas, en pacientes posmenopáusicas y en embarazadas.

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