¿Qué es el dedo en gatillo o en resorte y cómo hay que tratarlo?

Una de las muchas dolencias que afectan a las articulaciones de la mano es el dedo en gatillo, también conocido como dedo en resorte. Con un nombre tan descriptivo, es fácil imaginar, a grandes rasgos, en qué consiste. Ahora bien, en términos propios de la medicina, el dedo en resorte es una tenosinovitis del flexor digital, que hace que "un dedo de la mano se quede atascado tras flexionarlo e intentar estirarlo. Muchas veces no se consigue hacer por sí mismo y es necesario hacerlo con la otra mano", señala María Dolores Gimeno Andrade, responsable de la Unidad de Cirugía de la Mano del Hospital Clínico San Carlos, quien añade que "puede afectar a todos los dedos de ambas manos".

¿A quién afecta y por qué?

Se estima que cada año 28 personas de cada 100.000 habitantes son diagnosticadas con esta patología, que se manifiesta como una sensación molesta y cuya intensidad puede llegar a ser dolorosa e incapacitante. Además, puede afectar a todas las personas, independientemente de la edad, el sexo o la profesión que tengan. Incluso, "puede aparecer en bebés", apostilla la experta. Eso sí, el colectivo de las mujeres en torno a los 50 años es el más habitual.

Puede afectar a todos los dedos de ambas manos, aunque lo habitual es al anular y pulgar

Un abanico de afectados potenciales tan amplio y variado hace que las causas que explican la aparición del dedo en gatillo también lo sean. "Traumatismos, problemas inflamatorios como artritis reumatoide, tenosinovitis de diversas causas, diabetes, y también personas con hiperlaxitud global (personas muy elásticas y flexibles que tienen mucha mayor movilidad de las articulaciones)", resume la experta.

Un día te despiertas con el dedo agarrotado...

La señal de que se padece es inequívoca, ya que el dedo (normalmente el pulgar o el anular) "queda flexionado, duele y no se puede estirar por sí mismo. Además, suele aparecer por la mañana y luego cede a lo largo del día".

Lo que está pasando en la mano es que "se produce un choque de los tendones a su paso por las poleas (anillos o puntos de anclaje que forman un túnel por el que pasan y se deslizan los tendones manteniéndolos cerca del hueso) que tienen que pasar a su entrada a los dedos, fundamentalmente la primera (A1) en la palma de la mano, en la raíz del dedo", explica la experta.

Es lento, pero suele desaparecer solo

El dedo en resorte es una de esas patologías en las que la paciencia es parte del tratamiento. Y es que, según la especialista en cirugía de la mano, puede llegar a durar seis meses antes de que se resuelva. Ahora bien, también hay casos en los que se puede "mantener, e incluso puede llegar a producir una rigidez articular", advierte.

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A lo largo de este periodo de recuperación, los facultativos recomendarán un tratamiento u otro, yendo de los más conservadores a los más invasivos, como la cirugía. En este sentido, la experta menciona los siguientes:

• Reposo y aplicación de hielo sobre la raíz del dedo.
• Inmovilización nocturna junto a los otros dedos.
• Toma de antiinflamatorios para disminuir el dolor y la inflamación en casos más severos y dolorosos.
• Practicar estiramientos suaves cada día.
• Infiltraciones con corticoides y anestésicos locales.
• Cirugía. Cuando los tratamientos anteriores no surten el efecto buscado, es necesario pasar por el quirófano. La intervención consiste en "abrir la polea para permitir que los tendones pasen libremente, sin tope. Es como abrir un puente para que pase un barco grande y dejarlo abierto".

Medidas que reducen el riesgo de su aparición

Uno tiende a pensar que el dedo en resorte es una afección propia de personas que utilizan mucho las manos en sus profesiones. Y aunque es un colectivo más proclive a ello, lo cierto es que todos estamos expuestos a ello. Tanto es así que la doctora recomienda siempre "hacer pausas y estirar el cuello después de trabajar. Al levantarnos de la silla frente al ordenador, tras cocinar, ordenar, cargar pesos y antes de acostarnos". Y es que la mayoría de las personas pasan muchas horas desarrollando actividades en las que se flexionan los dedos.

Hacer estiramientos del cuello y hombros después de trabajar es una buena medida preventiva

De modo que "es conveniente realizar estiramientos desde el cuello, hombros, codos, antebrazos, muñecas y dedos para mantener los tendones móviles y elásticos, y de este modo, facilitar su paso por las poleas de los tendones flexores", aconseja la experta.

Por otro lado, además de aplicar medidas preventivas como evitar las malas posturas y la falta de ejercicio físico, Gimeno señala la importancia de "controlar los problemas inflamatorios generales y la diabetes".

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