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Descubren cómo separar lo positivo de lo negativo de las drogas para crear antidepresivos
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Investigación con psicodélicos

Descubren cómo separar lo positivo de lo negativo de las drogas para crear antidepresivos

Científicos han demostrado en ratones que la plasticidad neuronal y las alucinaciones de drogas como el LSD están causadas por receptores neuronales diferentes

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

A mediados del siglo XX tuvo lugar la primera era de la ciencia psicodélica en el mundo occidental. El éxtasis, el LSD o los hongos alucinógenos se presentaban como tratamientos muy esperanzadores contra diversas enfermedades en las décadas de 1950 y 1960, pero estos compuestos fueron satanizados y criminalizados en la década de 1970, poniendo fin a toda investigación durante 30 años.

En el nuevo siglo, los compuestos alucinógenos volvieron a salir a la palestra como posibles tratamientos alternativos y la investigación científica se reactivó. Desde entonces hemos podido observar diversos estudios de cómo el MDMA y la psilocibina pueden revolucionar la psiquiatría; la aprobación de EEUU de compuestos alucinógenos para dejar de fumar; o cómo la ketamina puede servir para reducir la ideación suicida. De hecho, España acaba de empezar a financiar un espray nasal elaborado a partir de un derivado de la ketamina para tratar el trastorno depresivo mayor.

Foto: El investigador del Imperial College David Erritzøe. (Fotografía cedida)

Un nuevo estudio con participación española ha descubierto que los efectos positivos de las drogas psicodélicas, como la plasticidad neuronal, y los negativos, las alucinaciones, están causados por receptores diferentes en el cerebro y, por tanto, se pueden separar. Un hallazgo muy importante en la investigación de los psicodélicos para tratar enfermedades de salud mental.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las drogas psicodélicas se caracterizan por su capacidad de producir distorsiones en las sensaciones y alterar marcadamente el estado de ánimo y los procesos de pensamiento. Incluyen sustancias de una amplia variedad de fuentes naturales y sintéticas, y son estructuralmente diferentes a otras sustancias psicoactivas. Así, por ejemplo, la psilocibina (un compuesto alucinógeno presente en 200 especies de hongos) fue la base para la síntesis de la dietilamida del ácido lisérgico (más conocida como LSD) por el químico suizo Albert Hofmann en 1943.

El nuevo estudio, publicado en Nature Neuroscience, demuestra en ratones que los efectos positivos de las drogas psicodélicas se consiguen a través de la unión al receptor TrkB, factor clave para la plasticidad y el desarrollo del sistema nervioso, y lo hacen 1.000 veces mejor que la fluoxetina, uno de los antidepresivos más utilizados. Más concretamente, esto abre la puerta a desarrollar nuevos antidepresivos basados en drogas psicodélicas sin efectos alucinógenos.

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“Ya se sabía que estas drogas tenían un papel positivo en plasticidad neuronal, es decir, un aumento de las conexiones neuronales, y un efecto antidepresivo muy grande”, explica en un comunicado Marçal Vilar, investigador del CSIC en el Instituto de Biomedicina de Valencia y uno de los participantes del nuevo estudio. “Además, tienen la ventaja farmacológica de que inducen estos efectos de forma muy rápida, a diferencia de los antidepresivos tradicionales basados en la inhibición de la recaptación de serotonina. Sin embargo, tienen el inconveniente de que inducen alucinaciones y no se pueden usar en tratamientos no supervisados clínicamente”, agrega.

En este trabajo, liderado por Eero Castren en la Universidad de Helsinki (Finlandia), han identificado que algunas drogas psicodélicas como el LSD y la psilocibina se unen al mismo receptor que algunos antidepresivos como la fluoxetina y la ketamina. Así, el trabajo muestra que los efectos positivos de los psicodélicos se consiguen a través de la unión al receptor TrkB. Este receptor está asociado al factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF, por sus siglas en inglés), una proteína que actúa como factor de crecimiento de las neurotrofinas, que permiten la supervivencia de las neuronas.

Aumento de la plasticidad neuronal sin alucinaciones

En la investigación, realizada con ratones, los científicos han cuantificado que la unión de estas drogas psicodélicas al receptor TrkB es de casi 1.000 veces mejor que la fluoxetina y la ketamina, que también se unen al mismo receptor TrkB (como ya había demostrado el grupo de Castren en un trabajo anterior). Las drogas psicodélicas y los antidepresivos se unen a sitios distintos, pero parcialmente superpuestos en el segmento transmembrana del receptor TrkB, el ámbito de estudio de Marçal Vilar en la Unidad de Bases Moleculares de la Neurodegeneración del IBV.

Foto: Existe un interés creciente en la utilidad terapéutica de los psicodélicos como la psilocibina. (iStock)

Los efectos de los psicodélicos sobre la plasticidad neuronal y el comportamiento similar al antidepresivo en ratones dependen de su unión al receptor TrkB y la promoción de la señalización endógena de BDNF, pero son independientes de la activación del receptor de serotonina, según los autores. Así, “la unión del LSD al receptor TrkB induce un aumento de la plasticidad neuronal, pero no causa alucinaciones”, remarca Vilar. “Este trabajo muestra que los efectos positivos de las drogas psicodélicas, como la plasticidad neuronal y capacidad antidepresiva, y los negativos, las alucinaciones, están causados por receptores diferentes y, por tanto, se pueden separar”, concluye.

El trabajo pone de manifiesto que se pueden desarrollar nuevos antidepresivos basados en drogas psicodélicas que se unan fuertemente a TrkB, pero sin efectos alucinógenos.

A mediados del siglo XX tuvo lugar la primera era de la ciencia psicodélica en el mundo occidental. El éxtasis, el LSD o los hongos alucinógenos se presentaban como tratamientos muy esperanzadores contra diversas enfermedades en las décadas de 1950 y 1960, pero estos compuestos fueron satanizados y criminalizados en la década de 1970, poniendo fin a toda investigación durante 30 años.

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