El oncólogo español que te explica todos los secretos de tu sistema inmunitario

Se tiende a imaginar las defensas del organismo como un ejército frente a los microbios. Es cierto que esa es una de sus funciones principales, pero el sistema inmunitario es bastante más complicado y abarca mucho más.

El Dr. Ricardo Cubedo, oncólogo en el Hospital Universitario Puerta de Hierro y el MD Anderson Cancer Center Madrid, trata de desenmarañar paso a paso las complejidades de nuestro sistema inmunitario en El órgano transparente. La inteligencia de tu sistema inmunitario (Larousse, 2023). Este libro propone hacer visible a este órgano inteligente, transparente y exquisitamente complejo, de cuya existencia apenas somos conscientes. Gracias a él somos capaces de sanarnos de cualquier herida externa y de muchas enfermedades internas. Impide que desarrollemos cánceres casi cada mes y expurga el cerebro de conexiones irrelevantes y obsoletas; lo que permite que se produzca el aprendizaje y el pensamiento.

El especialista emplea un lenguaje al alcance de todos, sin renunciar al rigor, pero suscitando la diversión y el placer de entender uno de los sistemas más fascinantes e inexplorados de nuestro organismo, resolviendo dudas y aclarando muchos de los mitos e ideas falsas que proliferan en torno a eso de “las defensas”.

Charlamos con el oncólogo sobre la perfección del sistema inmunitario, el mito de “tengo bajas las defensas”, si tiene sentido tomar suplementos para mejorarlas y la microbiota, entre otras cuestiones.

PREGUNTA. ¿El “órgano trasparente” es el más importante e inteligente del cuerpo humano?

RESPUESTA. Uno de los más importantes, sin duda. Es esencial, no se puede vivir sin sistema inmunitario. En cuanto a inteligente, en el sentido de que aprende y cada vez es mejor, solamente hay dos: el cerebro y el sistema inmunitario. Mis rodillas no son las mismas que cuando tenía 15 años, pero mi cerebro sí es mejor y se puede comprobar en que hablo más idiomas, gestiono mejor las emociones… Del mismo modo, el sistema inmunitario también es mejor porque ha ido adquiriendo memoria respecto a un montón de microorganismos.

P. ¿El covid demostró que nuestro sistema inmunitario es una máquina casi perfecta?

R. Sí, y además no podemos olvidar que la vacuna, si no tienes sistema inmunitario, es inútil. Si a un niño burbuja le pones una vacuna, no funciona para nada. La vacuna lo único que hace es activar el sistema inmunitario sin necesidad de que tengas que pagar el peaje de pasar el covid-19 o la enfermedad que sea.

Por increíble que parezca, y es una cosa difícil de explicar, si ahora mismo viniera un microbio de Marte con el cual jamás hubiéramos tenido contacto, en algún lugar de nuestro cuerpo hay un glóbulo blanco que está prefigurado para luchar contra él aunque jamás haya existido contacto. Así de loco es el sistema inmunitario. Y prueba de esta eficacia ha sido el covid-19. Realmente todo el mundo que se ha salvado ha sido porque tenía un sistema inmunitario capaz.

"Si viniera un microbio de Marte, en nuestro cuerpo hay un glóbulo blanco que está prefigurado para luchar contra él"

P. ¿Casi nunca falla el sistema inmunitario?

R. Te diría que quites el “casi”.

Esto lo entendemos muy bien los que vivimos la anterior pandemia gorda, la del sida. El sida tiene la peculiaridad de que lo que infecta no es el pulmón, el intestino o la piel, sino el propio sistema inmunitario; algo que es diabólico. Como si empezara una guerra bombardeando el cuartel general donde están todos los estrategas. Te deja sin sistema inmunitario. En aquel momento, de repente, empezamos a ver gente con enfermedades infecciosas que solo las conocíamos por los libros; los médicos nunca las habíamos visto. Y esa gente no venía de Zambia, venía de Fuencarral. De esta manera nos dimos cuenta de que todos esos microbios que atacaban a estas personas, en realidad nos estaban rodeando a todos, todo el tiempo; y que yo no me los cogía y esa persona sí porque a mí me funcionaban los linfocitos y a esa persona no.

Con lo cual, en condiciones normales, salvo por ejemplo que acabes de pasar por quimioterapia, no conoces a nadie a quien le falle el sistema inmunitario por defecto, otra cosa es por exceso.

P. Pero el cáncer sí que es un fallo del sistema inmunitario…

R. Todo cáncer es un fallo del sistema inmunitario. Es decir, tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe. De lo que tú te tienes que dar cuenta es de que si con 65 años tienes un cáncer de colon, ese sistema inmunitario hasta los 65 te ha librado de cientos de cánceres que han ido desarrollándose en tu cuerpo casi semanalmente; y que han sido destruidos en las fases más incipientes gracias al sistema inmunitario y sin que lo sepamos.

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P. Mencionaba el perjuicio que podría ocasionar un exceso de defensas…

R. Si en la actualidad hay una epidemia de enfermedades de las defensas, no son las inmunodeficiencias, sino las autoinmunes; esas enfermedades en las cuales las defensas nos atacan a nosotros mismos, como las alergias o el asma.

Hay un montón de enfermedades que tienen por debajo mecanismos autoinmunitarios como casi todas las enfermedades reumáticas, la propia aterosclerosis, varias formas de diabetes… y que son muy propias de sociedades urbanas y civilizadas. Y ahí es donde realmente deberíamos preocuparnos, no de las defensas bajas.

P. Precisamente, ¿podría explicarnos la acción de las alergias contra el sistema inmunitario?

R. Una alergia es una enfermedad en la cual las defensas en lugar de dirigirse contra algo que es una amenaza, por ejemplo un microbio, se dirigen contra algo que no es una amenaza, por ejemplo, las proteínas de la fresa. Y nuestro sistema inmunitario se equivoca, ataca lo que no tiene que atacar y en algunas ocasiones de forma superexagerada, como sería una reacción alérgica grave, una reacción anafiláctica. Así que todas las alergias son en realidad una enfermedad del sistema inmunitario.

P. ¿Hay alguna forma de saber si nuestro sistema inmunitario es “bueno”?

R. Yo creo que ese concepto no existe. Es como si me preguntan, “¿hay alguna forma de saber si mi cerebro es bueno?”. Es decir, el cerebro de casi cualquier persona, en condiciones correctas, es capaz de conseguir casi cualquier cosa. Pues lo mismo pasa con el sistema inmunitario. No existe una prueba que te diga “del 0 al 10, tienes un sistema inmunitario del 8”, porque no tiene ningún sentido.

P. Teniendo en cuenta esto, entonces, ¿qué le decimos a esta gente que cuando tiene un leve catarro argumenta “es que estoy bajo de defensas”?

R. Pues no existe tal cosa. Si estuvieras bajo de defensas, vendrías al médico con una tuberculosis, con un parásito que no te podrías imaginar…

Porque en tu familia nadie se haya cogido un catarro este año y tú te hayas cogido dos, eso no significa que estés bajo de defensas. Es ridículo decir que estás bajo de defensas. El año que viene será tu hijo el que se cogerá dos y tú ninguno. Entra dentro de la oscilación normal de la convivencia con los microbios. Pero no existe ese diagnóstico de “estar bajo de defensas”.

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P. Entonces, ¿sirven para algo los suplementos que afirman reforzar el sistema inmunitario?

R. Me temo que no. Es tan sólido que no necesita que tú le des nada.

Vuelve a haber hambrunas y la gente que muere literalmente de hambre, casi hasta sus últimos días, no empieza a tener infecciones. A las personas ancianas a las que al final les casca el sistema inmunitario, el cerebro ya les ha abandonado años antes. Pero esos ancianos de residencia que todos los inviernos inundan las urgencias con infecciones respiratorias, urinarias o intestinales continuas, realmente es que están en sus últimos años. El sistema inmunitario aguanta hasta el final, con lo cual pensar que necesita que le des una botellita del zinc o de bífidus no tiene el más mínimo sentido.

P. ¿Cuáles son los bulos más frecuentes que ha encontrado en torno al sistema inmunitario?

R. Los dos bulos más comunes son lo que hemos comentado. Primero, que existe tal cosa como las defensas bajas y que una persona sana y normal tiene algo que se puede ver en unos análisis que indique que sus defensas han bajado como si miraras el nivel del aceite del coche. Y segundo, que existe la necesidad o la posibilidad de potenciar o reforzar las defensas con algo que te entre por la boca.

P. Y para terminar, me gustaría preguntarle sobre la microbiota, que ha pasado de estar en el ostracismo de la investigación a ser considerada parte fundamental para comprender nuestra salud. ¿Qué papel juega en todo esto de la inteligencia del sistema inmunitario?

R. Un papel muy grande y según vamos estudiando cada vez más, porque la microbiota es un terreno en puro desarrollo. Hoy estamos entendiendo la microbiota casi como un órgano, uno imprescindible.

Si tú haces animales experimentales sin microbiota, pero con un sistema inmunitario perfecto, reaccionan fatal frente a las infecciones, no consiguen montar una respuesta inmunitaria correcta. Aunque todo está bien, todos los glóbulos blancos están, el timo está bien, el bazo, la médula ósea… pero al no tener microbiota, algo hay que hace que funcione mal, eso en cuanto a la parte del ataque. Y en cuanto a la parte de la tolerancia, seguramente tener los microbios correctos en el tubo digestivo; en eso la infancia seguramente tiene un papel esencial en esa especie de siembra de microbios. Si no tienes esa microbiota correcta, es muy probable que eso favorezca la aparición de enfermedades autoinmunes.

Así que si uno quiere cuidar la inmunidad, a día de hoy debe preocuparse, aparte de dejar un poquito más a los niños pequeños que tengan relación con el mundo de forma natural, de cuidar esa microbiota.