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Sandía vs. melón: ¿son igual de buenos para tu salud? Las claves del duelo del verano
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Diferencias nutricionales

Sandía vs. melón: ¿son igual de buenos para tu salud? Las claves del duelo del verano

Mucha agua, un poco de carbohidratos, algo de proteínas y fibra y muchas vitaminas y minerales. Esta es la composición de las frutas más consumidas en verano. ¿Hay diferencias entre ellas?

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

Las comparaciones no por odiosas (se dice) dejan de ser inevitables y buena prueba de ello es la que cada verano enfrenta al melón (Cucumis melo) con la sandia (Citrullus lanatus), dos destacados miembros de las cucurbitáceas. Aunque cada uno cuenta con una legión de fieles defensores, también son muchos los consumidores que comen los dos indistintamente.

Ambos son estupendos para alimentar, hidratar y refrescar de forma saludable. Entonces, ¿tiene sentido compararlos? Lo cierto es que instituciones tan prestigiosas como la Facultad de Medicina de Harvard y la Clínica Mayo han publicado en sus webs artículos dedicados a las cualidades nutricionales de estas frutas, destacando su perfil hipocalórico y su importante contenido en compuestos antioxidantes, lo que les sitúa entre los alimentos saludables.

Foto: Qué son los antioxidantes: ¿necesitamos tomarlos como suplementos? (Joanna Kosinska para Unsplash)

Una consulta a la Base de Datos Española de Composición de los Alimentos (BEDCA) confirma lo ya sabido: más del 90% de su composición es agua; los dos son bajos en calorías (el melón, 27 por 100 gramos de alimento comestible frente a las 20 calorías de la sandía), la proporción de carbohidratos es muy baja (6 g el melón y 4,5 la sandía), y las proteínas y fibra son imperceptibles (apenas llegan a un gramo por 100 de fruta).

Lo más desconocido por los consumidores y que realmente marca las diferencias es el contenido de vitaminas, sobre todo la C (el melón multiplica por 5 la cantidad presente en la sandía) y la A (la sandía cuadruplica los 4 microgramos que contiene el melón), y de minerales (calcio, potasio, sodio y fósforo), donde el melón se impone claramente.

Protegen del cáncer

La vitamina A que se halla en los vegetales se presenta en forma de provitamina, y se obtiene normalmente a partir de los carotenoides. Entre los carotenoides de la sandía se encuentra el licopeno (el responsable del color rojo de frutas y verduras), un potente antioxidante al que se atribuyen propiedades preventivas frente a diferentes tipos de cáncer, enfermedades cardiovasculares, incluso degeneración macular.

placeholder Los antioxidantes de la sandía protegen de diferentes tipos de cáncer. (iStock)
Los antioxidantes de la sandía protegen de diferentes tipos de cáncer. (iStock)

Esta cualidad no es exclusiva de Citrullus lanatus y un trabajo del Departamento de Nutrición Humana de la Universidad de Ohio (Estados Unidos) pone de manifiesto que el melón cantalupo (el anaranjado) también es rico en carotenos de alta biodisponibilidad, por lo que comparte las propiedades antioxidantes de la sandía.

Además, la vitamina A es necesaria para el desarrollo del tejido epitelial (que se encuentra en buena parte del organismo, como la piel, el pelo, las glándulas o las mucosas, por lo que es fundamental para mantenerlo sano) y la piel (un estudio publicado en Archives of Dermatology concluye que la administración oral con vitamina A es eficaz para la dermatitis crónica de las manos que no responde a otros tratamientos) y, más importante aún, evitar problemas oculares, como el ojo seco, que en condiciones extremas pueden conducir a la ceguera.

Potenciadores de la inmunidad

La vitamina C también es un potente antioxidante y está implicada, como describe la Clínica Mayo, en la producción de colágeno y en la formación de los vasos sanguíneos. A la vitamina C se le atribuye la capacidad de potenciar el sistema inmune y proteger la piel del daño solar.

Foto: Foto: Unsplash/@sweetsimplesunshine.

En cuanto a los minerales, el melón contiene, al menos, el doble de calcio, potasio, sodio y fósforo que la sandía. Una correcta relación entre sodio y potasio contribuye a normalizar las cifras de tensión arterial en personas hipertensas; el potasio es fundamental para la contracción de los músculos; el calcio beneficia a la salud ósea, cardiovascular y muscular, y el fósforo es un elemento esencial para la producción de proteínas y de la energía que necesita el organismo para llevar a cabo sus funciones.

'Viagra' natural

La sandía guarda un as en su composición: su alto contenido en L-citrulina (un aminoácido que produce arginina que da lugar al óxido nítrico, una sustancia que favorece la dilatación de los vasos sanguíneos y el flujo sanguíneo del pene) convierte a la sandía en una viagra natural y puede mejorar la disfunción eréctil. El médico y divulgador estadounidense Michael Greger, fundador de la web NutritionFacts.org, sostiene que una rebanada de sandía proporciona la misma cantidad de citrulina que un suplemento.

Foto: Foto: iStock. Opinión

Por un mecanismo similar –y por el efecto de la citrulina–, la sandía es un alimento beneficioso para mujeres posmenopáusicas con obesidad e hipertensión, en las que ayuda a rebajar las cifras de presión sistólica (alta), y también contribuye a mejorar el rendimiento deportivo y la recuperación posterior

El factor sorpresa del melón consiste en favorecer la salud de los huesos, gracias a su elevado contenido en folato (vitamina B9: 30 microgramos, diez veces más que la sandía), vitamina K y magnesio.

placeholder La sandía influye en el rendimiento deportivo. (iStock)
La sandía influye en el rendimiento deportivo. (iStock)

Así pues, no hay excusa para no rematar una comida veraniega, o tomar un tentempié refrescante, con una generosa rebanada de melón o sandía... Hay quien se agarrará a la falsa creencia de que las personas con diabetes no deben tomarlos, una idea que rechazan los cardiólogos; con todo, sí es cierto que tienen un índice glucémico alto, por lo que aquellos que tengan problemas para controlar sus cifras de glucosa deben moderar su consumo.

Entonces, ¿cuál es mejor para la salud? Como ha constatado la ciencia, comparten buena parte de propiedades, aunque cada uno tiene una cierta ventaja sobre el otro (por ejemplo, el melón en lo referente a la salud ósea y la sandía para la salud de los vasos sanguíneos). Por tanto, para no perderse nada, lo mejor es comerlos indistintamente.

Las comparaciones no por odiosas (se dice) dejan de ser inevitables y buena prueba de ello es la que cada verano enfrenta al melón (Cucumis melo) con la sandia (Citrullus lanatus), dos destacados miembros de las cucurbitáceas. Aunque cada uno cuenta con una legión de fieles defensores, también son muchos los consumidores que comen los dos indistintamente.

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