Qué es la ‘Shigella’ y por qué es tan contagiosa: síntomas, causas y cómo curarla

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La Shigella es la bacteria que causa una enfermedad llamada shigelosis, la cual afecta principalmente al tracto gastrointestinal. Como indica la Clínica Mayo, provoca síntomas como diarrea con presencia de sangre o mucosidad en las heces, fiebre, dolor abdominal, náuseas, vómitos y malestar general.

Se trata de un microorganismo muy contagioso, que se transmite principalmente a través del contacto directo con heces infectadas, alimentos o agua contaminada. Basta con una pequeña muestra infecciosa para transmitir la enfermedad. Además, esta bacteria permanece en las heces varias semanas tras superar la infección.

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Algo que preocupa bastante a los médicos es su resistencia a los antibióticos de primera y segunda línea, así como su facilidad de transmisión. Es posible contraer shigelosis al cambiar el pañal de un bebé, al nadar en agua contagiada, al tomar alimentos con la bacteria o a través de relaciones sexuales. Esta enfermedad es común en países en vías de desarrollo, pero puede darse en cualquier contexto social o territorio.

Suele cursar en una semana sin complicaciones

La infección cursa en una semana aproximadamente y, si el enfermo no tiene problemas previos de salud, suele recuperarse sin necesidad de antibióticos. Para prevenir su contagio, es recomendable lavarse bien las manos al ir al baño, antes de preparar alimentos o tras manipular pañales. A su vez, es importante desinfectar las superficies que hayan podido estar en contacto con heces, como los cambiadores de bebés o los inodoros.

Es importante evitar la deshidratación y controlar la fiebre en niños pequeños

Para tratar la shigelosis, es crucial manejar los síntomas como la deshidratación. El tratamiento habitual es beber líquidos y mantener reposo. Si la shigelosis se complica, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados, es posible administrar antibióticos para combatir la infección.

Es fundamental acudir al médico para recibir el tratamiento adecuado, ya que la resistencia bacteriana de la Shigella a los antibióticos puede complicar la infección. Esta resistencia puede variar según la región y el país, haciendo más complicado erradicar los focos de Shigella y saturando los sistemas de salud con complicaciones tales como síndrome urémico hemolítico, prolapso rectal o deshidratación, entre otras.