'Mindfulness', una alternativa real a los psicofármacos ansiolíticos y antidepresivos

Recientemente, se han publicado en la revista especializada JAMA Psychiatry los resultados de un ensayo clínico aleatorizado con 276 adultos con trastornos de ansiedad. En él se comparaba el MBSR o REBAP (reducción de estrés basado en atención plena), un entrenamiento estandarizado de la atención plena o mindfulness, con el escitalopram, un medicamento de primera línea para pacientes con trastornos de ansiedad. La conclusión ha sido clara: el entrenamiento estandarizado de la atención plena constituye una opción de tratamiento seguro y bien tolerado, con una eficacia comparable y con menos eventos adversos asociados que el tratamiento con escitalopram

En nuestro país, el consumo de ansiolíticos y antidepresivos se ha disparado en los últimos años, a la vez que aumenta el número de personas diagnosticadas con ansiedad y depresión. Quizá la pandemia de la covid-19 ha tenido un efecto multiplicador, al producir en muchas personas una sensación continua de amenaza que ha desencadenado, entre otros, problemas de estrés y ansiedad.

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Además, el frenazo en seco en nuestras vidas ocasionado por el confinamiento también ha podido destapar problemas psicoemocionales que hasta entonces se escondían detrás de la distracción y la vorágine del día a día. El caso es que ya son más de 58 y 52 millones de envases de ansiolíticos y antidepresivos, respectivamente, los consumidos anualmente en España, con un gasto anual de 759 millones de euros (datos interanuales disponibles a octubre 2022).

Opción terapéutica

Habitualmente, el tratamiento de los trastornos de ansiedad y depresión incluye medicamentos y terapia psicológica. Sin embargo, por un lado, muchos pacientes rechazan el tratamiento farmacológico por considerar que pueden provocarles efectos secundarios. Por otro lado, la falta de profesionales de la salud mental en el sector público y el coste del tratamiento psicológico en el sector privado supone un difícil acceso de los pacientes a la psicoterapia.

Por ello, la importancia del estudio radica en que ha valorado el entrenamiento estandarizado de la atención plena (MBSR) como una opción de tratamiento basada en evidencia científica para pacientes con trastorno de ansiedad sin efectos adversos, frente a un medicamento concreto.

En 2015, una comisión del Parlamento británico elaboró un informe, que tituló Mindful Nation, para revisar la evidencia científica en el entrenamiento en mindfulness o atención plena y formular recomendaciones al Gobierno para su implementación en las políticas públicas. Así, los sistemas de salud de Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos incluyen, desde hace años, el mindfulness específicamente para el tratamiento de trastornos de ansiedad, depresión, estrés y también para otras patologías físicas o mentales, incluyendo entre ellas el dolor crónico o incluso las adicciones.

Qué es el entrenamiento en la atención plena

De la misma forma que podemos entrenar el cuerpo, también podemos entrenar la mente. El protocolo MBSR de entrenamiento la atención plena se diseñó en 1979 en el Centro Médico de la Universidad de Massachusetts como una alternativa para pacientes de estrés, patologías relacionadas con el mismo y pacientes de dolor crónico que no mejoraban con otros tratamientos. Desde entonces, el MBSR viene siendo objeto de investigación sobre su impacto positivo en la salud física y mental.

En el ámbito de la salud física, y recogiendo parte de esta investigación, un metaanálisis que incluye 45 estudios ha concluido que el entrenamiento de la atención reduce marcadores fisiológicos de estrés.

Y su eficacia va más allá. En un artículo anterior hemos hablado del impacto positivo que tiene el entrenamiento de la atención plena en la actitud vital y la longevidad, ralentizando el proceso de envejecimiento celular e incluso con el potencial de revertir dicho proceso. Estudios realizados por la premio Nobel Elizabeth Blackburn y su colega Elissa Epel así lo han señalado.

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En el ámbito de la salud mental, otro metaanálisis sobre 142 estudios y 12.000 participantes con distintas afecciones psicológicas concluye que los entrenamientos estandarizados de mindfulness mostraron en general una potencia similar a las intervenciones psicológicas y psiquiátricas de primera línea. Más concretamente, se han acumulado razonables evidencias experimentales sobre el impacto positivo del entrenamiento de la atención en el tratamiento del estrés, la ansiedad y la depresión.

¿Qué elegirías: 'mindfulness' o tomar psicofármacos?

Muchos de los pacientes que se resisten a tomar ansiolíticos o antidepresivos como el escitalopram lo hacen por sus posibles efectos secundarios. A esta cuestión se une una investigación publicada en 2021, que ha descubierto que estos medicamentos funcionan simplemente incrementando la plasticidad del cerebro y, por tanto, incrementando el efecto que el entorno (positivo o negativo) tiene sobre el mismo.

La efectividad del tratamiento con medicamentos es mayor en personas con entornos acomodados o positivos

En una entrevista para El Confidencial, Rafael Moliner, investigador español que ha participado en este estudio, manifestaba que solamente si los factores ambientales son positivos se va a producir dicho efecto terapéutico al tomar los fármacos. Esto explica por qué la combinación de psicoterapia con antidepresivos es más eficaz que cualquiera de los dos tratamientos en solitario. También explica por qué la efectividad del tratamiento con medicamentos es mayor en personas con entornos acomodados o positivos que en personas con entornos deprimidos o negativos.

Lo diferencial del entrenamiento de la atención

Estudios de resonancia magnética funcional han mostrado que mindfulness es un entrenamiento que se basa en la neuroplasticidad natural del cerebro, por el que se generan nuevas conexiones neuronales e incluso nuevas neuronas en (y entre) áreas del cerebro claves, entre otros procesos, en los atencionales y de regulación emocional.

Pero, además, mindfulness es neuroplasticidad positiva dirigida, es decir, nos permite contemplar de forma más objetiva nuestros pensamientos, emociones y sensaciones, equilibrar el sesgo hacia lo negativo de la mente y ampliar la atención a estímulos positivos y neutros.

Hay una frase atribuida a Mark Twain hacia el final de su vida que ilustra este sesgo negativo de la mente y cómo la mayor parte de nuestras desgracias ocurren en la mente y no en la realidad: "Mi vida ha estado llena de innumerables desgracias, la mayor parte de las cuales nunca llegaron a suceder".

En la sociedad actual, la capacidad de anticipación nos pasa un caro peaje

Esa capacidad de anticipación, vital en algunas ocasiones para la supervivencia, en la sociedad actual a los seres humanos nos pasa un caro peaje, ya que el impacto psicofisiológico de la ansiedad y el estrés es el mismo, ya se trate de una amenaza real o imaginaria.

Y aquí radica la potencia adicional del entrenamiento de la atención, por el que la persona es capaz de modificar ese ambiente mental negativo, creado por los pensamientos, patrones y hábitos mentales que ha ido desarrollando a lo largo de su vida y que condiciona la forma en que afronta las experiencias difíciles. De esta forma conseguimos el segundo requisito que señala Rafael Moliner para que la neuroplasticidad sea terapéutica, cambiar el entorno (mental) negativo.

Es cierto que no todas las recetas valen para todas las personas. Habrá muchas personas para las que el tratamiento medicamentoso, e idealmente acompañado con psicoterapia, sea su única opción si su estado psicoemocional es demasiado precario.

Pero el incluir el entrenamiento de la atención plena, a través de profesionales formados en alguno de los protocolos estandarizados, como un recurso sanitario más, deja la puerta abierta a mejorar no solo nuestra salud mental, sino también la forma en que vivimos la vida.

Si eres una persona, aun con tus dificultades, con un cierto impulso y nivel de compromiso para, como en el caso del ejercicio físico, practicar de forma regular, ahora puedes elegir.