Un escáner ocular para detectar el párkinson 7 años antes de que aparezcan signos
El mayor estudio hasta la fecha ha identificado marcadores de la enfermedad en la retina. Se trata de un análisis, realizado con la ayuda de la IA, que aún requiere más investigación antes de que pueda llegar a la aplicación clínica
En nuestro país entre 120.000 y 150.000 personas padecen párkinson, según cálculos de la Sociedad Española de Neurología. Tras el alzhéimer, esta patología es el segundo diagnóstico neurológico más frecuente entre los mayores de 65 años. Y es que el 2% de los mayores de 65 años y 4% de los mayores de 85 años padecen párkinson en España. No obstante, no es una enfermedad exclusiva de los adultos mayores: el 15% de los pacientes no superan los 50 años y también se pueden encontrar casos en los que la enfermedad se inicia en la infancia o en la adolescencia.
Una nueva investigación podría haber dado con la clave para diagnosticarlo hasta siete años antes de que aparezcan signos gracias a los ojos. El estudio, publicado este lunes en la revista médica de la Academia Estadounidense de Neurología, Neurology, ha identificado marcadores del párkinson en las exploraciones oculares con la ayuda de la inteligencia artificial (IA). Se trata del mayor estudio realizado hasta la fecha sobre imágenes retinianas en la enfermedad y es la primera vez que se consiguen estos hallazgos varios años antes del diagnóstico.
El equipo de investigadores de la UCL y del Moorfields Eye Hospital ha analizado un conjunto de datos del proyecto AlzEye y la base más amplia del Biobanco del Reino Unido. El uso de estos dos grandes y potentes conjuntos de datos ha permitido al equipo identificar estos marcadores sutiles, a pesar del párkinson tiene una prevalencia relativamente baja (0,1-0,2% de la población).
El estudio ha confirmado investigaciones anteriores de una capa plexiforme interna de células ganglionares (GCIPL, por sus siglas en inglés) significativamente más delgada, mientras que por primera vez se encontró una capa nuclear interna de la retina (INL, por sus siglas en inglés) más delgada. Además, ha descubierto que un grosor reducido de estas capas se asociaba con un mayor riesgo de desarrollar el párkinson, más allá del conferido por otros factores o comorbilidades.
Estudio en fase inicial
Se necesitan más estudios para determinar si la progresión de la atrofia de GCIPL está impulsada por cambios cerebrales en la enfermedad o si el adelgazamiento del INL precede a la atrofia de GCIPL. Explorar esto podría ayudar a explicar el mecanismo y determinar si las imágenes de la retina podrían respaldar el diagnóstico, el pronóstico y el manejo complejo de los pacientes afectados por el párkinson.
En declaraciones a El Confidencial, el coautor del estudio Pearse Keane señala que "por el momento, aún estamos en la fase inicial de la investigación, por lo que serán necesarios varios años de trabajo antes de que pueda utilizarse en la vida cotidiana". "Estamos muy entusiasmados con el potencial de la IA para transformar la atención sanitaria, pero también somos cautos, por lo que tenemos que asegurarnos de que estos sistemas son sólidos, fiables, seguros y justos antes de empezar a utilizarlos para diagnosticar y tratar a los pacientes. También tendremos que asegurarnos de que la predicción precoz pueda realmente beneficiar a los pacientes, permitiéndoles planificar mejor su vida o iniciar un tratamiento temprano", añade Keane, que es investigador del Instituto de Oftalmología de UCL y Moorfields Eye Hospital.
La prueba que en un futuro podría utilizarse para esta predicción se llama tomografía de coherencia óptica (OCT) y sirve para hacer escáneres de retina. Este tipo de máquinas "ya están ampliamente disponibles en hospitales oftalmológicos y clínicas oftalmológicas de todo el mundo", explica el investigador.
En la misma línea se muestra otro de los autores del estudio, Siegfried Wagner, que ha mostrado su fascinación por estos resultados: "Sigo asombrado por lo que podemos descubrir a través de escaneos oculares. Si bien aún no estamos listos para predecir si una persona desarrollará la enfermedad de Parkinson, esperamos que este método pronto pueda convertirse en una herramienta de preselección para las personas con riesgo de enfermedad".
"Encontrar signos de una serie de enfermedades antes de que surjan los síntomas significa que, en el futuro, las personas podrían tener tiempo para hacer cambios en el estilo de vida para prevenir que surjan algunas afecciones, y los médicos podrían retrasar el inicio y el impacto de los trastornos neurodegenerativos que cambian la vida", apostilla Wagner.
El ojo, una ventana al cuerpo humano
El uso de datos de escáneres oculares ya ha revelado signos de otras enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer, la esclerosis múltiple y, más recientemente, la esquizofrenia, en un campo de investigación emergente y apasionante denominado "oculómica". Asimismo, han podido revelar la propensión a la hipertensión arterial, las enfermedades cardiovasculares, incluidos los accidentes cerebrovasculares, y la diabetes.
Los médicos saben desde hace tiempo que el ojo puede actuar como una "ventana" al resto del cuerpo, lo que permite conocer directamente muchos aspectos de nuestra salud. En la actualidad, las imágenes de alta resolución de la retina forman parte de la rutina oftalmológica, en particular un tipo de escáner 3D conocido como "tomografía de coherencia óptica" (OCT), muy utilizado en clínicas oftalmológicas y ópticas. En menos de un minuto, una OCT muestra un corte transversal de la retina (la parte posterior del ojo) con un nivel de detalle increíble: hasta una milésima de milímetro.
Estas imágenes son extremadamente útiles para controlar la salud ocular, pero su valor va mucho más allá, ya que un escáner de la retina es la única forma no intrusiva de ver las capas de células que se encuentran bajo la superficie de la piel. En los últimos años, los investigadores han empezado a utilizar potentes ordenadores para analizar con precisión un gran número de OCT y otras imágenes oculares, en una fracción del tiempo que tardaría un ser humano. Gracias a un tipo de inteligencia artificial conocida como "aprendizaje automático", los ordenadores son ahora capaces de descubrir información oculta sobre todo el cuerpo a partir de estas imágenes. De aprovechar este nuevo potencial trata la oculómica.
"¡La enfermedad de Parkinson es solo el principio! Ya hemos publicado trabajos en los que mostramos cambios en los vasos sanguíneos de la retina en pacientes con esquizofrenia. El año que viene esperamos mostrar trabajos en los que podamos predecir infartos de miocardio e ictus a partir de imágenes oculares, y quizá incluso predecir otras enfermedades neurológicas como el alzhéimer", concluye Keane.
En nuestro país entre 120.000 y 150.000 personas padecen párkinson, según cálculos de la Sociedad Española de Neurología. Tras el alzhéimer, esta patología es el segundo diagnóstico neurológico más frecuente entre los mayores de 65 años. Y es que el 2% de los mayores de 65 años y 4% de los mayores de 85 años padecen párkinson en España. No obstante, no es una enfermedad exclusiva de los adultos mayores: el 15% de los pacientes no superan los 50 años y también se pueden encontrar casos en los que la enfermedad se inicia en la infancia o en la adolescencia.