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¿Quieres empezar a comer bien? Deberías dejar de pensar solo en los alimentos
  1. Bienestar
SALUD DIGESTIVA Y EMOCIONAL

¿Quieres empezar a comer bien? Deberías dejar de pensar solo en los alimentos

Aunque establecer una dieta equilibrada y con todos los nutrientes necesarios es esencial, no es el único factor que condiciona tu salud cuando te sientas a la mesa

Foto: Fuente: iStock
Fuente: iStock

Hace décadas, la costumbre de comer en familia cada día era un hábito compartido por la mayoría de la gente. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, podríamos considerarlo algo casi "exótico". Y es que, en general, las comidas familiares y también las que hacemos con amigos, tienen lugar solo en contadas ocasiones. Hoy, la compañía más habitual a la hora de comer es la del teléfono móvil o la tablet, y esto, están teniendo consecuencias, tanto a nivel psicológico como físico.

La soledad nos hace comer rápido e insano

Aunque comer solo o acompañado puede afectar de un modo especial a nuestro desarrollo y equilibrio emocional, lo cierto es que, de manera indirecta, también puede alterar el modo en que comemos, es decir, en si lo hacemos más o menos rápido o en la elección de los alimentos. "Muchas veces, las personas que comen solas tienden a hacerlo como un trámite que hay que hacer empleando el mínimo tiempo posible para seguir adelante con sus tareas", apunta Natàlia Calvet, coach y experta en hábitos saludables. Y añade: "Eso puede llevarlas a comer a gran velocidad y cualquier cosa, para no tener que dedicar demasiado tiempo a prepararlo. Por eso, es importante ver el momento de la comida como un espacio reservado para el autocuidado y practicar el comer conscientemente y disfrutando".

Comer en soledad puede llevarnos a comer más rápido y elegir alimentos menos saludables

Ahora bien, "si comes solo y consideras ese tiempo como una especie de paréntesis para el autocuidado y para aprender a ser conscientes de la propia presencia, también puede ser bueno para tu salud mental y emocional prescindir de la compañía en ese momento".

placeholder Comer mirando el móvil hace que desconectemos de la sensación de saciedad. (iStock)
Comer mirando el móvil hace que desconectemos de la sensación de saciedad. (iStock)

Además, existe otro factor clave que participa en la conexión entre la comida, la compañía y la salud. Se trata del uso de los teléfonos móviles mientras comemos, el cual es "uno de los peores hábitos que se pueden adoptar", opina Calvet. Hoy en día, muchas personas durante el almuerzo, la comida o la cena consultan las redes sociales, el correo electrónico o miran una serie. Esto "hace que comamos mucho más de lo que necesitamos y que empeore la digestión, ya que gran parte de nuestra energía estará destinada al cerebro. Comer mirando la televisión o el móvil hace que estés distraído, completamente desconectado de tus señales de saciedad y hambre", advierte la experta.

El ambiente es más importante que la mera compañía

Según un estudio reciente realizado por Oxford Economics y el National Centre for Social Research, comer en compañía nos hace sentir mejor que comer solos. La investigación, llevada a cabo con la colaboración de 8.250 participantes, llegó a la conclusión de que las personas que compartían mantel de forma habitual eran más felices que las que no lo hacían. La cuestión es que, lamentablemente, el estudio se queda corto. Es decir, que no aporta las posibles razones por las que comer en compañía parece estar asociado con la felicidad.

Foto: Cuando la soledad es no deseada puede tener un efecto devastador en la salud física, mental y emocional. (iStock)

En este sentido, la experta lanza algunas ideas que podrían respaldar las conclusiones del estudio: "Comer es mucho más que nutrición, también es conexión. Es un momento de interacción social. Además, en el caso de las comidas familiares, es importante para el desarrollo de los niños y para el bienestar de todos". Ahora bien, este escenario propicio para la comunicación y el desarrollo positivo de las emociones, también puede ser el marco de muchos momentos de tensión. "Muchos padres tienen la mala costumbre de obligar a sus hijos a comer los alimentos que ellos quieren y en la cantidad que ellos consideran, y eso es un error muy grande. De esta manera, solo conseguimos que los niños se desconecten de sus propias señales de hambre y saciedad y que tengan una mala relación con la comida", señala Calvet quien defiende que "a los niños nunca se les debe obligar a comer. Se trata de ofrecer siempre opciones saludables y dejar que sean ellos los que elijan lo que prefieren comer y cuánto. Es normal que tengan sus propios gustos".

Lo más importante es que la comida sea un momento sin tensión ni estrés

De modo que, el ambiente relajado prima sobre el número de comensales a la hora de hablar de su influencia en la salud. "Si se come en familia o acompañado, en un ambiente distendido y amable, y ese momento lo dedicamos a compartir nuestro día a día, además de nutrirnos, estaremos viviendo un momento de conexión con otras personas", sostiene.

placeholder Comer de forma consciente nos ayudan a tener una mejor relación con la comida. (iStock)
Comer de forma consciente nos ayudan a tener una mejor relación con la comida. (iStock)

Y es que, "lo más importante es que la comida sea un momento sin estrés ni tensión. Ya comas solo o acompañado es importante hacerlo conscientemente, despacio, masticando bien y agradeciendo todos los nutrientes que estamos ingiriendo".

Prestar atención al acto de comer, y solo a eso

Partiendo de la idea de que el entorno a la hora de comer, según la experta, es el que verdaderamente afecta a la salud física y emocional de los comensales, debido a su capacidad para alterar nuestra actitud y estado de ánimo, la alimentación consciente se revela como una herramienta interesante a la hora de controlar la conexión entre la comida y la compañía, y su repercusión en las emociones y la salud.

"Tanto si comes solo como si lo haces acompañado, es importante practicar la alimentación consciente. Hoy en día solemos comer distraídos, sin prestar atención, y eso tiene repercusiones negativas en nuestra salud digestiva", asegura la experta.

Hace décadas, la costumbre de comer en familia cada día era un hábito compartido por la mayoría de la gente. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, podríamos considerarlo algo casi "exótico". Y es que, en general, las comidas familiares y también las que hacemos con amigos, tienen lugar solo en contadas ocasiones. Hoy, la compañía más habitual a la hora de comer es la del teléfono móvil o la tablet, y esto, están teniendo consecuencias, tanto a nivel psicológico como físico.

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