Donaciones de sangre: cuánto te sacan, cuándo se usa y cuánto se puede conservar
Se trata de una de las cosas más altruistas que podemos hacer. Hay gente que la necesita y, si pesamos más de 50 kg, somos mayores de edad y estamos sanos, podemos 'regalársela' a alguien necesitado hasta 4 veces al año
Estamos secos. Tal y como informan desde la Asociación Madrileña de Hematología y Hemoterapia, en el periodo vacacional se producen un 20% menos de donaciones de sangre. Es de entender, nadie se va a la playa, a Estepona y piensa: "en vez de aprovechar los pocos días que tengo al año para descansar, al sol, leer, estar con la familia, pasármelo bien, etc... voy a irme a Torremolinos a donar sangre".
Aunque eso sería extraordinariamente noble, no es justo para el potencial donante pedirle (y mucho menos exigirle, a coste de su reputación personal) que realice ese sacrificio, no solo físico, sino también en materia del escaso tiempo del que disponemos.
Entonces... ¿qué hacemos? La sangre sigue haciendo falta. En verano también hay heridos y operados, así como personas con enfermedades hematológicas que requieren, para seguir viviendo, de las susodichas transfusiones. La solución, como en toda buena donación, es recordarnos a nosotros mismos, y si nos apuramos, a aquellos que nos rodean de un simple hecho muy objetivo: hace falta sangre.
Volviendo al caso de la Comunidad de Madrid, cada día las autoridades sanitarias de la región actualizan los niveles de reservas de sangre e informan a la población a través del siguiente gráfico (que no para de actualizarse, si hay cambios):
🚨 Necesitamos urgentemente #sangre de los grupos 🅾+, 🅾- y 🅰+
— Centro de Transfusión🩸 (@Madridonasangre) August 16, 2023
🔴 Son necesarias 900 donaciones diarias para atender a pacientes con cáncer, leucemia y otras enfermedades. También para cirugías, urgencias, accidentes...
❣ Anímate a #donarsangre.
📱 https://t.co/5hbVjUlqaf pic.twitter.com/8GbPHGWnXV
Como podemos ver, en Madrid apenas se dispone, hoy por hoy, de 0+, 0- y de A+. Como informan desde el propio Centro de Transfusión de la Comunidad de Madrid, para que nos hagamos una idea de cuánta sangre se necesita, nos explican que, en una urgencia por un accidente de tráfico, se pueden utilizar entre 20 y 30 bolsas de sangre. Dicho de otro modo: hacen falta muchísimas donaciones, muchísimas.
Bien, llegados a este punto, tal vez nos preguntemos: "Ok, convencido estoy. ¿Cómo funciona el asunto?". Lo primero es saber si somos aptos para donar. Los requisitos son relativamente simples: pesar más de 50 kilos, ser mayor de 18 años y estar sano (no tener infecciones, enfermedades sistémicas, tomar medicaciones, etc...).
En segundo lugar, deberemos localizar dónde se puede donar sangre. Uno de los principales puntos de donación son las oficinas (y autobuses) de la Cruz Roja Española. En ocasiones se le echa en cara a esta institución el hecho de no 'regalar' las preciadas bolsas a quienes las necesitan, sino su venta por un precio preestablecido de 69,75 € desde 2021 hasta 2025, cuando se renegociará un nuevo convenio, pero no es así. Debemos tener en cuenta que la ley española estipula que, de ningún modo, se puede hacer negocio con la sangre. Este precio cubre lo que le cuesta a la Cruz Roja el material necesario para llevar a cabo la donación (como las bolsas y agujas de un solo uso), así como los análisis de sangre obligatorios e, incluso, el combustible del autobús, necesario para que este llegue a zonas donde no se podría donar de otra manera.
También podemos acercarnos a un hospital, dado que la inmensa mayor parte de ellos, tanto públicos como privados, dispone de sus propias unidades de donación de sangre.
El proceso es relativamente simple: al igual que en un análisis, se nos insertará en una vena de un brazo, una aguja a modo de vía. Primero, se sacarán muestras de sangre para enviarlas al laboratorio (y asegurarse así de que es apta nuestra sangre, dado que en el caso opuesto habría un problema de salud pública enorme). Después, a través de esa misma vía, se conectará a una bolsa de sangre, medianamente llena (de fábrica) con una mezcla de anticoagulantes y conservantes, para que dure más.
Permaneceremos sentados en ese asiento, normalmente reclinados, durante unos 20 minutos. En total, nos extraerán 450 ml de fluido, lo que supone entre un 6% y un 8,5% del total que tenemos en nuestro organismo. Legalmente, se puede extraer hasta un 13% del volumen total, pero debido a la estandarización de las bolsas, casi nunca se saca tanta. Tras finalizar el proceso, continuaremos tumbados unos minutos para, después, 'darnos el alta'. Normalmente, dado que este proceso reduce la tensión sanguínea y el azúcar en sangre, nos proporcionarán un refresco azucarado y algo de comer.
A pesar de los conservantes junto a los que se almacenan los fluidos que nos han extraído, los glóbulos rojos (no lo único, pero lo más útil de nuestra donación) se pueden conservar, como explican desde la Cruz Roja Española, hasta 42 días a una temperatura de 4ºC. Otros componentes, como las plaquetas, solo duran 7 días a 22 ºC, y siempre en agitación. Por su parte, el plasma, el fluido principal de la sangre, se puede almacenar hasta 3 años, ultracongelado a -40 ºC.
Donar sangre es uno de los actos más altruistas que podemos realizar y lo ideal sería que todos y cada uno de nosotros (que podamos) lo hiciésemos de forma regular (con un intervalo mínimo de 2 meses hasta un máximo anual de 4 donaciones en el caso de los hombres y 3 en el de las mujeres). Tampoco hace falta que sea durante nuestras vacaciones, pero después estaría bien.
Estamos secos. Tal y como informan desde la Asociación Madrileña de Hematología y Hemoterapia, en el periodo vacacional se producen un 20% menos de donaciones de sangre. Es de entender, nadie se va a la playa, a Estepona y piensa: "en vez de aprovechar los pocos días que tengo al año para descansar, al sol, leer, estar con la familia, pasármelo bien, etc... voy a irme a Torremolinos a donar sangre".
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