Los alimentos que modifican nuestra orina: por qué ocurre y claves a tener en cuenta

El color, la textura y el olor de la orina pueden aportarnos información importante sobre nuestra salud y nuestra dieta. Lo normal es que la orina no tenga un olor muy fuerte; sin embargo, en determinadas ocasiones, tras comer una serie de alimentos, podemos notar cómo ese olor cambia y se torna un tanto inusual (para algunos, apestoso). También sucede con ciertos medicamentos, vitaminas y suplementos (como los fármacos para tratar infecciones del tracto urinario), así como cuando el cuerpo está deshidratado, pues cuando esto sucede, los riñones, que filtran los desechos, conservan agua, lo que conduce a una orina más concentrada y con un olor más fuerte de lo habitual. Además, la deshidratación puede hacer que la orina adquiera un color más oscuro. Hoy nos centraremos en ciertas comidas o bebidas que pueden hacer que nuestra orina huela raro, lo que no debe ser motivo de preocupación. Repasamos tres de ellas:

Espárragos

Quizá el ejemplo más conocido de alimentos que provocan un olor extraño en la orina. Esto se debe a que los espárragos contienen un compuesto llamado ácido asparagúsico que el cuerpo descompone en compuestos que contienen azufre. Cuando vamos al baño y orinamos, estos compuestos se evaporan rápidamente, creando un olor distintivo, y muchas veces desagradable. Así, en esencia, los potentes compuestos que pasan a través de nuestra orina desprenden olores bastante fuertes.

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Aunque no todo el mundo puede detectar o apreciar el cambio en el olor de la orina tras comer alimentos con azufre. De hecho, se estima que menos del 50 por ciento es capaz de apreciar este olor que recuerda al repollo cocido. ¿Por qué no puede olerlo todo el mundo por igual? Debido a variaciones genéticas, hay personas que carecen del gen específico que les permite oler los compuestos únicos que se producen al consumir espárragos. Aunque también puede ser porque metabolicen los subproductos de azufre más rápido en su organismo, y no pase suficiente cantidad a través del sistema renal del cuerpo como para que sea apreciable en el olor de la orina.

De la misma forma, los ajos o la cebolla también pueden provocar esta alteración en el olor de la orina; e incluso cambiar su color habitual debido a que son alimentos cargados de azufre. Otros con un gran aporte de este elemento son los puerros, las cebolletas, la coliflor, la rúcula, las coles de Bruselas, el brócoli o las frambuesas.

Café

El café, una de las bebidas más consumidas en todo el planeta, es otro de los 'culpables' de cambiar el olor de la orina. La razón es que es un potente diurético, lo que significa que promueve la producción de orina. Cuando lo tomas, especialmente en grandes cantidades, orinas con más frecuencia, lo que puede intensificar el olor a orina. Así, el aumento de producción de esta, junto con el olor fuerte y distintivo del café, puede hacer que huela 'parecido' a él debido a que algunos de sus compuestos aromáticos se metabolizan y excretan. Entre los compuestos que contribuyen a este olor particular en la orina se encuentran los fenoles y otras sustancias aromáticas.

Especias

No todas, pero algunas especias o condimentos que usamos para cocinar nuestras comidas sí que pueden influir en el olor de nuestra orina. Esto se debe a que las especias suelen contener compuestos aromáticos potentes que pueden persistir durante la digestión y acaban expulsadas en la orina provocando un cambio considerable en su olor.

"Algunas personas son más sensibles al olor de la orina después de comer ciertos alimentos debido a un rasgo genético"

¿Qué especias pueden provocar que la orina huela raro? Pues el comino, el curry, la cúrcuma, el cilantro, el ajo o la cebolla en polvo... Todas estas especias contienen compuestos volátiles que pueden excretarse a través de la orina, lo que transforma el olor.

Notar un pequeño cambio no tiene por qué preocuparnos, puede estar provocado por la ingestión de algunos de estos alimentos o bebidas que hemos mencionado anteriormente, pero la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición añade que, si notamos una variación persistente que no está relacionada con la dieta, lo mejor que podemos hacer es acudir a la consulta de un médico.