5 razones por la que no deberías llevar ropa interior moldeadora a partir de los 50 años

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El uso de lencería o ropa interior moldeadora ayuda a muchas personas a disimular zonas del cuerpo, como la tripa o los glúteos, de las que no se sienten especialmente orgullosos y que sienten la necesidad de ocultar, en la mayoría de los casos, para reducir el tallaje de la ropa y disimular así los kilos de más.

Hacerlo de vez en cuando para eventos especiales, como puede ser el asistir a una boda, puede estar más que justificado por un puro gesto de coquetería. Sin embargo, y debido a su gran eficacia, muchas personas usan a diario estas prendas, también conocidas como fajas, y esto puede acarrear serios problemas de salud.

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El Confidencial

Para empezar, no son nada cómodas de llevar ya que comprimen el cuerpo ejerciendo una gran presión en la zona abdominal y lumbar, lo que puede llegar a apretarlo tanto que reduzca la libertad de movimientos de aquella persona que utiliza estas prendas. Pero ese no es el único inconveniente para la salud humana. De ahí que no sea recomendable su uso cuando ya se han cumplido los 50 años.

Riesgos de usar faja a diario

Esa fuerte presión, además, dificulta la circulación sanguínea y que las personas puedan respirar con normalidad e incluso puede provocar sensación de mareo, hinchazón de piernas o dolores de tripa. Asimismo, la presión constante puede generar una sensación añadida de calor, lo que es contraproducente para las mujeres que padecen sofocos provocados por la menopausia.

En este sentido, el aumento del calor corporal también puede aumentar la sensación agobio y malestar general y derivar en la irritación de la piel por exceso de sudoración que podrían dar lugar a roces, erupciones o sarpullidos. Otro efecto negativo de usar esta ropa moldeadora es que puede variar la postura corporal tanto a la hora de estar de pie como sentado, lo que provocaría dolores de espalda o, incluso, de piernas.

Dolores de espalda, mareos, hinchazón en las piernas, aumento de sofocos y sudoración, pérdidas de orina o irritación en la piel son algunos de los efectos adversos de usar fajas

Por último, tampoco son buenas para personas con problemas de vejiga. Por todos es sabido que, con el paso de los años, es habitual tener problemas de incontinencia urinaria. De ahí, que utilizar fajas apretará más la vejiga y provocará la urgencia de ir al baño de forma habitual con el consiguiente riesgo de sufrir pérdidas de orina o de provocar algún tipo de infección urinaria.