¿Qué es el retraso óseo? Cómo saber la edad de tus huesos

• Seis señales que sueles ignorar de que tienes un problema de huesos
• Descubre cómo afecta el ejercicio con dieta a tus huesos

El crecimiento de los huesos suele ir a la par que el crecimiento de un niño. Sin embargo, a veces se producen retrasos en el desarrollo del sistema óseo y, aunque esto no tiene que significar que haya un problema de salud, es determinante a la hora de predecir la altura que alcanzará un niño y cuánto tiempo más va a crecer.

El retraso óseo se puede medir con una sencilla prueba, que revela la edad ósea de una persona. Como explican en el medio especializado Familia y Salud, la edad ósea no tiene por qué coincidir con la edad real de un niño, pero una diferencia de más de un año entre ambas indica un problema de crecimiento. Esta puede ser menor o mayor, y hablaríamos de retraso o adelanto óseo.

TE PUEDE INTERESAR

Así afecta no comer carne al crecimiento de los niños

Juan Montagu

La velocidad a la que crece el esqueleto es variable entre individuos, y en algunos se adelanta y en otros se atrasa. Los huesos de los niños crecen gracias a la calcificación del cartílago de crecimiento, presente en todos los huesos infantiles. Cuando este se calcifica del todo, el hueso deja de crecer, y esto ocurre a diferentes edades.

Ventajas de saber la edad ósea

La forma más sencilla de medir la edad ósea es con una radiografía de la mano izquierda. Esta parte del cuerpo tiene muchos huesos, lo que permite medir con mayor exactitud cuál es la edad ósea de una persona. Esta radiografía se compara con un modelo base, recogido en el Atlas de Greulich y Pyle, para determinar si hay o no diferencia y cuánta.

La edad ósea resulta útil para detectar problemas de talla, cuando los niños son más pequeños que sus compañeros de clase y llegarán a la talla adulta más tarde que los demás. Además, determinar la edad ósea puede ayudar a saber la edad de un menor en circunstancias especiales, como niños sin papeles y refugiados.

En algunas ocasiones, hay un adelanto óseo y puberal, y se da cuando el esqueleto crece más rápido que la edad cronológica. Esto es común en niños con obesidad. Pero la patología más frecuente es el retraso óseo, en el que el esqueleto del pequeño crece con mayor lentitud. Hay enfermedades, como el hipotiroidismo o la desnutrición provocada por insuficiencia renal, enfermedad celiaca o enfermedad pulmonar crónica, que retrasan la edad ósea. En cuanto mejora la salud del niño, este retraso óseo es menor.

Por otra parte, hay medicamentos que también pueden adelantar el desarrollo óseo, produciendo adelanto óseo. Los más habituales son los corticoides orales (en formato tópico no influyen en el crecimiento) y ciertas hormonas, como los estrógenos, la testosterona, la hormona tiroidea y la hormona de crecimiento. Otros medicamentos, como los análogos de LHRH que se usan en el tratamiento de la pubertad precoz, pueden frenar esta edad ósea.