¿Qué es la parosmia? La secuela del covid de la que poco se habla

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Todavía hay muchos aspectos del covid que desconocemos, especialmente en lo que se refiere a secuelas. Se trata de una enfermedad que puede provocar daño neuronal, especialmente en la zona que controla el aparato respiratorio, y este tarda un tiempo en repararse. Es por ello que hay pacientes con covid que pierden el olfato y el gusto.

Estos síntomas tardan un tiempo en desaparecer, pero en ocasiones, durante el periodo de recuperación del olfato, aparece un síntoma nuevo llamado parosmia. Como explica la Universidad de Utah, esta es una secuela desagradable que provoca que el paciente interprete los olores habituales como malos olores. Por ejemplo, la carne puede oler a podrido, las rosas pueden oler a basura, o la colonia puede oler a vinagre.

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Como indica la Clínica Mayo, no hay que confundir la parosmia con la fantosmia, aunque ambas afecciones están relacionadas con los daños provocados por infecciones en las vías respiratorias, como el covid o la gripe. En los casos de fantosmia, el paciente detecta colores, agradables o desagradables, que realmente no existen, una alucinación olfativa. En la parosmia, los olores se intercambian, y lo que algo antes olía agradable, como el café, ahora se detecta como olor a basura o a estiércol.

¿Existe cura para la parosmia?

La parosmia puede ser incapacitante si el paciente experimenta olores desagradables con todo tipo de comida y bebidas. La patología genera ansiedad al no poder disfrutar de la hora de la comida o del día a día. En otros pacientes, incluso el agua o el gel de baño cambian de olor y la higiene se vuelve una pesadilla. Si bien no existe una cura para la parosmia, se ha observado que esta dolencia mejora con el tiempo en la mayoría de los casos.

Si bien no existe un tratamiento, hay terapias que pueden acelerar la recuperación

Este cambio en el sentido del olfato se presenta unos meses después de la infección por covid. La parosmia puede tardar más de 18 meses tras la infección en mejorar y desaparecer para el 65% de las personas. Otros tardan hasta dos años en mejorar. Existen terapias de reentrenamiento olfativo que pueden acelerar el proceso de curación. A grandes rasgos, estas terapias consisten en exponerse todos los días a olores fuertes, como cítricos, perfumes, eucalipto o lavanda, mientras se piensa en ese olor, para recuperar las conexiones nariz-cerebro dañadas.

Otros especialistas recomiendan el uso de esteroides intranasales, irrigaciones salinas o enjuagues sinusales y medicamentos neuromoduladores. Se recomienda también introducir cambios en el estilo de vida, que permitan reducir los detonantes de los episodios de parosmia, como preparar comidas suaves o tomar alimentos fríos o no cocinados. En cualquier caso, la recuperación es lenta y requiere de mucha paciencia.