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La innovadora terapia contra el cáncer que salvó la vida de Sara
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LAS CAR-T

La innovadora terapia contra el cáncer que salvó la vida de Sara

A la marbellí le diagnosticaron un linfoma de grave pronóstico. Tras recibir sin éxito dos estrategias de tratamiento, la terapia de células T ha conseguido la remisión de la enfermedad

Foto: Sara Torres. (Foto cedida)
Sara Torres. (Foto cedida)

Con 23 años, un bebé de apenas cinco meses y su marido fuera de España por trabajo, a Sara Torres le detectaron un cáncer de sangre muy agresivo. Fue a principios de 2020, con la pandemia a punto de explotar, cuando le diagnosticaron un linfoma primario de mediastino, un tipo de linfoma B y no-Hodgkin. La Navidad previa comenzaron los síntomas que llevarían a la marbellí a someterse a dos tratamientos que no funcionaron y, finalmente, a la curación gracias a una innovadora terapia de células T con receptores quiméricos de antígenos (CAR-T, por sus siglas en inglés). “Al principio este tratamiento no me sonaba nada bien, pero al final me ha salvado la vida. Ojalá llegase a todas las personas que tienen este tumor”, señala Sara a El Confidencial.

Aunque las estrategias clásicas como la quimioterapia pueden ser eficaces en alrededor del 60% de los casos, hasta la mitad de los pacientes recaerán. Y para las personas que vuelven a tener la enfermedad, los resultados suelen ser malos. En el caso de la marbellí, fracasaron dos líneas de tratamiento, antes de llegar a la innovadora que le salvaría la vida. Al preguntarle a la hematóloga que llevó el caso de Sara, María Casanova, sobre qué hubiese sido de ella si no hubiese accedido a esta última terapia, lo tiene claro: “No hubiese tenido esperanza de vida”. “No tengo experiencia de rescatar a pacientes en una situación de refractariedad con dos líneas previas y con esta agresividad. No disponíamos de terapias mucho mejores en esa época, no creo que tuviese nada. Son pacientes realmente desahuciados”, resume a este periódico la especialista del Hospital Universitario Costa del Sol de Marbella.

Fracaso de dos terapias

La hematóloga cuenta que la lucha contra el cáncer de Sara comenzó con la quimioterapia: “Tenía una afectación cervical y de mediastino con una gran masa que afectaba a todo el mediastino anterior, conseguimos que pronto mejoraran sus síntomas de tos, de compresión... Cuando reevaluamos, hicimos un TAC intermedio y vimos que la paciente iba bastante bien. De tal forma que continuamos con los seis ciclos que se utilizan y conseguimos una remisión completa metabólica mediante el PET-TAC, que es la prueba que más usamos”.

En mayo de 2020, tras este primer tratamiento, se la dio por curada, “pero a los cuatro meses, en septiembre, ella misma comenzó a notarse el crecimiento de adenopatías en el cuello”. “En ese tipo de linfoma, cuando recaen, las recaídas son bastante rápidas en el tiempo, es decir, que suelen darse en los primeros ocho meses del tratamiento. Eso nos indica que hay una refractaria a la quimioterapia, y es un factor de mal pronóstico”, relata la especialista.

placeholder Sara Torres durante los tratamientos. (Foto cedida)
Sara Torres durante los tratamientos. (Foto cedida)

Cuando detectaron la posible vuelta de la patología, los médicos hicieron una biopsia para confirmar que seguía siendo el mismo tipo de linfoma y, tras ello, llegó la segunda línea de tratamiento estándar, con una quimioterapia distinta a la primera y “los fármacos y combinaciones que usamos habitualmente en los linfomas B difusos de células grandes y linfoma también primario y mediastino”. Con esa segunda estrategia, la respuesta fue “no más lenta porque iban mejorando las adenopatías, pero no la esperada porque no se llegaban a ir del todo”.

Viendo la evolución, en 2021 el Costa del Sol comenzó los trámites para solicitar la terapia con CAR-T para Sara. “Tenemos unos dos meses desde que la pides hasta que la paciente ingresa en el hospital de referencia, en este caso el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Y hasta que se infunden las CAR-T son, al menos, dos meses en los que debemos mantener a la paciente bien. Intentar que el linfoma no progrese más, que no complique y que no impida el poder recibir ese tratamiento. Por eso, en este caso utilizamos terapias puentes para frenar el linfoma. Ella recibió una terapia puente que es un fármaco nuevo, otro tipo de inmunoterapia que es un anti PD 1. Porque este tipo de tumor tiene activada la vía PD 1 y pudimos solicitar el uso compasivo de este fármaco para intentar frenar la proyección, además de mucho corticoide, con lo problemático que son sus efectos secundarios. Y así, pudo llegar al día de poder infundirle”, cuenta la doctora.

CAR-T para 'curarse' en 6 meses

El tratamiento que salvó la vida a Sara se llama axicabtagen, un tipo de terapia CAR-T. “Según los estudios existentes, las tasas de respuestas son muy altas… Hablamos de unas remisiones completas que están en torno a un 60%. Lo que es un dato muy bueno”, señala la médico.

En el caso de Sara, desde que se sometió el tratamiento hasta que se pudo considerar que estaba curada pasaron “unos seis meses, fue superrápido”, relata la propia paciente.

Pero ¿qué es esto de las CAR-T? La hematóloga lo define como una modalidad de inmunoterapia que “consiste en extraer los linfocitos del paciente. Y, mediante ingeniería genética, manipular esos linfocitos, insertarles un receptor para poder redirigirlos a la célula maligna, a la célula tumoral. Por lo tanto, una vez que se manipulan, ese producto vuelve a ser infundido al paciente para atacar al tumor”.

placeholder Ilustración: iStock.
Ilustración: iStock.

En resumidas cuentas, extraen los linfocitos, que son las células del sistema inmune del propio paciente, se llevan a un laboratorio –antes se tenían que mandar a EEUU, ahora hay en Ámsterdam– y se modifican genéticamente para que peleen mejor contra las células tumorales. Posteriormente, se vuelven a infundir en el paciente para que actúen como unos superlinfocitos que luchan contra el cáncer.

Seguimiento y efectos secundarios

El seguimiento de la paciente durante el primer año tras el tratamiento con CAR-T fue realizado por el centro donde se realizó la terapia, en este caso el hospital sevillano con “una monitorización muy estrecha”. “Pero una vez que pasa ese primer año, ya la seguimos nosotros. Y en el Costa del Sol realizamos controles bastante frecuentes para testar el nivel de neutrófilos, el nivel de inmunoglobulinas y pautar tanto factores de crecimiento como administrar inmunoglobulina si estaban en niveles bajos. Evitamos así las infecciones, que es lo más frecuente que podemos ver en el largo plazo”, explica la hematóloga del centro marbellí.

En cuanto a los efectos secundarios propios de este tipo terapia durante la administración pueden ser fiebre o malestar general. Y, más adelante, el principal afectado es el sistema inmune del paciente, ya que digamos que las CAR-T le hacen una especie de reset.

placeholder Sara Torres. (Foto cedida)
Sara Torres. (Foto cedida)

En el caso de Sara, un efecto secundario que sigue teniendo dos años después de someterse al tratamiento es que se le bajan los índices de inmunoglobulina, que es la encargada de, simplificando, “rechazar los catarros”. “Entonces, cada cosa que cojo, se me convierte en el doble o tripe de grave”, cuenta la paciente. Por ello, cada dos meses le realizan una analítica para controlársela y que le establezcan una estrategia para equilibrar esta proteína.

Aunque sea con este efecto secundario, y frente al peor de los resultados posibles si no se hubiese sometido a la innovadora terapia, hoy en día “Sara lleva más de 2 años curada”, según su hematóloga. “Siempre digo potencialmente curada, porque necesitamos los seguimientos y los datos de todos esos ensayos. Pero es nuestra esperanza. Y esa esperanza es el convencimiento, esa certeza de que lo que estamos haciendo tiene un sentido. Tiene un futuro. Y yo deseo que Sara siga estando estupenda y que nosotros los hematólogos podamos seguir ilusionados ante terapias como estas, que cambian la vida de los pacientes y la vida de los linfomas”, relata.

Hospitales en los que están disponibles

El tratamiento que recibió Sara está disponible en 25 centros públicos españoles que han sido designados por el Ministerio de Sanidad, a los cuales se suman algunos privados.

Foto: Paulo Peregrino muestra su evolución en un solo mes. (EFE/Isaac Fontana)

Las estrategias terapéuticas con CAR-T en España se encuentran recogidas dentro de las terapias avanzadas de Ministerio. Al ser tratamientos tan nuevos, en realidad falta información en cuanto a evolución de los pacientes –tanto en número de sujetos de estudio como en temporalidad–, para poder conocer al 100% los efectos secundarios que puedan tener. Por ello, por el principio de precaución, las terapias de células T solo se permiten en varios tipos de cáncer después de que hayan fallado tratamientos convencionales anteriores. Además, este tipo de innovaciones médicas tienen un alto coste.

En la práctica clínica actual, estas innovadoras terapias se está llevando a cabo principalmente en neoplasias hematológicas (leucemias y linfomas). Estas enfermedades llevan la delantera –especialmente el linfoma de células B y la leucemia aguda–, pero hay otras muchas patologías en las que ya hay resultados prometedores. También en tumores sólidos e, incluso, en enfermedades no tumorales como las que se encuentran en el campo de las infecciones o de las patologías autoinmunes.

Con 23 años, un bebé de apenas cinco meses y su marido fuera de España por trabajo, a Sara Torres le detectaron un cáncer de sangre muy agresivo. Fue a principios de 2020, con la pandemia a punto de explotar, cuando le diagnosticaron un linfoma primario de mediastino, un tipo de linfoma B y no-Hodgkin. La Navidad previa comenzaron los síntomas que llevarían a la marbellí a someterse a dos tratamientos que no funcionaron y, finalmente, a la curación gracias a una innovadora terapia de células T con receptores quiméricos de antígenos (CAR-T, por sus siglas en inglés). “Al principio este tratamiento no me sonaba nada bien, pero al final me ha salvado la vida. Ojalá llegase a todas las personas que tienen este tumor”, señala Sara a El Confidencial.

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