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Tu piel y tu salud mental están más relacionadas de lo que crees
  1. Bienestar
'NADA MÁS PROFUNDO QUE TU PIEL'

Tu piel y tu salud mental están más relacionadas de lo que crees

Las células de la piel y las neuronas del cerebro tienen un origen embriológico común: el ectodermo. Por ello es sorprendente comprobar cómo los estados de ánimo influyen en nuestra piel y cómo nuestra piel influye en nuestro estado de ánimo

Foto: Foto: iStock.
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En dermatología hay muchas enfermedades que están asociadas a determinados estados de ánimo. Y para manejarlas correctamente tenemos que tratar no solo la piel, sino también la mente. Ya decía Narosky: “El médico que no entiende de almas no entiende de cuerpos”.

Enfermedades cutáneas que empeoran con el estrés

La psoriasis es una enfermedad frecuente que cursa con placas rojizas en codos, rodillas y cuero cabelludo. Los brotes de esta enfermedad, en muchas ocasiones, se relacionan con estados de estrés y ansiedad.

Foto: Varón con placas de psoriasis en brazos y abdomen. (iStock) Opinión
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Lo mismo ocurre con muchas alopecias. Determinadas pérdidas de pelo coinciden con situaciones de ansiedad. Por ejemplo, la alopecia areata es una pérdida de pelo que se vincula con estados emocionales. Se dice que la reina María Antonieta cambió repentinamente el color de su pelo a canoso cuando estaba en prisión con 28 años. La realidad es que debió tener un brote de alopecia areata, que afecta más al pelo oscuro, y dejó intacto el pelo canoso.

Las dermatitis también están relacionadas con el estrés. La dermatitis seborreica, que produce un eccema en las alas de la nariz y en el entrecejo, es conocida como la “enfermedad del ejecutivo agresivo”, y mejora con el descanso y con el sol.

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El acné tiene una estrecha relación con el estrés. En ocasiones curamos acnés en adolescentes simplemente recomendándoles que hagan deporte 3 veces por semana, actividad que los relaja enormemente. Además, muchas personas que tienen acné se “manipulan” las lesiones produciendo el llamado “acné excoriado”. En estos casos es más importante tratar la ansiedad que el acné.

Además, el estrés puede hacer que tus uñas sean más frágiles, que te salgan aftas o úlceras en la boca o que sudes demasiado (hiperhidrosis).

Durante la pandemia vimos muchos pacientes muy estresados, y eso se notaba en su piel. Estos pacientes tenían con mayor frecuencia alopecias, dermatitis, acné, rosácea, etc.

En resumen, si quieres mejorar tu piel, controla tu estrés.

También ocurre lo contrario: las enfermedades de la piel influyen en nuestra salud mental

Como hemos visto, nuestra salud mental influye en nuestra piel, pero también es cierto que el estado de nuestra piel influye en nuestra salud mental. Por ejemplo, personas que padecen acné, vitíligo, alopecias, psoriasis o que tienen alteraciones estéticas cutáneas como una gran cicatriz o una mancha de nacimiento pueden tener una autoestima baja y sentirse excluidos. Por ello, en muchas ocasiones, al curar una enfermedad de la piel, mejoras el equilibrio mental de una persona.

El deporte puede mejorar tu piel

El deporte, desde el yoga a simplemente dar un buen paseo, puede ayudar a mejorar muchos cuadros cutáneos solo por la liberación de endorfinas que bloquean estas “hormonas del estrés”. Pero no solo el deporte. Actividades como la meditación o escuchar nuestra música favorita paseando por un parque pueden ayudar a relajarnos y, por consiguiente, mejorar la calidad de nuestra piel.

Menos prozac y más dermatología

Los avances de la dermatología moderna pueden ser de gran ayuda para mejorar la salud mental de la población. Por ejemplo, la psoriasis o las dermatitis, que hasta hace pocos años eran una cura de humildad para los dermatólogos ya que no podíamos controlarlas, hoy se han convertido en enfermedades que podemos limpiar al 100% con los nuevos tratamientos biológicos.

Lo mismo está empezando a ocurrir con las alopecias y el vitíligo. El desarrollo de nuevos fármacos biológicos específicos para tratar estas enfermedades está haciendo que la calidad de vida de estos pacientes mejore de forma exponencial.

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Los avances tecnológicos también tienen su protagonismo en la mejora de la salud mental. Hoy podemos eliminar de por vida la sudoración excesiva o hiperhidrosis axilar con sistemas como Miradry. O limpiar una mancha de nacimiento en la cara de un niño, o una cicatriz después de un accidente, con los láseres dermatológicos apropiados.

La dermatología estética también puede tener su papel para mejorar la salud mental. Estudios recientes demuestran que el bótox puede ser más eficaz contra la depresión que los fármacos antidepresivos en personas que tienen un entrecejo o unas patas de gallo muy marcadas. Para que estas técnicas estéticas cumplan esta función positiva en la salud mental de la población deben ser realizadas con prudencia y sentido común, y siempre siguiendo el lema de “menos es más”.

En resumen, la piel y la mente están asombrosamente relacionadas. Nuestra salud mental influye en la calidad de nuestra piel. Y nuestra piel influye enormemente en nuestra salud mental. La piel nos aísla y nos comunica, nos excluye y nos incluye. Somos nuestra piel.

En dermatología hay muchas enfermedades que están asociadas a determinados estados de ánimo. Y para manejarlas correctamente tenemos que tratar no solo la piel, sino también la mente. Ya decía Narosky: “El médico que no entiende de almas no entiende de cuerpos”.

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