Beber agua caliente para desayunar: ¿costumbre sana o moda inútil?

Cada día aparecen nuevas modas que prometen tener maravillosos efectos para nuestra salud. Por supuesto, esto no siempre ocurre y es mejor, de antemano, validar los cambios en nuestro estilo de vida con pruebas científicas que corroboren su utilidad. En este caso, lo que debemos mirar con lupa es la moda (que algunas personas llevan realizando años, pero que se ha popularizado masivamente de forma reciente) de beber agua caliente nada más nos despertamos por la mañana.

Los defensores de esta práctica alegan que el principal beneficio de hacer esto es que ayuda a mejorar masivamente su tránsito intestinal, como si de un laxante instantáneo se tratara. No solo eso, sino que algunos también mantienen que puede ayudar a facilitar la pérdida de peso e, incluso, mejorar la filtración de la sangre por parte de nuestros riñones. Lo primero que hay que puntualizar es que no existen estudios científicos que prueben estos dos últimos efectos.

"Beber agua a diferentes temperaturas, por regla general, no tiene efecto alguno en el cuerpo"

Para empezar, lo primero que debemos decir es que el consumo de agua caliente (que no queme) no tiene ningún peligro para nuestra salud. De hecho, muchas personas se despiertan cada día con sed y, aunque el agua fría dé la sensación de saciarnos más efectivamente, también la caliente tiene ese efecto.

Las pruebas de su efectividad vienen de la mano de una institución médica, la Cleveland Clinic, en EEUU, desde donde aseguran que "nuestro tracto gastrointestinal es, en realidad, un gran músculo, por lo que el calor del líquido puede relajarlo. Este proceso, a su vez, puede ser útil a la hora de ayudarnos con el estreñimiento". Del mismo modo, algunos estudios científicos también han dado fe de su efectividad.

A pesar de eso, otros profesionales médicos como el Dr. Pradeep Rao, jefe del departamento de urología del Global Hospital en Mumbai, no coinciden con estas afirmaciones y defienden, en cambio, que lo verdaderamente importante es el consumo de agua nada más despertarnos, independientemente de su temperatura, "que no tiene relevancia alguna".

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De hecho, el doctor concreta: "Beber agua a diferentes temperaturas, por regla general, no tiene efecto alguno en el cuerpo. Esto se debe a que, en el momento en el que el líquido llega a nuestro estómago, el agua ya ha alcanzado nuestra temperatura corporal. A lo que sí puede afectar es a nuestro tracto respiratorio superior, por lo que beber agua fría cuando tenemos un resfriado no es una buena idea. Es por esto que cuando la gente defiende beber agua caliente por las mañanas, están alabando un mito".

Teniendo en cuenta que (salvo en casos extremos) el consumo de agua no supone ningún perjuicio (sea a la temperatura -racional- que sea, o a la hora que sea), la mejor idea, dada la división de opiniones de la comunidad científica, es probarlo por nosotros mismos y decidir si realmente supone un remedio real al estreñimiento o, al menos, una ayuda a nuestra regularidad intestinal.