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Tocamientos, besos, humillaciones... El generalizado y silenciado acoso sexual a sanitarias
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Denuncian impunidad

Tocamientos, besos, humillaciones... El generalizado y silenciado acoso sexual a sanitarias

El 73,6% de las médicas, enfermeras y otras profesionales del ámbito han reportado sufrir acoso sexual en su puesto de trabajo. Una situación que viene de superiores y pacientes

Foto: Una enfermera en el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona. (Europa Press/Archivo/David Zorrakino)
Una enfermera en el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona. (Europa Press/Archivo/David Zorrakino)

A María (nombre ficticio), “siendo jovencita”, un hombre a punto de jubilarse de la institución en la que ambos trabajaban la encerró en un sótano y le dijo: "Ahora tenemos un ratito para pasarlo bien tú y yo". Ella se asustó mucho, pudo zafarse y salió corriendo. Cuando fue a contarlo a sus jefes, estos le argumentaron: "Es que él es así, en realidad no te va a hacer nada, ya lo hemos hablado muchas veces con él, no cambia". No fue la única vez que tuvo que enfrentarse al acoso sexual en su carrera profesional, también relata que “una vez un directivo de una organización internacional dedicada a salud se me lanzó y me dio un pico no consentido”.

El de María es uno de los 345 testimonios anónimos que ha recogido la asociación Mujeres por la Salud Global (WGH, en su acrónimo en inglés), un organismo vinculado a la OMS y en el que participan médicas y académicas. Estas historias personales –de trabajadoras del ámbito sanitario y académico– fueron analizadas y cuantificadas para finalmente publicarse en un artículo científico que ha visto la luz en la prestigiosa revista The Lancet.

El estudio ha concluido que la mayoría de médicas, enfermeras y diversas trabajadoras del ámbito sanitario han sufrido acoso sexual en sus consultas. Más concretamente, el análisis arroja datos alarmantes: el 73,6% de las encuestadas informaron haber sufrido acoso sexual, y el 28,7%, alguna forma de abuso.

Tocamientos, manoseos, besos y abrazos inoportunos

Las experiencias relatadas por las sanitarias son de todo tipo “y todas alarmantes”, califica Blanca Paniello-Castillo, una de las autoras del estudio. “La gran mayoría de los testimonios recogían situaciones de abuso verbal. Y alrededor de un 45% de mujeres denunciaban agresiones físicas. A veces se dan la dos y otras solo una de ellas. Además, hemos encontrado en torno a un 4% que ha sufrido ciberacoso”, desgrana a El Confidencial la también investigadora predoctoral del ISGlobal.

Foto: El código de silencio impuesto impide que muchos casos de abuso salgan a la luz. (iStock)

Entre los abusos físicos más comunes se encuentran los tocamientos, manoseos, besos y abrazos inoportunos. Y en los verbales, los comentarios inapropiados, ofensivos y humillantes.

“Nos lo cuentan médicas y enfermeras que sufren comentarios humillantes y peticiones de favores sexuales de sus jefes o gerentes”, ejemplifica Paniello-Castillo.

Foto: Foto: Pixabay/Steve Cliff.

La investigadora señala que gran parte del acoso sexual que sufren las sanitarias parte de una situación de abuso de poder en el ámbito laboral, como puede ser un médico con una enfermera o un especialista con una residente. Pero el acoso sexual que denuncian vivir no solo viene de compañeros de hospitales o ambulatorios, también los sufren por parte de los pacientes.

Las consecuencias de tales abusos para las sanitarias van más allá del daño inmediato: el 34,5% de las víctimas informan de efectos psicológicos duraderos, incluidos disgusto, miedo, ira, vergüenza, ansiedad, depresión, trauma y diversos problemas de salud mental.

Impunidad ante el acoso

Los relatos como el de María resaltan un problema sistémico donde el poder ejercido a través del abuso verbal y los abusos sexuales como acoso físico e insinuaciones sexuales se normalizan, afectando particularmente a las mujeres vulnerables en posiciones precarias.

Denuncian que hay una situación de impunidad, normalización y miedo que solo ha llevado al 6,7% de las sanitarias a reportar estos casos a la institución, y la mayoría de ellos fueron silenciados. “Necesitamos un cambio estructural en las instituciones. Hemos visto que del 6,7% de las mujeres que reportaron a sus instituciones educativas o sanitarias, apenas en un 1,4% de los casos hubo alguna consecuencia”, valora Paniello-Castillo.

placeholder Imagen de archivo. (iStock)
Imagen de archivo. (iStock)

“Casi siempre los agresores acaban impunes, sin ninguna consecuencia. Y las víctimas son las que se ven obligadas a cambiar de turno, cambiar de trabajo… Existe una desprotección para las víctimas muy importante. Por ello, en el estudio señalamos la importancia de focalizar en las víctimas, que son las que realmente están desprotegidas”, apunta.

Reclaman acciones

En respuesta a sus hallazgos, y a pesar de haberse hablado mucho de la legislación existente que garantiza la igualdad de género, desde WGH quieren lanzar “una poderosa llamada a la acción”. Las investigadoras quieren instar, sobre todo a los responsables máximos de universidades e instituciones de salud, a abordar seriamente la desigualdad de género y el respeto a los derechos humanos, reconociendo que el acoso sexual está profundamente conectado con derechos como la igualdad y la justicia social.

Más concretamente, el estudio propone las siguientes medidas que llevar a cabo para erradicar estas situaciones:

  • Promover el equilibrio de género y la diversidad en los roles de liderazgo.
  • Implementar políticas integrales de prevención más allá de los protocolos de igualdad.
  • Desafiar la normalización a través de sensibilización, campañas y capacitación dinámica.
  • Integrar la información del protocolo de acoso en los procesos de incorporación.
  • Desarrollar definiciones claras de acoso sexual y abuso de poder.
  • Incorporar prácticas de monitoreo, evaluación periódica y aprendizaje.
  • Promover un enfoque centrado en las víctimas sobrevivientes.
  • Estrategia de tolerancia cero.

Todo empezó con el 'piquito' de Rubiales

El beso no consentido de Rubiales a Jenni Hermoso fue el pistoletazo de salida de la investigación. Este desagradable episodio despertó en las investigadoras la curiosidad de saber cuál es la situación de las mujeres en los ámbitos analizados. A final de agosto lanzaron la iniciativa invitando a las mujeres de los ámbitos sanitario y académico a compartir de forma anónima sus malas experiencias con el acoso sexual y otras formas de abusos de poder.

Foto: El presidente de la RFEF Luis Rubiales. (EFE/Sergio Pérez)

El objetivo era averiguar si incidentes como el producido en el ámbito deportivo estaban también presentes en otros sectores. La recogida de testimonios se iniciaba a través de las redes sociales el 29 de agosto, finalizando el 11 de septiembre tras la recopilación de las más de 300 historias personales, arrojando luz sobre este grave problema generalizado de sexismo y acoso sexual.

A María (nombre ficticio), “siendo jovencita”, un hombre a punto de jubilarse de la institución en la que ambos trabajaban la encerró en un sótano y le dijo: "Ahora tenemos un ratito para pasarlo bien tú y yo". Ella se asustó mucho, pudo zafarse y salió corriendo. Cuando fue a contarlo a sus jefes, estos le argumentaron: "Es que él es así, en realidad no te va a hacer nada, ya lo hemos hablado muchas veces con él, no cambia". No fue la única vez que tuvo que enfrentarse al acoso sexual en su carrera profesional, también relata que “una vez un directivo de una organización internacional dedicada a salud se me lanzó y me dio un pico no consentido”.

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