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¿Sabes qué es un incidentaloma? La 'sorpresa' que nunca quieres llevarte
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En los estudios de imagen

¿Sabes qué es un incidentaloma? La 'sorpresa' que nunca quieres llevarte

Es mucho más frecuente de lo que pensamos y puede estar en cualquier órgano. Los radiólogos suelen encontrarlo en sus exploraciones y aunque el sufijo 'oma' hace temer algo malo, no es así necesariamente. Un especialista explica de qué se trata

Foto: El examen de las arterias carótidas puede revelar la presencia de tumores en la tiroides. (iStock)
El examen de las arterias carótidas puede revelar la presencia de tumores en la tiroides. (iStock)

Radiografía, escáner, resonancia magnética o ecografía son algunas de las pruebas más habituales que piden los médicos para encontrar qué es lo que hay detrás del conjunto de síntomas que nos ha llevado hasta su consulta. Una vez en la sala de radiología, muchas personas experimentan cierta sensación de inquietud ante lo que el especialista pueda descubrir, aunque el alivio llega al escuchar: "Puede marcharse". Otras veces, sin embargo, el personal de radiología dice: "Espere un momento", e inmediatamente el especialista comienza un nuevo estudio, más exhaustivo, más detenido. "¿Ve algo raro, doctor?", balbucea el paciente. "Creo que se trata de un incidentaloma", responde el facultativo. La respuesta cae como un mazazo. "Eso de oma solo tiene una lectura: es un tumor", razona el enfermo.

Foto: Liposarcoma inflamatorio (Imagen: iStock)

Este relato no se ajusta completamente a la realidad, pero se acerca. ¿Qué ha querido decir el médico? ¿Es algo malo? ¿Qué hay que hacer ahora? "Un incidentaloma, o un hallazgo incidental, es algo que nos encontramos en un estudio por imagen, aunque no era el objetivo de la búsqueda", explica el doctor Vicente Martínez de Vega, jefe del servicio de Diagnóstico por la Imagen del Hospital Quirónsalud Madrid. "El hallazgo puede tener una implicación pronóstica para el paciente, o no, pero, a menudo, la consecuencia inmediata es tener que hacer pruebas más específicas relacionadas con la entidad encontrada".

De la rutina clínica...

Los médicos están acostumbrados a los incidentalomas, un nombre que abarca quistes, tumores, formaciones vasculares, etc. Los incidentalomas más frecuentes son los tumores -generalmente benignos- suprarrenales y los quistes simples en el hígado. También es relativamente habitual "encontrar nódulos tiroideos al estudiar los troncos supraaórticos para comprobar si hay estenosis de las arterias carótidas", unos nódulos que, apunta Martínez de Vega, "pueden tener cierta implicación clínica, incluso ser cáncer, por lo que hay que realizar pruebas complementarias (una punción)".

placeholder Cuando se encuentra un nódulo pulmonar hay que hacer pruebas más exhaustivas. (iStock)
Cuando se encuentra un nódulo pulmonar hay que hacer pruebas más exhaustivas. (iStock)

Y es que cuando un radiólogo hace una prueba no se limita a mirar el órgano potencialmente afectado, sino que "estudiamos todo lo que vemos con la técnica que estamos empleando. Por ejemplo, si al paciente le molesta en la zona de la vesícula, exploramos el abdomen y podemos llegar a un hallazgo incidental en el riñón izquierdo", y así consta en el informe, porque "todo lo que aparece en las imágenes, es susceptible de ser mirado e informado".

"Muchos hallazgos incidentales no tienen importancia, pero hay que referirlos porque es relevante saber si estaba o no, si era benigno..."

El especialista tranquiliza al comentar que "afortunadamente, muchos hallazgos incidentales no tienen importancia. Encontrar un incidentaloma maligno en un paciente asintomático, que consulta por otra sospecha, es poco frecuente", pero hay que informar de su presencia para determinar si está allí desde hace tiempo o si experimenta cambios. En cualquier caso, cada hallazgo tiene su propio seguimiento. Así, "un quiste o un hemangioma hepático son lesiones benignas que se reportan, y no hay que hacer nada más. Por el contrario, si se trata de un nódulo pulmonar pequeño, en un paciente asintomático, hay que hacer un seguimiento y más pruebas, sea lo que sea".

Las sorpresas desagradables existen. Un caso es el publicado por un equipo de radiólogos en la revista Imagen Diagnóstica, en el que describen el descubrimiento de un cáncer de pulmón en un joven atleta, no fumador, a partir de una radiografía de tórax de un estudio preoperatorio.

Al estudio a gran escala

Que los incidentalomas son frecuentes en la práctica clínica lo saben los médicos y lo confirman los estudios a gran escala. El Progression of Early Subclinical Atherosclerosis (PESA), un trabajo conjunto entre el CNIC-Banco Santander en más de 4.000 empleados sanos de más de 45 años, para la detección temprana de la aterosclerosis, ha permitido detectar desde tumores óseos a cánceres de pulmón.

Foto: Foto: iStock.

El servicio de Vicente Martínez de Vega participa en el estudio PESA: "Para ver si los participantes tienen aterosclerosis les hacemos un TAC, que incluye la mitad superior del abdomen, donde se encuentran los pulmones, el corazón, los huesos.... En esas pruebas se han encontrado muchas lesiones de pequeño tamaño, y tenemos que hacer el seguimiento de las mismas".

Al contrario de lo que sucede en la práctica clínica normal, en el proyecto del CNIC y el Santander, cinco especialistas en radiología se ocupan de buscar hallazgos radiológicos incidentales, mediante estudios ecográficos, PET o resonancia cerebral -"hay muchos en el parénquima cerebral"-, y todos ellos se estudian, se informan y se someten a seguimiento como parte de ese gran estudio.

Después del hallazgo, ¿qué?

Cualquier técnica de imagen puede revelar algo inesperado, pero, como matiza el experto, las más reveladoras son "las que más anatomía exploran, como el TAC de tórax, abdomen y pelvis". También "la resonancia magnética, que, como es tan fiable y tan fina para diagnosticar, muestra muchas entidades inesperadas".

placeholder El escáner es una de las técnicas que detectan más incidentalomas. (iStock)
El escáner es una de las técnicas que detectan más incidentalomas. (iStock)

Una vez hecho el hallazgo, "se suele comunicar al médico referidor, explicando si se trata de algo de escasa importancia o, por el contrario, aconsejamos realizar más pruebas".

Cabe suponer que la inteligencia artificial afinará aún más la percepción del radiólogo para orientar sobre la gravedad de la lesión; sin embargo, es una opción a más largo plazo. El médico confía en que "en el futuro, la lectura de imágenes radiológicas va a ser automática y se están desarrollando herramientas para ver cosas muy concretas, pero todavía le falta un tiempo". Y aunque haya que esperar, vaticina que la IA hará posible una medicina más personalizada: "Será una herramienta imprescindible".

Entonces, ¿nos tenemos que preocupar por esos hallazgos? "El incidentaloma es algo con lo que lidiamos a diario. El oma puede asustar y el paciente se pone en lo peor, pero detectar las cosas antes de que aparezcan cambia la vida radicalmente".

Radiografía, escáner, resonancia magnética o ecografía son algunas de las pruebas más habituales que piden los médicos para encontrar qué es lo que hay detrás del conjunto de síntomas que nos ha llevado hasta su consulta. Una vez en la sala de radiología, muchas personas experimentan cierta sensación de inquietud ante lo que el especialista pueda descubrir, aunque el alivio llega al escuchar: "Puede marcharse". Otras veces, sin embargo, el personal de radiología dice: "Espere un momento", e inmediatamente el especialista comienza un nuevo estudio, más exhaustivo, más detenido. "¿Ve algo raro, doctor?", balbucea el paciente. "Creo que se trata de un incidentaloma", responde el facultativo. La respuesta cae como un mazazo. "Eso de oma solo tiene una lectura: es un tumor", razona el enfermo.

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