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La sociedad de la inmediatez: Viagra y sus riesgos
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'HOMBRES O TITANES'

La sociedad de la inmediatez: Viagra y sus riesgos

Su uso está aumentando en personas que no necesitan tratar la disfunción eréctil. Este consumo innecesario ya supone riesgos, pero nada comparado con la combinación con drogas y estimulantes

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En la historia de la medicina moderna, pocos fármacos han causado tanta expectación como el sildenafilo, más conocido como Viagra, convirtiéndose en el más vendido en todo el mundo. Los inhibidores de la fosfodiesterasa 5 (IPDE-5) son un grupo de fármacos que utilizamos para tratar la disfunción eréctil, fundamentalmente en hombres mayores que pierden la capacidad de tener erecciones. Estos fármacos actúan relajando el músculo liso del pene y favoreciendo la entrada de sangre en el mismo. Son en sí mismos potenciadores de la erección, aunque necesitan que haya estimulación sexual.

Desafortunadamente, la sociedad de la inmediatez y de la satisfacción instantánea en la que vivimos tiende a ejercer una presión muy peligrosa entre la gente de menor edad y cada vez es más común el consumo de este tipo de fármacos en jóvenes sin este problema, lo cual hace necesario hablar de ciertos riesgos.

"Los jóvenes suelen creer que las erecciones deben ocurrir de forma inmediata y automática en respuesta a los estímulos sexuales"

El uso de forma recreativa del sildenafilo (Viagra) o de cualquier otro inhibidor de la fosfodiesterasa 5 (IPDE-5) se ha puesto de moda bajo la promesa de mejorar las experiencias sexuales y, en algunos casos, llegan a consumirlo combinándolo con algunas drogas como el éxtasis o estimulantes, cuya mezcla ha sido reconocida como peligrosa y potencialmente fatal.

Cuando un individuo usa Viagra o cualquier otro fármaco de la misma familia con fines de entretenimiento, corre el riesgo de volverse psicológicamente dependiente del medicamento, lo que a su vez podría conducir a síntomas de disfunción eréctil de base psicógena. Esto significa que estos jóvenes que en condiciones normales no necesitan medicarse para tener una erección pueden llegar a ver disminuida su confianza cuando quieren tenerla sin haber usado fármacos como el sildenafilo.

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Además, pueden desarrollar expectativas poco razonables con respecto al rendimiento eréctil en términos de frecuencia, espontaneidad, rigidez y duración de las erecciones. Por ejemplo, suelen creer que las erecciones deben ocurrir de forma inmediata y automática en respuesta a los estímulos sexuales y que siempre deben mantener la rigidez hasta el orgasmo, y eso no siempre es así. De tal forma que la confianza de los jóvenes en el momento de lograr y mantener la erección sin alguno de estos fármacos se puede ver afectada.

Por otro lado, no hay que olvidar lo que puede ocurrir si Viagra se combina con fármacos como aquellos que contienen nitratos. Los nitratos son vasodilatadores que expanden los vasos sanguíneos para mejorar el flujo sanguíneo, al igual que el sildenafilo, por lo que tomar ambos al mismo tiempo puede dilatarlos lo suficiente como para que la presión arterial baje drásticamente, causando efectos secundarios como mareos, dolores de cabeza, pérdida de la visión y audición e incluso la muerte si la presión arterial no vuelve a la normalidad. En esta misma línea, el consumo de alcohol también ejerce una vasodilatación de las arterias, ocasionando una disminución en la presión arterial. Por lo tanto, la administración concomitante de inhibidores de la fosfodiesterasa 5 (IPDE-5) (Viagra, Cialis, tadalafilo, etc) con altas cantidades de alcohol puede llegar a aumentar los efectos adversos de estos medicamentos.

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La práctica de estas conductas tan arriesgadas dejan algunas otras implicaciones más como la amenaza de desarrollar priapismo, que no es otra cosa que una erección prolongada y dolorosa que dura más de cuatro horas, una emergencia médica que de no tratarse puede llegar a provocar daños irreversibles en el tejido del pene. Y es que el mal uso recreativo de los inhibidores no es solo una cuestión de riesgo para la salud individual, sino que escala hasta convertirse en un problema social, ya que puede sentar un precedente peligroso y potencialmente abrir puertas al uso indebido de otras sustancias.

En conclusión, los inhibidores de la fosfodiesterasa 5 (IPDE-5) si bien han demostrado su sobrada eficacia en el tratamiento de la disfunción eréctil, no están exentos de riesgos cuando se usan de forma inapropiada o sin prescripción médica. Debemos ser prudentes y pensar que el verdadero bienestar del individuo radica en la conciencia y en el cuidado de su propia salud.

En la historia de la medicina moderna, pocos fármacos han causado tanta expectación como el sildenafilo, más conocido como Viagra, convirtiéndose en el más vendido en todo el mundo. Los inhibidores de la fosfodiesterasa 5 (IPDE-5) son un grupo de fármacos que utilizamos para tratar la disfunción eréctil, fundamentalmente en hombres mayores que pierden la capacidad de tener erecciones. Estos fármacos actúan relajando el músculo liso del pene y favoreciendo la entrada de sangre en el mismo. Son en sí mismos potenciadores de la erección, aunque necesitan que haya estimulación sexual.

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