El chamanismo preocupa en hospitales de toda España: estos son los rituales más comunes

Ayahuasca, sapo bufo, rito kambó... Hace una década estas palabras eran conocidas por unos pocos, pero hoy en día gran parte de la población española ha oído hablar de alguno de estos rituales chamánicos. Ya sea por noticias que los relacionan con extrañas muertes, abusos, grupos que se desarticulan, crónicas que simplemente relatan estas experiencias… o, sin ir más lejos, porque algún conocido haya practicado alguno de estos cultos.

Una de las pruebas de que estas ceremonias cada vez están más presentes en España es que hay instituciones que se han volcado en un consumo responsable de estas sustancias, como la Generalitat de Cataluña, que ha participado en una guía titulada Hacia mejores prácticas en el uso del ayahuasca. Una guía para quien organiza y participa.

No solo los medios de comunicación, la población general y las instituciones son conscientes de la creciente tendencia. En los servicios de urgencias de los hospitales españoles, el chamanismo está siendo motivo de preocupación, según alertan desde la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes). Cada vez más especialistas en centros de todos los rincones del país atienden cuadros clínicos relacionados con estos rituales, con un perfil de paciente que no entiende de edad ni clase social, más bien de creencias místicas.

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“Se ha puesto muy de moda este tipo de creencias pseudonaturales o naturistas en las que se utilizan sustancias toxicológicas para alcanzar cierto tipo de trance”, cuenta a El Confidencial Miguel Galicia, médico de Urgencias de Hospital Clínic de Barcelona y miembro del Grupo de Toxicología de Semes.

Los cuadros clínicos que más llegan a urgencias

Para llegar a este estado, en la mayoría de ocasiones, los maestros de ceremonias proporcionan sustancias toxicológicas con la promesa de que el sujeto revivirá experiencias pasadas, alcanzará su interior más místico, llegará a una especie de paz interior… Pero el resultado muchas veces es que acaban en el servicio de urgencias con cuadros clínicos que el urgenciólogo divide en dos grandes grupos.

Por un lado, apunta que muchos de estos ritos son de purgación, por lo que las sustancias acaban causando “mucho vómito y mucha diarrea. A veces como efecto secundario y otras, incluso, como efecto primario del asunto”. “Esto genera problemas de deshidratación, de pérdida de electrolitos, de pérdida de sodio… Cuando lo vemos en urgencias, es el mismo problema que el que tendría una persona con una diarrea infecciosa causada por cualquier germen. En resumen, vienen con un cuadro muy exagerado de deshidratación, de hiponatremia y una fuerte alteración de los electrolitos”.

Por otro, en estas ceremonias también se emplean compuestos psicotrópicos o alucinógenos, “y estas sustancias alucinógenas generan en urgencias consultas por efectos que suelen generar un tripi o una seta alucinógena. No son exactamente los mismos cuadros, pero sí parecidos”. “Son cuadros de tensión arterial disparada, de taquicardia disparada, de fiebres importantes por la propia función que los alucinógenos tienen en el interior del cuerpo, cuadros de agitación, ansiedad, algunas crisis de pánico…”, añade.

Al preguntarle qué posibilidad hay de que el consumo de estas sustancias en ceremonias chamánicas, más allá de estos cuadros, acabe en el peor desenlace posible –la muerte–, el especialista responde: “Dependerá de las dosis y de las mezclas”. “En el caso de la ceremonia del sapo que acabó con el amigo de Nacho Vidal muerto, al parecer hubo consumo previo de cocaína”, ejemplifica, y añade que “si mezclas los alucinógenos con drogas como la cocaína y las anfetas, aumenta el riesgo del desenlace fatal”.

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El especialista aclara que las urgencias derivadas de ingerir sustancias en estas ceremonias no son tan comunes como las que provienen del consumo de alcohol y/o cocaína.

Los ritos más comunes en urgencias

El médico enumera algunos de los ritos chamánicos más comunes que llevan a la gente a urgencias.

Uno de ellos es el kambó, que documentaron compañeros suyos del Hospital Clínic en un artículo científico: “Es un rito en el que el chamán extrae de la piel de una rana específica una sustancia que, entre otras cosas, puede generar paz interior o mucha tranquilidad. Esta sustancia, entre otros muchos síntomas, tiene los efectos que podrían tener los opiáceos, porque una de las partes activas de esta secreción de la rana tiene estos efectos opiáceos”.

Otro de los rituales es el del sapo bufo, que saltó a la fama tras la muerte –que anteriormente comentábamos– de un fotógrafo en la que se vio envuelto el actor porno Nacho Vidal. “También conocido como el sapo del desierto de Sora, es un animal que tiene unas glándulas detrás de sus patas que, al apretarlas como si fueran un grano, expelen una sustancia que cuando las secas y la fumas genera muchísimas alucinaciones porque es un alucinógeno también derivado de la triptamina”.

Y una de las más comunes es la ayahuasca, “una ceremonia en las que varias personas ingieren una bebida que es una mezcla de varias sustancias. Es una mezcla de un alucinógeno y una sustancia que inhibe la capacidad del organismo de neutralizar este alucinógeno”. “El alucinógeno en concreto es la dimetiltriptamina, que cuando se bebe solo, el organismo lo anula por una serie de enzimas que tiene el intestino. Lo que pasa es que con la ayahuasca, además de esta dimetiltriptamina, también se utiliza otra sustancia que deriva de una liana llamada Banisteriopsis caapi, una sustancia activa que inactiva las enzimas de nuestro aparato digestivo; y al anular los enzimas del aparato digestivo, permite que la dimetiltriptamina llegue al cerebro y haga el efecto”.

De todas estas ceremonias, esta última es la más extendida entre la población que llega a los hospitales y la más accesible en toda España, según ha investigado el médico para una ponencia que acaba de impartir en las IV Jornadas Internacionales de Medicina de Urgencias.

Cocaína rosa, ahogamientos y síndrome en suspensión

Entre los temas por los que mostraron preocupación los urgenciólogos en la citada jornada también se encuentra la denominada “cocaína rosa”, los ahogamientos y el síndrome de suspensión.

En este congreso organizado por Semes, en el que se dieron cita más de 600 médicos de Urgencias y Emergencias de España y Latinoamérica, los especialistas también destacaron el incremento significativo de intoxicaciones agudas atendidas en servicios de urgencias por nuevas sustancias de abuso, como la cocaína rosa, se abordaron los mitos en ahogamientos, se trató el síndrome de suspensión y la cetoacidosis relacionada con algunos fármacos.