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Biopsia líquida a partir de lágrimas: la nueva estrategia para tratar el ojo seco
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Mejora el tratamiento

Biopsia líquida a partir de lágrimas: la nueva estrategia para tratar el ojo seco

La sequedad en la superficie ocular es un problema cada vez más frecuente debido, entre otras razones, al uso de pantallas. Analizar en la lágrima genes relacionados con la inflamación es una nueva técnica para llegar a un diagnóstico más certero

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

Lagrimeo, picor o sensación de cuerpo extraño son algunos de los síntomas del ojo seco, un problema muy habitual, especialmente a partir de los 50 años y en las mujeres debido a los cambios hormonales.

El ojo seco afecta al 11% de la población española y en el 90% de los casos ocurre por la alteración de las glándulas de Meibomio, que se encuentran en los párpados y son las encargadas de formar la capa lipídica de la película lagrimal, responsable de que la superficie ocular esté humidificada cuando estamos con los ojos abiertos, entre cada parpadeo.

La enfermedad del ojo seco no se cura, pero sí se controla y el paciente puede llevar una vida completamente normal

Pero cuando la capa de lípidos está alterada, se rompe precozmente la película lagrimal y la superficie ocular entra en contacto con el aire y se seca, comenzando un proceso inflamatorio que es el causante de la enfermedad de ojo seco. Según recoge la web de la Sociedad Española de Oftalmología, el ojo seco no se cura, pero sí se controla.

Nuevas técnicas

El origen de la alteración de las glándulas y del ojo seco es muy variado, desde enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide o el Sjögren, hasta situaciones tan comunes como el excesivo uso de las pantallas (ordenador, tabletas y móviles). Además, los oftalmólogos han observado un aumento de afectados después de la pandemia de covid, que atribuyen al uso de mascarillas. Para instaurar el tratamiento más efectivo es crucial establecer el diagnóstico preciso, algo que, como también advierte la Sociedad de Oftalmología, no es fácil debido a que no existe una prueba 100% diagnóstica.

El diagnóstico se basa en los síntomas del paciente y las pruebas que realiza el oftalmólogo, que incluyen, entre otras, la exploración con lámpara de hendidura, tinciones para estudiar el estado de la superficie ocular y un test para determinar la cantidad de lágrima.

placeholder Exploración ocular. (iStock)
Exploración ocular. (iStock)

No obstante, están surgiendo nuevos procedimientos y uno de ellos es el análisis de la lágrima, es decir, una biopsia líquida para ver los genes de la inflamación que están más activos (sobreexpresados) y así poder establecer la pauta de tratamiento más efectiva, además de comprobar su evolución. Sin embargo, esta técnica todavía pertenece al campo experimental, y para determinar su utilidad en la práctica clínica, un equipo de investigadores españoles ha diseñado, en colaboración con el Departamento de Oftalmología del Hospital Dexeus y el Laboratorio Pangaea Oncology, un estudio clínico, cuyos resultados se han presentado durante el Congreso Mundial de Biopsia Líquida, celebrado en Madrid.

Buscando genes

En el estudio se ha incluido a 27 pacientes con ojo seco y disfunción de las glándulas de Meibomio y a 22 pacientes sanos. En la consulta, a todos ellos se les tomó una muestra de la lágrima, para recoger células de la conjuntiva y analizar su material genético. Mediante técnicas muy avanzadas de laboratorio, se han analizado un total de 579 genes en un solo panel, de los cuales se ha visto que 45 genes están sobreexpresados en estos pacientes, en comparación con los sujetos sanos, sin ojo seco (grupo control).

Mediante técnicas de inteligencia artificial se han aislado 5 genes, con una sensibilidad de hasta el 80%, que están sobreexpresados en el ojo seco

En los pacientes con ojo seco, en los que se confirmó la presencia de genes sobreexpresados, se pudo aislar, mediante técnicas de bioinformática de inteligencia artificial, los genes que con mayor frecuencia e importancia se relacionaban con la enfermedad, lo que se conoce como firma genética. Se aislaron 5 genes, con una sensibilidad de hasta el 80%, muy elevada. Esto es muy importante porque facilita este tipo de estudios y reduce el coste de las pruebas, pudiendo ser aplicado de forma mucho más rutinaria a todos los pacientes con ojo seco o con sospecha de padecer esta enfermedad.

“Hasta ahora no se había publicado un estudio de biopsia líquida a partir de la lágrima para estudiar las características del ojo seco asociado a las glándulas de Meibomio, que es el más frecuente", asegura Ana Giménez, investigadora de Pangaea Oncology y coautora del trabajo.

Foto: Foto: iStock.

“Mirar los valores de niveles de expresión de los genes que hemos encontrado puede ayudar al oftalmólogo en dos sentidos. Por un lado, al hacer el diagnóstico del ojo seco, para comprobar que efectivamente el paciente tenga distrofia en las glándulas de Meibomio, e indicar el mejor tratamiento para este, habitualmente con fármacos antiinflamatorios e inmunomoduladores (ciclosporina A) o la aplicación de los nuevos láseres para ojo seco", explican Ana Giménez y Carlos Verges, también coautores del estudio. Por otro lado, "una vez realizado el tratamiento, volver a tomar una muestra de lágrima del paciente para analizarla ayuda al oftalmólogo a comprobar si el tratamiento funciona”.

Lagrimeo, picor o sensación de cuerpo extraño son algunos de los síntomas del ojo seco, un problema muy habitual, especialmente a partir de los 50 años y en las mujeres debido a los cambios hormonales.

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