Adiós a las mamografías: detectar el cáncer de mama en 2 minutos, gastando menos energía que un 'smartphone'

Según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), en España, en todo 2023, se diagnosticarán (teniendo en cuenta todos los meses de año que llevamos, más diciembre) un total de 35.001 nuevos casos de cáncer de mama. A pesar de los avances de la ciencia, sigue tratándose de uno de los cánceres más peligrosos. De ello da fe el dato, proporcionado por esa misma organización, que afirma que en el año 2021 murieron un total de 6.641 personas por esta enfermedad.

Esta es una de las causas de que, desde hace ya muchos años, se popularizase el empleo de la medicina preventiva para detectar cuanto antes, sobre todo en personas con historiales familiares de riesgo, la aparición de tumores en su pecho. Esta política ha sufrido variaciones, en parte debido a nuevas políticas diseñadas para reducir el coste que las mamografías rutinarias suponen, tanto para la sanidad pública como para la privada, así como para luchar contra las consecuencias de los "falsos positivos".

"Estamos acercándonos muchísimo a tener la capacidad de detectar cáncer de mama en estadios iniciales de forma muy barata"

Esto último, que merece una pieza por sí solo, es una teoría que se ha popularizado en el último año que afirma, a raíz de un estudio publicado recientemente en JAMA, que hasta el 60% de las mujeres que se someten a estas pruebas rutinarias durante un periodo de 10 años sufrirá un falso positivo y que tal expectativa juega en contra de su salud mental. A este respecto deberíamos plantearnos si es mejor no tener cáncer, pero creer que sí durante un periodo limitado de tiempo, o tenerlo y no saberlo hasta que ya es evidente (y demasiado tarde para hacer nada). La respuesta a esta pregunta divide a los profesionales de la salud, pero para el resto de nosotros es más que obvia.

Dejando todo eso de lado, lo cierto es que muchas mujeres en nuestro país que hace poco se hacían mamografías han dejado de hacérselas, o la frecuencia de las mismas ha disminuido sobremanera, siendo su coste una de las causas principales. Sabiendo esto... ¿Es posible que si se crease una nueva prueba baratísima (con un gasto energético menor que el necesario para hacer una fotografía con nuestro teléfono móvil) y mucho más rápida, las mamografías rutinarias volviesen a ser la práctica estándar?

Eso es lo que se han planteado un grupo de investigadores de la Universidad de Waterloo, en Canadá. En su estudio, titulado Mamografías utilizando campos electromagnéticos de baja frecuencia con deep learning, el doctor Omar Ramahi y su equipo han creado una nueva máquina destinada a revolucionar la forma en la que detectamos los cánceres de mama que, además, conlleva muchos menos riesgos que las mamografías tradicionales, dado que estas últimas, a fin de cuentas, siguen basándose en las radiaciones ionizantes (rayos X), capaces de causar daños en tejidos sanos.

Hay que aclarar que esta nueva tecnología acaba de ser ideada, se han realizado pruebas, pero solo a los sujetos de estudio que participaron en el trabajo científico, lo que supone que todavía queda un largo camino por delante, pero la esperanza no se pierde por ellos. Las mencionadas pruebas se han completado en un periodo de tiempo menor a los dos minutos, lo que reduce el tiempo necesario para realizar esta prueba diagnóstica a una pequeñísima parte de la original.

Como explica el propio Dr. Ramahi, "estamos acercándonos muchísimo a tener la capacidad de proporcionar un método de detección de cáncer de mama en estadios iniciales que es muy barato y, además, inocuo para las mujeres que se someten a él". Y continúa: "Estamos intentando llevar a cabo una seria contribución a la salud de las mujeres, así como para crear una alternativa viable, tanto clínica como comercialmente". Esto, de salir como está planeado, supondría la guinda en la carrera del Dr. Ramahi, que lleva desde el año 2001 buscando nuevas formas de detectar estos tumores tan frecuentes.

La idea detrás de todos los cánceres, aunque esto es especialmente cierto en el de mama, es que cuanto antes se detecten, mayores son las probabilidades de supervivencia del paciente.

El nuevo sistema es, en realidad, una reinterpretación de las mamografías de toda la vida. El mecanismo de los rayos X es que son capaces de atravesar tejidos. No todos, y no todos con la misma fuerza, pero lo suficiente como para que el nivel de absorción de cada una de esas secciones de tejido deje una sombra (que es lo que al final vemos nosotros en esas placas). Pero es igualmente viable (aunque mucho más complicado) utilizar otras partes del espectro electromagnético con el mismo fin.

Opinión

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La revolución no es solo esto, sino el desarrollo, gracias a la inteligencia artificial, de un sistema que analiza, de forma autónoma, los resultados, lo que reduce la necesidad de personal. Esta tecnología, detallan los investigadores, puede localizar el lugar en el que se encuentra un tumor y determinar su tamaño, incluso en pechos con tejido muy denso, que hoy por hoy siguen suponiendo un gran desafío para las tecnologías actuales.

Los resultados son prometedores, pero, como señalábamos más arriba, se trata de una tecnología nueva que necesita de muchas pruebas para determinar su potencial real. A pesar de eso, cientos de miles de mujeres en todo el mundo podrían beneficiarse, en el futuro cercano, de este avance.