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¿Te sienta mal el gluten, pero ninguna prueba lo detecta? Un estudio te explica por qué
  1. Bienestar
Publicado en 'The Lancet'

¿Te sienta mal el gluten, pero ninguna prueba lo detecta? Un estudio te explica por qué

El nuevo análisis ha descubierto que la sensibilidad en personas no celiacas o sin intolerancias puede deberse al efecto nocebo. Eliminarlo de la dieta sin necesidad puede tener efectos negativos en la salud

Foto: Foto: iStock.
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Cada vez más personas deciden reducir –o directamente eliminar– el gluten de su dieta por sentir molestias digestivas, a pesar de que ningún especialista haya demostrado la relación. Esta reacción cada vez es más común entre la población, incluso cuando directamente se ha descartado con una prueba médica la celiaquía o una intolerancia. Ante este frecuente comportamiento, desde las universidades de Maastricht y Leeds se han propuesto buscar una respuesta a por qué gente que no tiene realmente problemas con el gluten los acaba sufriendo, y la respuesta es más sencilla de lo que parece, pura sugestión: si crees que el gluten te hará daño, es posible que te siente mal.

Un estudio publicado en The Lancet Gastroenterology & Hepatology ha observado que podría haber un efecto nocebo ―anticipación negativa a una sustancia o tratamiento, lo contrario al efecto placebo― en la sensibilidad al gluten en estas personas, de forma que la mera idea de estar ingiriéndolo causa más síntomas en quienes creen ser sensibles a él. Esto indica una implicación directa de la interacción entre el cerebro y los intestinos –el llamado eje intestino-cerebro– en la experiencia de molestias tras ingerir gluten. Hasta ahora, los conocimientos sobre el tema siguen siendo limitados.

En el nuevo análisis, los científicos quisieron investigar los efectos de las expectativas en los síntomas experimentados tras la ingesta de gluten. Para este estudio psicológico recurrieron a más de 80 sujetos con sensibilidad al gluten autodeclarada, que fueron divididos en cuatro grupos. Los resultados fueron inequívocos: las personas que pensaban que estaban comiendo alimentos que contenían gluten manifestaron más síntomas, mientras que las que pensaban que su comida no lo llevaba manifestaron menos.

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Foto: iStock.

En realidad, los alimentos suministrados a la mitad de cada grupo contenían gluten, mientras que para la otra mitad no lo contenían. En todos los grupos, las expectativas de las personas desempeñaron un papel destacado a la hora de manifestar o no síntomas después de comer. “En nuestra investigación observamos el llamado efecto nocebo cuando la gente come gluten", señala la investigadora Marlijne de Graaf. “Si la gente espera que el gluten produzca efectos negativos, experimenta síntomas, aunque después resulte que en realidad no estaba comiendo gluten. Aunque la causa esté en parte ‘en la mente’, esto no significa que los síntomas no sean reales”.

El eje intestino-cerebro

Los resultados de este estudio indican una clara implicación de la interacción entre el cerebro y los intestinos en la sensibilidad al gluten, un tema sobre el que los conocimientos son aún limitados. Por ello, los investigadores quieren concentrarse ahora en desentrañar los mecanismos que determinan la importancia de la expectativa y la exposición a lo largo del eje intestino-cerebro. “Debido a la influencia de las interacciones entre el cerebro y los intestinos, las personas pueden experimentar realmente síntomas como dolor de estómago, hinchazón o diarrea después de comer gluten", explica Daisy Jonkers, catedrática de Salud Intestinal de la Universidad de Maastricht. “Pero la causa de estas molestias no es solo la ingesta de gluten, por lo que una dieta sin gluten no es la única solución", añade.

Para tratar este problema, los investigadores quieren realizar más estudios sobre la influencia del cerebro en el desarrollo de las dolencias intestinales. “Por ejemplo, nos gustaría saber exactamente qué zonas del cerebro están implicadas -apunta Jonkers-, y también queremos averiguar qué sustancias intervienen en la comunicación entre el cerebro y el intestino, y si las personas pueden responder de forma diferente a ellas. También es muy posible que algunas personas no toleren los productos derivados del trigo debido a otras sustancias distintas del gluten, y que efectivamente haya algo en el trigo que pueda provocar una sobreestimulación del sistema inmunitario, por ejemplo, o una producción excesiva de gases por parte de la flora intestinal. Esto es algo que también nos gustaría investigar".

Las novedades de este estudio

Sobre este nuevo estudio, Javier Molina, médico adjunto del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital San Pedro de Alcántara (Cáceres), valora que “cumple con el estándar de calidad más alto y metodológicamente es incuestionable”.

El especialista declara a la agencia SMC España que ya existe evidencia acumulativa sobre la importancia del efecto nocebo en las intolerancias alimentarias y en los pacientes con trastornos del eje cerebro-intestinal (síndrome de intestino irritable o patología funcional, en sus denominaciones menos modernas y eufemísticas). Los resultados de este estudio están en línea con este hecho, subrayando la importancia del efecto nocebo (expectativas negativas) como cocausante de síntomas habituales en la mitad de los pacientes con sospecha de intolerancias alimentarias.

Foto: La dieta es fundamental para controlar los síntomas del SII. (iStock)

La principal novedad de este estudio no es solo subclasificar a los pacientes según la exposición (doble ciego) a gluten o placebo, sino en expectativas altas o bajas de recibir gluten. Observan cómo la expectativa junto con la ingesta de gluten es la principal fuente de síntomas en las 12 primeras horas de la ingesta de gluten y que estos síntomas son mayores tras la comida que tras el desayuno (en el desayuno solo hay una exposición a gluten/nocebo, en la comida se repite el estímulo previo del desayuno por segunda vez en ocho horas). En un problema tan extraordinariamente complejo y multifactorial como los trastornos del eje cerebro-intestino, el efecto nocebo (además de los alimentos, la microbiota o las enfermedades del tubo digestivo) puede ser un cocausante de síntomas con los alimentos”, asegura.

El especialista apunta que este estudio aporta evidencia sólida científica para apoyar la terapia psicológica con la intención de corregir expectativas y creencias erróneas en el tratamiento multidisciplinar de los trastornos del eje cerebro-intestino. “En cuanto a las limitaciones del estudio, hay que tener en cuenta la subjetividad en la evaluación de los síntomas por los pacientes (inherente a todo este tipo de estudios) y la ausencia de evaluación de los pacientes más allá de las primeras 48-72 horas tras la exposición. Además, existe un potencial sesgo de selección, ya que los pacientes que participan en el estudio pueden estar más motivados y tener mejores expectativas (efecto placebo)”, agrega.

Los riesgos de retirar el gluten de la dieta

Preguntamos sobre los efectos negativos para la salud que puede acarrear retirar el gluten para una persona que no tiene intolerancias a Iñaki Elío, director del Grado de Nutrición Humana y Dietética de la Universidad Europea del Atlántico.

Por un lado, resalta que “en las personas que eliminan el gluten de su dieta se ha observado que se realizan dietas monótonas, por miedo a ingerir alimentos con gluten, además puede limitarse el consumo de fibra, vitaminas y azúcares que proviene del trigo”. Esto produce déficits nutricionales que pueden causar problemas de salud por una dieta desbalanceada.

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Por otro, sostiene que puede ocurrir la sustitución de alimentos con gluten por otros ricos en grasa y azúcares, “como pueden ser algunos productos para celiacos en los que, al sustituir las propiedades texturizantes del gluten, se recurren a ingredientes menos saludables”.

Asimismo, destaca un estudio que concluye que “la limitación de gluten en la dieta se asoció con menor ingesta de cereales ricos en fibra, y la ingesta de gluten se asoció inversamente con el riesgo de diabetes mellitus tipo 2 entre hombres y mujeres estadounidenses en su mayoría sanos”.

Cada vez más personas deciden reducir –o directamente eliminar– el gluten de su dieta por sentir molestias digestivas, a pesar de que ningún especialista haya demostrado la relación. Esta reacción cada vez es más común entre la población, incluso cuando directamente se ha descartado con una prueba médica la celiaquía o una intolerancia. Ante este frecuente comportamiento, desde las universidades de Maastricht y Leeds se han propuesto buscar una respuesta a por qué gente que no tiene realmente problemas con el gluten los acaba sufriendo, y la respuesta es más sencilla de lo que parece, pura sugestión: si crees que el gluten te hará daño, es posible que te siente mal.

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