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Una experta explica las señales de alarma de las infecciones respiratorias
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Una experta explica las señales de alarma de las infecciones respiratorias

Respiración audible, fiebre persistente, expectoración verde o amarillenta, dolor torácico o una tos que dura más de dos meses, entre otros signos

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En estos meses, las enfermedades respiratorias se hacen más palpables que nunca. Simplemente mira a tu alrededor, en el trabajo, transporte público, locales de hostelería... Y no, no es por andar descalzos o por habernos quedado fríos, sino porque hay una mayor circulación de los virus y bacterias que las provocan y tendemos a estar más tiempo en espacios cerrados que facilitan su contagio y propagación. Se estima que, en invierno, las enfermedades del aparato respiratorio llegan a ocupar hasta un tercio de las consultas de atención primaria y urgencias.

Por suerte, la mayoría de estos procesos son autolimitados y se pasan en pocos días con tratamiento sintomático con fármacos de venta sin receta, descanso e hidratación, y no será necesario acudir al médico. No obstante, sí hay signos que nos indican que hay que consultar al especialista: “Dificultad respiratoria, sensación de falta de aire, respiración audible -lo que se conoce como pitos en el pecho-, fiebre alta que persiste a pesar de tratamiento antitérmico, tos persistente seca o productiva con expectoración amarilla/verde/oscura, dolor torácico, malestar general o inapetencia persistente son síntomas que nos indican que es necesario vigilar el proceso más de cerca o iniciar un tratamiento más adecuado con antibióticos, antivirales, broncodilatadores o corticoides, dependiendo del origen y gravedad del cuadro”, señala la Dra. Teodora Pribic, neumóloga de Grupo Policlínica en Ibiza. “En este sentido, conviene recordar siempre que los antibióticos son totalmente inservibles en caso de enfermedades víricas y que nunca se deben tomar sin prescripción médica”, añade.

El resfriado común, la gripe, la sinusitis y la faringoamigdalitis son algunas de las dolencias más comunes en esta época, que se suelen resolver con tratamiento ambulatorio, “aunque no debemos olvidar que este tipo de infecciones se pueden complicar en determinadas poblaciones. De manera similar, las infecciones por covid-19 o por el virus respiratorio sincicial (VRS) también pueden afectar la vía respiratoria baja y causar bronquitis, bronquiolitis en los bebés, neumonía... que pueden requerir hospitalización”, advierte la especialista.

La tos suele ser el síntoma que más tarda en irse cuando hemos pasado por una infección respiratoria. En este sentido, hay que tener en cuenta que podemos sufrirla varias semanas sin que esto sea un problema más allá de la molestia que supone y que esta tos residual se acabará yendo sola. No obstante, “en el caso de que la tos persista más de 8 semanas o cambie sus características, sería preciso consultar con el especialista, ya que habría que descartar otras causas como neumonía, tuberculosis, goteo posnasal, efectos secundarios de algunos fármacos, bronquitis crónica, asma, reflujo gastroesofágico o, en casos menos frecuentes, cáncer de pulmón”, indica la Dra. Pribic.

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Como aprendimos ya durante la pandemia de covid-19, el lavado de manos es esencial a la hora de prevenir el contagio de las enfermedades respiratorias. “El uso de mascarilla si se está enfermo sigue siendo una buena recomendación para evitar contagiar a los demás”, apunta la médico. “Igualmente, llevar una dieta equilibrada rica en frutas y verduras para fortalecer el sistema inmunitario, evitar contaminantes como el humo de tabaco y vacunarnos son medidas que nos ayudan a prevenir las enfermedades respiratorias o que estas se nos compliquen”, añade la neumóloga de Grupo Policlínica.

Prevención, la clave de la salud pulmonar

Aparte de las infecciones respiratorias agudas, en España las enfermedades que con mayor frecuencia afectan el aparato respiratorio son el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), el cáncer de pulmón y apnea de sueño. “Su gravedad es variable, pero lo fundamental es un diagnóstico y tratamiento precoz para prevenir las posibles secuelas”, señala la Dra. Pribic.

En estas enfermedades no infecciosas, la prevención es sin duda clave; es decir, ser consciente de los posibles riesgos y entender cómo evitarlos. Tal y como recomienda la especialista “lo esencial para preservar la salud pulmonar es no fumar, evitar exposición ambiental a polvos, químicos y contaminación, seguir una dieta saludable, mantener el peso adecuado y llevar una vida activa realizando actividad física”.

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Aparte de los agentes microbianos, como los diferentes virus, bacterias u hongos, y los alérgenos, el humo de tabaco es el gran contribuyente a la morbilidad respiratoria junto con la contaminación medioambiental. Otros factores de riesgo incluyen exposición laboral a diferentes agentes nocivos.

La especialista también alerta sobre el uso cada vez más frecuente de los vapeadores, especialmente entre los adolescentes y adultos jóvenes, y la escasa consciencia sobre sus peligros. “La impresión es que los pacientes piensan que los cigarrillos electrónicos no tienen ningún efecto perjudicial o que este es mucho menor que el del humo de tabaco”. “La realidad es otra, ya que estos productos contienen aerosoles con diferentes toxinas -entre otros aldehídos, glicerina, propilenglicol- que pueden causar inflamación a nivel pulmonar, pero también están documentados los efectos nocivos sobre la actividad neurológica”, advierte.

En estos meses, las enfermedades respiratorias se hacen más palpables que nunca. Simplemente mira a tu alrededor, en el trabajo, transporte público, locales de hostelería... Y no, no es por andar descalzos o por habernos quedado fríos, sino porque hay una mayor circulación de los virus y bacterias que las provocan y tendemos a estar más tiempo en espacios cerrados que facilitan su contagio y propagación. Se estima que, en invierno, las enfermedades del aparato respiratorio llegan a ocupar hasta un tercio de las consultas de atención primaria y urgencias.

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