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La relación entre el cáncer de colon y el sueño que todos deberíamos conocer
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Cronobiología

La relación entre el cáncer de colon y el sueño que todos deberíamos conocer

La ciencia está revelando nuevos datos sobre la utilidad del sueño, no solo de la cantidad de horas, sino de cuándo y cómo dormimos. Uno de los descubrimientos más relevantes es su papel en el desarrollo y evolución de ciertos tumores

Foto: No respetar los ritmos circadianos aumenta el riesgo de enfermar. (iStock)
No respetar los ritmos circadianos aumenta el riesgo de enfermar. (iStock)

El sueño ha dejado de ser ese gran desconocido para la ciencia y cada vez hay más evidencias de las consecuencias que acarrea para nuestra salud no respetar los plazos de descanso, ni en tiempo ni en forma. En la misma línea, qué y cuándo comemos impacta en la obesidad y, en consecuencia, en otras enfermedades relacionadas con la nutrición. En ambas situaciones vitales se cuela el concepto de cronobiología.

La cronodisrupción consiste en la alteración mantenida en el tiempo del sistema circadiano, en la que el tiempo interno (ritmos biológicos) y el ciclo ambiental natural están desincronizados. El sueño es uno de los procesos fisiológicos más afectados por esta disfunción, y las personas que presentan cronodisrupción dedican menos tiempo a dormir y su sueño es menos profundo y de peor calidad, además de ser en momentos del día inadecuados, advierten desde la Sociedad Española del Sueño (SES).

"En la mayoría de las personas, la cronodisrupción aparece como resultado de unos hábitos de vida poco saludables, que producen un desajuste entre los tiempos interno, ambiental, social y metabólico"

Hay determinadas enfermedades que pueden predisponer a esta cronodisrupción (asma, apnea, diabetes, fibromialgia, párkinson, alzhéimer o cáncer). Sin embargo, el doctor Pedro F. Almaida, miembro del grupo de trabajo de Cronobiología de la SES e investigador en el Laboratorio de Cronobiología de la Universidad de Murcia, asegura que, en la mayoría de las personas, la cronodisrupción aparece como resultado de unos hábitos de vida poco saludables, que producen un desajuste entre los tiempos interno, ambiental, social y metabólico: “Cuando estos tiempos no están sincronizados entre sí, nuestro sistema circadiano recibe señales contradictorias y se acaba estropeando".

Los tres culpables

Desde un punto de vista práctico, "hemos observado que la cronodisrupción grave aparece en personas que suelen compartir tres características: por un lado, la poca o nula exposición a luz natural en exteriores y la elevada exposición a luz artificial por la noche; en segunda instancia, un exceso de sedentarismo y, por último, una reducida o nula interacción social directa”, explica el experto.

placeholder Foto: iStock.
Foto: iStock.

Estos malos hábitos de vida tienen un precio, y es que la cronodisrupción se asocia con una mayor prevalencia y agravamiento de un gran número de patologías cuya incidencia está aumentando en sociedades industrializadas. Entre ellas, la diabetes, la depresión, la infertilidad, los trastornos de sueño, la pérdida de memoria, la inmunodepresión, la enfermedad cardiovascular, el envejecimiento acelerado y ciertos tipos de cáncer, como el colorrectal, el de mama y el de pulmón.

Foto: Cáncer de colon (Fuente: iStock)

Carcinógeno humano

Almaida recuerda que “la Agencia Internacional de Investigación en Cáncer, en el año 2007, clasificó el trabajo nocturno o el trabajo que implica atravesar en poco tiempo varias franjas horarias, como posible carcinógeno en humanos, señalando que ya existe suficiente evidencia del impacto que tiene la cronodisrupción sobre el desarrollo de determinados tipos de cáncer”.

Foto: Una paciente con apnea del sueño obstructiva. (iStock)

Además, la cronodisrupción también afecta directamente a la eficacia de los tratamientos y reduce la esperanza de vida de los pacientes: “Teniendo en cuenta que muchos procesos relacionados con el desarrollo y la progresión del cáncer están regulados por el sistema circadiano, la robustez de nuestros ritmos estará muy asociada con la evolución de la enfermedad", dice el también investigador. "En un estudio francés, dirigido por Francis Lévi, pionero en cronoterapia del cáncer, se observó que la probabilidad de supervivencia de los pacientes con ritmos de temperatura y actividad motora mejores era del doble que la de los que tenían ritmos alterados”.

Monitorización circadiana en pacientes con cáncer

Pedro F. Almaida investiga en cronodisrupción y cáncer, y ha desarrollado un proyecto sobre monitorización ambulatoria en pacientes con cáncer, que se ha publicado en Current Oncology Reports, además de recibir un premio de la SES.

placeholder Ilustración: iStock.
Ilustración: iStock.

La investigación parte de la monitorización circadiana ambulatoria de pacientes con cáncer a través de un dispositivo tipo pulsera que llevan puesto durante siete días consecutivos mientras hacen vida completamente normal. “Este dispositivo, gracias a una serie de sensores incorporados, registra en tiempo real los ritmos de temperatura de la piel (que se correlacionan muy bien con la somnolencia), de actividad física (cuándo se mueve la persona y con qué intensidad lo hace), la posición corporal o la exposición a luz ambiental (cuándo se expone, a qué intensidad se expone y a qué tipo de luz)”, explica el experto.

La información obtenida de la monitorización con 'gadget' permite crear perfiles circadianos asociados a distintas enfermedades

A partir de la información registrada por estos dispositivos, los investigadores realizan un análisis exhaustivo de los ritmos circadianos de cada persona, incluido el sueño, al mismo tiempo que ven cuáles son sus hábitos de vida, de modo que pueden estudiar la relación entre el tiempo interno de cada sujeto (el que marca su reloj biológico) y los ciclos ambientales, lo cual es fundamental para determinar si existe cronodisrupción.

“Mediante esta tecnología vestible podemos monitorizar al mismo tiempo a un amplio número de pacientes mientras realizan vida normal, proporcionando información objetiva acerca del estado funcional del sistema circadiano y el sueño, también a nivel individual, que puede ser usada para tomar decisiones personalizadas dirigidas a mejorar la salud del sujeto y de grupos poblacionales de interés".

Pedro Almaida enumera los beneficios que tiene esta monitorización para trabajadores a turnos, recién nacidos, hipertensos, pacientes con síndrome metabólico, ancianos, personas con problemas respiratorios durante el sueño o pacientes de párkinson. "De este modo, podremos crear perfiles circadianos asociados a distintas enfermedades, lo cual puede constituir una potente herramienta de diagnóstico y prevención", concluye.

El sueño ha dejado de ser ese gran desconocido para la ciencia y cada vez hay más evidencias de las consecuencias que acarrea para nuestra salud no respetar los plazos de descanso, ni en tiempo ni en forma. En la misma línea, qué y cuándo comemos impacta en la obesidad y, en consecuencia, en otras enfermedades relacionadas con la nutrición. En ambas situaciones vitales se cuela el concepto de cronobiología.

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