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'Cuento de Navidad': ¿por qué eras así, Mr. Scrooge?
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'Cuento de Navidad': ¿por qué eras así, Mr. Scrooge?

Era un hombre avaro y huraño. Una Nochebuena recibió la visita de tres fantasmas de la Navidad que le transformaron en un ser generoso y feliz. ¿Qué le sucedía realmente? ¿Puede que su comportamiento anterior se debiese a alguna enfermedad?

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

Uno de mis recuerdos más entrañables en Nochebuena es una versión animada de Cuento de Navidad, de Charles Dickens, que pusieron en la televisión cuando yo era pequeño. Si bien no había tanta oferta como ahora y lo que se emitía pasaba a ser trending, la historia me cautivó tanto que todos los años por estas fechas me acuerdo de ella. Y estoy seguro de que no soy el único al que le sucede.

Ebenezer Scrooge es un hombre avaro y misántropo que odia la Navidad. Una Nochebuena, Scrooge recibe la visita del fantasma de su antiguo socio fallecido años atrás, condenado a arrastrar cadenas por haber tenido una vida egoísta y codiciosa. Este advierte a Scrooge que ese es el destino que le espera, pero que aún tiene una última oportunidad de cambiar esa misma noche cuando reciba la visita de tres fantasmas. Scrooge no se arredra y los espera desafiante.

Foto: Detalle de portada de 'Dickens & Prince'

El primer espíritu, el de la Navidad pasada, le recuerda a Scrooge su infancia feliz antes de convertirse en un adicto al trabajo y al dinero. El de la Navidad presente le muestra la situación de la familia de su empleado Bob, que, a pesar de la pobreza y de la enfermedad de su hijo Tim, celebra las fiestas en familia con dignidad y alegría. El espíritu del futuro le muestra el aterrador destino que le espera: su casa saqueada por los pobres y sus amigos ricos dándole la espalda. También ve la muerte del pequeño Tim y lo que más espanto le produce: la visión de su propia tumba. Scrooge suplica una nueva oportunidad y se le concede.

El avaro despierta al día siguiente siendo un hombre nuevo. Sale a la calle henchido de felicidad y demuestra a todos que se ha transformado en una persona generosa y amable, que celebra la Navidad y que ayuda a todos los que le rodean. Se redime con la familia de su empleado peor pagado y en especial con su pequeño, Tim, al que agasaja de manera sorprendentemente desinteresada.

¿Trastorno psicótico?

Con el paso del tiempo y la deformación profesional, veo ahora al señor Scrooge con otros ojos. ¿Por qué se comportaba de esa manera? ¿No podría ser que estuviera enfermo? He descubierto que muchos otros han tenido la misma idea, elevándola incluso a cotas de investigación seria (es protagonista de artículos publicados en revistas de contrastada reputación científica). Por ejemplo, se ha especulado con la posibilidad de que los fantasmas y las voces que percibe Scrooge fueran el resultado de un trastorno psicótico breve, aunque, para que el diagnóstico cuadrase, esas alucinaciones debería haberlas experimentado más de una noche. También se ha sugerido que hubiera sufrido un derrame cerebral o que hubiera sido afectado por una demencia o por un trastorno psicótico breve.

Foto: Un ictus hemorrágico se produce por la rotura de una vena del cerebro. (iStock)

Al principio del cuento, el avaro afirma que “todo esto es solo un mal sueño, una compleja indigestión estomacal que le está causando visiones”. Algunos han interpretado estas palabras de Dickens como una posible evidencia de envenenamiento con un hongo alucinógeno denominado cornezuelo o ergot (Claviceps purpurea), que en aquellos tiempos fue un contaminante común del pan de centeno.

placeholder El actor Robin Willians, fallecido en 2014, sufría demencia de cuerpos de Lewy.  (Reuters)
El actor Robin Willians, fallecido en 2014, sufría demencia de cuerpos de Lewy. (Reuters)

Pero el comportamiento huraño y misántropo de nuestro protagonista a lo largo de toda su existencia (según se describe en la obra) parecería ser más consecuencia de una enfermedad crónica. Se ha especulado con la posibilidad de que padeciera una enfermedad denominada demencia de cuerpos de Lewy, un trastorno complejo que no fue reconocido médicamente hasta 1996, y que produce alteraciones en el pensamiento, el movimiento, la conducta y el estado de ánimo (“el frío dentro de él congeló sus rasgos viejos y endureció su paso”, describe Dickens). La demencia de cuerpos de Lewy también se caracteriza por alucinaciones visuales, que son un síntoma frecuente y tienden a suceder desde el inicio de la enfermedad (y que justificarían la visión de los fantasmas de la Navidad por parte de Scrooge).

Amargura postraumática

Otra teoría publicada defiende que Scrooge padecía el denominado post-traumatic embitterment disorder, que podemos traducir como un trastorno de amargura postraumático y que se aplica a una persona que experimenta un evento traumático (pero no amenazante para la vida, puesto que, en ese caso, se trataría de un estrés postraumático). Este trastorno le produciría amargura, hostilidad, irritabilidad o rabia, con un deseo franco de venganza y retribución.

Ebenezer Scrooge no era, en realidad, un misántropo de mal genio, sino que, simplemente, estaba deprimido, como lo están muchas personas mayores y que se encuentran irritables, enojadas u hostiles por ese motivo

Por otro lado, hay quien afirma que Ebenezer Scrooge no era, en realidad, un misántropo de mal genio, sino que, simplemente, estaba deprimido, como lo están muchas personas mayores y que se encuentran irritables, enojadas u hostiles por ese motivo. Sería una respuesta de defensa conductual contra la impotencia interna que crea la depresión. El autor de esta teoría afirma que el 15% de los estadounidenses mayores de 65 años están clínicamente deprimidos, y en las residencias de ancianos, este número aumenta al 25%. “Scrooge ocultó su depresión con un manto de maldad”, teoriza en sus investigaciones.

El pequeño Tim

Hay otro personaje del cuento de Dickens que ha sido objeto de un estudio médico a lo largo de sus páginas. Se trata del pequeño Tim, el hijo del empleado llamado Ben, y al que el fantasma del presente escoge como ejemplo. Tim es descrito en la obra como un muchacho que precisa de una muleta y de otros aparatos ortopédicos, probablemente discapacitado por una combinación de tuberculosis y raquitismo.

placeholder La pobreza infantil era habitual en el Londres de la Revolución Industrial. (iStock)
La pobreza infantil era habitual en el Londres de la Revolución Industrial. (iStock)

Durante el tiempo en que fue escrita la novela, más de la mitad de los niños en Londres tenían raquitismo (enfermedad que el propio Dickens describe en otra de sus celebérrimas obras: Oliver Twist) y casi el 50% mostraban signos de tuberculosis. Esta elevada incidencia de ambas dolencias estaba fomentada por el modo de vida hacinado, la malnutrición, la suciedad y la baja exposición a la luz solar. Estamos en la época de la Revolución Industrial y la ciudad londinense nunca ve los rayos del sol (tan necesarios para la estimulación de la producción de vitamina D) puesto que está inmersa en una burbuja de hollín y de contaminación proveniente de las fábricas.

Foto: Foto: Unsplash.

El fantasma del pasado le dice a Scrooge que si hubiese sido más generoso, aumentando el salario de Bob (el padre de Tim), el pequeño hubiera podido disfrutar de alimentos como el aceite de pescado. Entendemos que Dickens conoce que, al sufrir raquitismo, el aceite proporcionaría un suplemento vitamínico que le habría ayudado a fortalecer las piernas del niño discapacitado.

Otros sugieren que Tim sufría la enfermedad de Pott. Esta dolencia es un tipo de artritis tuberculosa causada por la misma bacteria que produce la tuberculosis, el Mycobacterium tuberculosis, que afecta a las articulaciones intervertebrales y produce deformidades espinales (se cree que es la dolencia que producía la joroba de Quasimodo en la novela Nuestra Señora de París, de Víctor Hugo). Finalmente, algunos han sugerido que Tim presentaba una enfermedad renal llamada acidosis tubular tipo I, que impide la excreción por parte del riñón de los ácidos que se acumulan en la sangre y pueden producir fracaso en el crecimiento y raquitismo en los niños.

Basado en hechos reales

¿El Cuento de Navidad pudo estar basado en hechos reales? Es frecuente que así sea en muchas historias de ficción. En 1997, durante las obras realizadas en la iglesia de Saint Andrews de la capital londinense, fue descubierta la tumba de un tal Timothy Cratchit, que había muerto en 1884 a la edad de cuarenta y cinco años. Además de los huesos, los arqueólogos encontraron un marco de metal y cuero que el inquilino de la tumba (se supone) habría usado en vida para sostener las piernas y la espalda. ¿Podría tratarse de nuestro Tim? Después de todo, a lo mejor sí que existió un Mr. Scrooge misántropo y tacaño que luego se arrepintió en Navidad, y que acabó ayudando a un pequeño llamado Tim a llegar a la vida adulta.

Dickens ha pasado a la historia por reflejar muy bien las enfermedades y las condiciones higiénico-sanitarias de la sociedad en la que vivía

Dickens ha pasado a la historia por reflejar muy bien las enfermedades y las condiciones higiénico-sanitarias de la sociedad en la que vivía. A través de su obra describe enfermedades médicas que no se reconocieron como tales hasta mucho tiempo después. El ejemplo más conocido es el síndrome de Pickwick (o síndrome de hipoventilación y obesidad), en homenaje a un personaje de su primer libro: Los papeles póstumos del club Pickwick. Se describe a un mensajero conocido como "Joe, el niño gordo", que tiene hambre constantemente y que suele quedarse dormido y roncar debido a la dificultad respiratoria de las personas obesas (y que causa color azulado de la piel por una reducción del oxígeno en la sangre).

Foto: Los dos hemisferios del cerebro colaboran en el habla. Foto: Pixabay

Hay otros ejemplos, como la señora Skewton, que en la novela Dombey e hijo, sufre una enfermedad que paraliza el lado derecho de su cuerpo y le quita la capacidad de hablar. Pasarían muchos años hasta que la medicina supiese que el habla se controla por un solo lado del cerebro y que se afecta cuando hay daño cerebral en ese mismo lado. En la obra Casa desolada, el señor Krook es descrito como un comerciante bebedor que se deshace de documentos sin leerlos porque "puede entender todas las letras por separado y conoce a la mayoría de ellas cuando las ve por separado... pero no puede juntarlas". Dickens describía una enfermedad que solo se conocería años después: la dislexia.

Mr. Scrooge forma parte de nuestra Navidad. También Pepe Isbert en La gran familia, cuando pierde al nieto en el mercadillo navideño, o James Stewart cuando suena la campanita en el árbol de Qué bello es vivir, o incluso la machacona canción All I Want For Christmas is You, en la película Love Actually. Sin embargo, el cuento de Charles Dickens, escrito hace ciento ochenta años, lo diferencia por su atemporalidad y su mensaje sobre la redención, la empatía y la capacidad de cambio. Unos valores que, en estos tiempos, no está de más recordar que existen.

Que se mejoren y… ¡feliz Navidad!

Uno de mis recuerdos más entrañables en Nochebuena es una versión animada de Cuento de Navidad, de Charles Dickens, que pusieron en la televisión cuando yo era pequeño. Si bien no había tanta oferta como ahora y lo que se emitía pasaba a ser trending, la historia me cautivó tanto que todos los años por estas fechas me acuerdo de ella. Y estoy seguro de que no soy el único al que le sucede.

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