¿Por qué adelgazar sin motivo aparente puede ser causa de preocupación?

Perder unos kilos no parece, a priori, una mala noticia. Y es que no son pocas las personas que viven en estado de dieta permanente. De modo que si la báscula tiene a bien informarnos de que pesamos cinco kilos menos, nos lo tomamos como algo 100% positivo. Sin embargo, las bajadas de peso, cuando no son el resultado de una dieta, no suelen traer nada bueno. De hecho, pueden ser el síntoma de una enfermedad subyacente.

Pérdida rápida e involuntaria

Adelgazar de forma inesperada y en un corto espacio de tiempo puede ser el aviso de la existencia de una patología o puede que no. De hecho, "en la mayoría de los casos, no se trata de un problema, sino del resultado de cambios en el estilo de vida o simplemente son patologías benignas", afirma tranquilizadora la doctora Inmaculada Millán, medico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y coordinadora médica del centro de salud Turis.

Perder un 5% del peso en poco tiempo puede ser un indicio de un trastorno psíquico o físico

Eso no significa que debamos pasar por alto las señales. Es decir, "siempre que exista una pérdida de peso rápida e involuntaria, debemos acudir a nuestro médico de cabecera o especialista, preferentemente al médico internista o al endocrinólogo", aconseja el doctor Juan Carlos Percovich, del Servicio de Endocrinología y Nutrición en el Hospital Ruber Internacional.

En la misma línea se pronuncia la doctora Millán, quien sostiene que "los médicos de atención primaria estamos ahí siempre para los pacientes, en cualquier momento que tengan dudas y preocupaciones". Y añade: "Pero si un paciente observa una pérdida de peso que le preocupe, y además está unido a cualquier otro síntoma, debe acudir de inmediato para realizar pruebas complementarias".

¿Cuándo debemos preocuparnos?

Ambos facultativos comparten la importancia de acudir a la consulta del médico si, a pesar de no haber cambiado la dieta o los hábitos de vida, perdemos peso en poco tiempo. Ahora bien, ¿se refieren a días, semanas, meses...? Y ¿de cuántos kilos estamos hablando?

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EC

Según el doctor Percovich, "la pérdida de peso patológica tiene como principal característica el ser involuntaria y puede desarrollarse en varias semanas o meses. A pesar de no ser un dato exacto -continúa-, perder un 5% del peso corporal o más de 5 kg en el tiempo señalado puede ser un indicio de un trastorno psíquico o físico y, por lo tanto, una señal de alarma para consultar a su médico".

Puede ir acompañada de otros síntomas, como astenia, sudoración fría o alteraciones intestinales

En la misma línea apunta la doctora, quien considera preocupante la pérdida de peso cuando "realizando la misma dieta y ejercicio se pierde sobre un 5% en tres meses y un 10% en seis meses".

Un síntoma que no viene solo

Es importante tener en cuenta que, cuando esta pérdida de peso está asociada a una patología, lo habitual "es que vaya acompañada de otros síntomas, como astenia, malestar, sudoración fría, alteraciones intestinales...", señala Millán.

Listado que completa el doctor Percovich con otros importantes signos de alerta: "Fiebre o febrícula, principalmente de varias semanas, adenopatías (ganglios), sudor nocturno, dolor abdominal, sangrado en las heces, tos de larga duración y de origen no aclarado, dificultad respiratoria, temor a la ganancia de peso, especialmente entre mujeres adolescentes, ánimo disminuido, sobre todo en ancianos, y aumento de la diuresis y de la ingesta".

Desde neoplasias hasta infecciones o depresión

Identificada la pérdida de peso involuntaria, la cuestión es averiguar de qué es síntoma. En este sentido, el doctor Percovich señala que las enfermedades que causan adelgazamiento "pueden ir acompañadas de disminución o de aumento del apetito. En el primer grupo -prosigue-, están las neoplasias, principalmente como un signo de progresión de la enfermedad, el consumo de drogas, algunos fármacos usados para el trastorno de atención e hiperactividad, la quimioterapia, algunos antidiabéticos, etc, y los problemas psiquiátricos como la depresión".

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Álvaro Hermida

Por otro lado, el segundo grupo abarca aquellas patologías en las que la pérdida de peso puede ir acompañada de un aumento del apetito, "entre las más conocidas se encuentra la diabetes mellitus tipo 1 y 2, el hipertiroidismo y las enfermedades malabsortivas como la cirrosis, el síndrome de Zollinger-Ellison o la celiaquía", resume el experto. También "la enfermedad de Crohn, úlcera péptica o la enfermedad pulmonar crónica".