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Los Reyes Magos han llegado hoy: un trabajo arduo para el que hay que estar sano y en forma
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Los Reyes Magos han llegado hoy: un trabajo arduo para el que hay que estar sano y en forma

Desde muy pequeño me llamó la atención su capacidad de trabajo y la perfecta organización. ¿Cómo pueden acordarse de todos y cada uno de los juguetes? ¿Por qué nunca se equivocan de domicilio? Mucho tienen que ver en los resultados los pajes

Foto: Foto: iStock
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Cuando estas líneas vean la luz, SSMM los Reyes Magos de Oriente aún estarán entregando los últimos regalos de aquellos niños que hayan sido buenos durante el año. Que serán todos. (También de los adultos, aunque es posible que en estos casos el nivel de carbón aumente de manera exponencial). Desde muy pequeño me llamó la atención su capacidad de trabajo y la perfecta organización. ¿Cómo pueden acordarse de todos y cada uno de los juguetes? ¿Por qué nunca se equivocan de domicilio? ¡Qué infalibles! Mucho tienen que ver en los resultados los pajes que organizan las cartas, reúnen los pedidos y planifican la ruta, para que la mañana de Reyes sea una fiesta y una alegría inolvidable.

El método de RRMM ha sido emulado por las grandes multinacionales de mensajería, pero sin obtener tales niveles de efectividad

¿Dónde reside la clave del éxito de Melchor, Gaspar, Baltasar 'and co.'? Me consta que su método ha sido emulado por las grandes multinacionales de mensajería y de reparto, pero sin obtener tales niveles de efectividad. Un resultado extraordinario que no solo debe atribuirse a su exitoso modelo de negocio (como digo, imposible de reproducir), sino también al hecho de que los tres se encuentran en una gran forma física.

Entrenan a diario en el gimnasio Orient fit y llevan una dieta real, saludable y equilibrada, que estiliza su figura y les permiten deslizarse por chimeneas con sigilo y sin mancharse de hollín. O subirse a los alféizares en perfecto equilibrio desde donde abren, sigilosos, ventanas y balcones, para colarse en los domicilios mientras dormimos. No fuman, ni cometen excesos, y disfrutan de una vida ordenada durante casi todo el año, preparándose para la noche en el que les toca trabajar: la más mágica.

Esa noche, mientras reparten, no cometerán excesos para evitar que afecte a su forma física y a su agilidad y que tenga consecuencias negativas en su rendimiento. Tampoco se detendrán en cada uno de los domicilios a beber y comer las viandas que solemos dejar para ellos. Además, saben que tanto turrón y tanta peladilla les podría producir aerofagia e incómodas flatulencias (por eso se lo dan a los camellos, que sí precisan de un tentempié durante el reparto ante el esfuerzo de transportar el peso de los paquetes). No, nada de eso. Los RRMM de Oriente son ejemplo de profesionalidad y se cuidan mucho.

Otros reyes no tan sanos

Pero no todos los reyes gozan de una condición física tan admirable como los de Oriente. Si bien el siglo XXI ha reducido la tendencia, a lo largo de la historia hubo muchos monarcas cuya vida acomodada, opulenta, repleta de excesos gastronómicos (y de otras dejadeces inherentes al cargo), les produjeron enfermedades reales que solo les afectaba a ellos y no al pueblo llano.

placeholder El rey Felipe II en un cuadro de Tiziano del año 1551
El rey Felipe II en un cuadro de Tiziano del año 1551

Por ejemplo: Felipe II. Fue uno de los reyes más poderosos y con él nuestro país se tornó una potencia mundial. Como tenía que administrar todo un imperio, su vida consistía en estar sentado y entre papeles. Era de buen comer, y era conocido su apego a carne y su desprecio por las verduras. Cuando no trabajaba se iba de caza, y algunas de las piezas eran luego servidas en opíparas cenas consistentes en pollo, perdiz, paloma, venado, ternera, aderezado con pan y vino, pero nunca acompañado de fruta o verdura, las cuales detestaba por la noche.

Foto: El dedo gordo es uno de los puntos donde se manifiesta la gota. (iStock)

Al final esa dieta tan poco equilibrada le produjo ataques de gota. Todas las mañanas su ayudante de cámara le masajeaba los pies inflamados por los cristales de urato monosódico, que le producían dolores incoercibles. La gota se produce en personas que tienen el ácido úrico elevado, y su aparición se ve potenciada por una dieta rica en vísceras, carnes rojas, marisco o bebidas alcohólicas, así que el monarca era todo carne, pero de cañón. Como nunca varió su dieta ni sus hábitos, Felipe II acabó sus días yendo a todos los sitios donde su deber era requerido en una silla especial, puesto que no podía caminar (tales eran los dolores en las articulaciones).

Dichosa endogamia

Si hay algo que ha caracterizado a todos los reyes de la historia es la necesidad de casarse entre ellos para rubricar alianzas y garantizar el linaje. Esta endogamia ha facilitado que determinadas enfermedades se hayan transmitido entre generaciones. Una de ellas es la hemofilia, que se caracteriza por producir hemorragias espontáneas por una inadecuada coagulación. Las mujeres la transmiten a su descendencia, pero solo son los hombres los que la padecen.

placeholder Los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia (Imagen de archivo)
Los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia (Imagen de archivo)

En 1840 la reina Victoria de Inglaterra (portadora del gen de la hemofilia) contrajo matrimonio con su primo, el príncipe Alberto. La soberana tuvo tres hijos varones afectos de hemofilia. Años después, la enfermedad fue propagándose por la descendencia, y llegó a la corte española a través de Victoria Eugenia de Battenberg (nieta de la reina Victoria), quien, como su abuela, era portadora. Alfonso XIII, prendado de su hermosura, se casó con ella. De la unión nació Alfonso, príncipe de Asturias, y llamado a ser rey de España, pero que, como era previsible, nació también con la enfermedad. Pasó la mayor parte de su infancia en la cama y en hospitales y fue obligado a renunciar a sus derechos sucesorios. A los 31 años falleció en un accidente de coche en Miami, como consecuencia de hemorragias internas graves, presumiblemente agravadas por su hemofilia.

El Rey Jorge III de Inglaterra padeció porfiria, una enfermedad rara que se debe a una acumulación de porfirinas

Hay otras enfermedades que también han afectado a la realeza, como son los trastornos mentales. Se ha documentado que el Rey Jorge III de Inglaterra presentaba episodios psicóticos que se han atribuido a la porfiria, una enfermedad rara que provoca alucinaciones, depresión, ansiedad y paranoia. La porfiria se produce debido a una acumulación de porfirinas, las cuales son necesarias para producir hemo, una parte de la hemoglobina. [La hemoglobina es una proteína de los glóbulos rojos que transporta el oxígeno a los órganos y a los tejidos]. Algunos autores niegan que la padeciese, argumentando que ninguno de sus quince hijos padeció los mismos síntomas, y afirman que, en realidad, padecía del trastorno bipolar. Hay otros ejemplos. En 1987, la prensa británica desveló que dos primas de la reina Isabel II, supuestamente fallecidas, seguían vivas. Habían permanecido recluidas durante décadas en una institución para discapacitados. Los medios sensacionalistas afirmaron que habían sido ocultas para que no se pudiera asociar sus trastornos mentales con la Casa de Windsor. Que cada uno saque sus conclusiones.

Sangre azul

Siempre se ha dicho que los reyes y los príncipes son de sangre azul (que se lo pregunten, si no, a la bella durmiente). Hay varias teorías al respecto. Una de ellas afirma que la realeza, al no tener necesidad estar a la intemperie, siempre tenían una tez pálida en comparación con el resto de mortales que trabajaban a pleno sol. En pieles blancas es más factible que se observen las venas que surcan la piel, y que llevan sangre venosa, que siempre es de color azulado.

placeholder Retrato de Maria Antonieta de Austria (iStock)
Retrato de Maria Antonieta de Austria (iStock)

Si bien hoy asociamos la palidez con la enfermedad, en otros tiempos era sinónimo de clase alta. Las mujeres se espolvoreaban polvos blancos en la cara como hacía la reina Isabel I de Inglaterra que, como curiosidad, se cree que falleció víctima de su maquillaje blanco, que estaba compuesto, entre otros, por carbonato de plomo y trazas de arsénico. Antes muerta que sencilla. Otra teoría hipotetiza que, al ser la hemofilia preponderante en familias reales, era frecuente que los enfermos presentasen hematomas que les daban un tono entre azulado y morado.

Foto: Una ecografía de un corazón con una válvula bicúspide. (iStock)

Hay otras enfermedades denominadas cardiopatías congénitas que producen que los niños al nacer nazcan azulados y que por ser congénitas pudieran ser más frecuentes en familias reales debido a la consabida endogamia. Quizás el término podría venir de ahí. Recientemente se ha postulado que la teoría más probable sobre el origen del “príncipe azul”, tan idealizado en el imaginario popular, pudiera deberse a que en el siglo XVII el término “calaesti” (celestial) se tradujo como “celeste” (azul claro). De esta manera, el término original, “de sangre celestial” que hacía referencia a la sangre de un príncipe, se hubiera quedado para la posteridad como “de sangre azul”.

Estilo de vida realmente saludable

Volviendo a nuestra preocupación inicial por el fitness de los reyes, quiero recordar la oronda figura del rey de León, Sancho I, a quien llamaban “el Craso”, y que llegó a pesar 240 kilos. Al parecer solicitó ayuda al califa de Córdoba, Abderramán III para perder peso y, de paso, recuperar su trono, perdido a manos de su tío. En el califato se le sometió a una cura de adelgazamiento de lo más efectiva: le recluyeron, le impidieron comer durante cuarenta días y, lo que fue más efectivo, le cosieron la boca dejándole un orificio para hidratarle con infusiones. Por lo visto, volvió a su peso ideal y consiguió sentarse en su recuperado trono (donde hacía tiempo que no se sentaba, y no por cuestiones bélicas).

"Estoy seguro que la cordura y la honorabilidad también se puede pedir en la carta a sus majestades los Reyes Magos"

Poco podemos hacer antes enfermedades hereditarias. Sin embargo, las dolencias asociadas a un estilo de vida poco saludable son abordables desde el punto de vista médico y, lo que es más importante, son prevenibles. La salud del siglo XXI debe apostar por la prevención de las enfermedades ante una sociedad cada vez más mayor y afectada por enfermedades crónicas. Los recursos no son infinitos y los requerimientos en salud aumentan día a día. Por eso debemos seguir el ejemplo de SSMM los Reyes Magos de Oriente, y adoptar un estilo de vida saludable. Es lo que más nos alejará de la enfermedad y lo que nos proporcionará en el futuro una sanidad como la que gozamos en la actualidad: eficiente y equitativa.

Dice Frederic Larsan que “solo es cuestión de tiempo que el poder te corrompa” aunque no sé si se refiere a los hábitos poco saludables o a cuestiones más materiales. Yo aun quiero mantenerme en el idealismo mágico, y creer que “eres y serás lo que te han enseñado en tu casa, y nada más”. De cualquier forma, estoy seguro que la cordura y la honorabilidad también se puede pedir en la carta a los Reyes Magos. Aquí dejo la idea por si alguien se siente aludido y quiere tomar nota para el año que viene.

Felices Reyes. Que se mejoren.

Cuando estas líneas vean la luz, SSMM los Reyes Magos de Oriente aún estarán entregando los últimos regalos de aquellos niños que hayan sido buenos durante el año. Que serán todos. (También de los adultos, aunque es posible que en estos casos el nivel de carbón aumente de manera exponencial). Desde muy pequeño me llamó la atención su capacidad de trabajo y la perfecta organización. ¿Cómo pueden acordarse de todos y cada uno de los juguetes? ¿Por qué nunca se equivocan de domicilio? ¡Qué infalibles! Mucho tienen que ver en los resultados los pajes que organizan las cartas, reúnen los pedidos y planifican la ruta, para que la mañana de Reyes sea una fiesta y una alegría inolvidable.

Salud
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