¿Puede afectar a la salud el consumo de microplásticos a través del pescado?

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La aparición en las playas de la costa gallega de millones de pequeñas bolitas de plástico, de un diámetro entre 4 y 5 mm y un peso de 20 mg, ha generado alarma social y política. Las autoridades competentes, los municipios afectados y las asociaciones ecologistas actúan a toda celeridad para frenar el desastre medioambiental que podría suponer el vertido procedente de varios contenedores del buque mercante Toconao, que cayeron al mar mientras este navegaba en aguas portuguesas.

La retirada a tiempo de estos microplásticos de las costas es vital, ya que, al ser tan pequeños, la corriente hace que se muevan muy rápido y se desplacen de un sitio a otro. Estos pellets se fabrican a partir del petróleo y están compuestos de polietileno, polipropileno, poliestireno, cloruro de polivinilo o resinas sintéticas, según explican desde Europa Press.

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Al estar hechos de con estos materiales plásticos, los pellets tardan mucho tiempo en degradarse y descomponerse por completo, suponiendo un grave deterioro medioambiental y un peligro para especies marinas como las tortugas, aves y mariscos, ya que una vez ingeridos pueden causar daños o, incluso, la muerte.

¿Es peligroso para la salud humana?

Por este motivo, conviene saber que los peces son susceptibles de comer estas bolitas, lo que genera gran preocupación entre la gente, puesto que puede suponer un riesgo para la salud humana. “Los peces pueden mostrar altas concentraciones [de microplásticos], pero dado que están presentes principalmente en el estómago y los intestinos, generalmente son eliminados y no constituyen una importante fuente de exposición para los consumidores”, ha afirmado la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). De hecho, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha asegurado que este tipo de microplásticos no constituyen ningún tipo de peligro para el consumo. En esa misma sintonía, se ha expresado también el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda: "Es plástico, cuando llega a la costa hay que retirarlo, pero es un material utilizado en uso alimentario".

No obstante, en el caso de los crustáceos y mariscos bivalvos no ocurre lo mismo. Al consumir estos productos, se ingiere también el tracto digestivo, lo que haría que lleguen al organismo del consumidor. Pero estos plásticos no solo están presentes en especies marinas, sino también en productos como la sal, la miel o la cerveza.

Los microplásticos de los peces "no constituyen una importante fuente de exposición para los consumidores", según afirma la AESAN

Aunque no existen estudios científicos que lo avalen, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) calificó la presencia de microplásticos y nanoplásticos en el organismo humano como un “riesgo emergente”. Entre las posibles consecuencias para la salud humana estaría la irritación o inflamación de ciertos tejidos, pero esto solo se ha podido certificar en los estudios en ciertos animales. No obstante, las autoridades alimentarias y sanitarias trabajan para evaluar los posibles riesgos en el ser humano.