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¿Por qué recetaban en una clínica contra la obesidad un fármaco para niños con TDAH?
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"Tiene muchos riesgos"

¿Por qué recetaban en una clínica contra la obesidad un fármaco para niños con TDAH?

Una farmacia acaba de ser sancionada por suministrar de manera irregular Rubifen. La indicación del medicamento nada tiene que ver con la pérdida de peso e incluso puede poner en riesgo la salud si se toma para este fin

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Una farmacia de Vigo acaba de ser sancionada con 60.001 euros por suministrar de manera irregular, durante 15 meses, 450 envases de un fármaco a una clínica privada de tratamiento de la obesidad, cuyo nombre no ha trascendido. Más allá de lo ilícito o la cuantía de la multa, lo más sorprendente de la sentencia es que el medicamento nada tiene que ver con la pérdida de peso.

El tratamiento en cuestión es Rubifen, cuyo principio activo es metilfenidato hidrocloruro, un psicotrópico que se utiliza en niños como terapia para el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).

Más concretamente, en España está indicando para el TDAH en edades comprendidas entre 6 y 18 años y solo tras haber probado antes tratamientos que no incluyan medicamentos, como la terapia de comportamiento y asesoramiento. Además, en ningún caso Rubifen está indicado para el TDAH en menores de 6 años o en adultos, ya que “no se conoce su seguridad o beneficio en estos pacientes”, según la prescripción de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).

Cómo actúa el Rufiben

Rubifen mejora la actividad de ciertas partes del cerebro que se encuentran con baja actividad. De este modo, el medicamento puede ayudar a mejorar el nivel de atención, concentración y reducir el comportamiento impulsivo.

Su forma de actuar es “inhibiendo la recaptación de dos neurotransmisores, dopamina y noradrenalina, con el objetivo de estar más tiempo en la brecha sináptica y, por tanto, actúen mejor estos neurotransmisores en sus receptores”, explica a El Confidencial Beatriz Collado, vocal de Alimentación y Nutrición del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM).

Pérdida del apetito, uno de los efectos secundarios

En general, la sensación de hambre aparece por la necesidad de cubrir el requerimiento energético del organismo. “Cuando se estimula el centro del hambre, aparece la sensación de apetito y cuando el centro de saciedad es estimulado, el deseo o necesidad de comer se detiene”, desarrolla la farmacéutica.

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La sanitaria explica que hay una implicación existente entre el sistema nervioso central (SNC), al que afecta el Rubifen, y la regulación del apetito. Pero lo cierto es que “no está perfectamente dilucidado el mecanismo por el cual este medicamento disminuye drásticamente el apetito, sin embargo, está claro que está relacionado con su acción a nivel del SNC”.

Y esta implicación del SNC puede ser la responsable de uno de los efectos secundarios calificado como “frecuente” por la AEMPS, aunque solo afecta a 1 de cada 10 personas: la pérdida del apetito o disminución del apetito. Este podría ser el razonamiento para suministrar Rubifen en una clínica contra la obesidad.

Los riesgos para la salud del Rubifen para perder peso

La vocal del COFM señala que “en absoluto” se debe recetar metilfenidato para reducir la obesidad. “En la historia de la medicina se han encontrado en algunos medicamentos efectos secundarios que han sido un acierto, pero para cubrir otras necesidades. Esto no es lo que ocurre con el Rubifen. Es un medicamento con muchos efectos secundarios que hay que controlar, y en su ficha técnica no es un medicamento de elección en el adulto, por otros muchos efectos secundarios que se le atribuyen”, explica.

Tomar el tratamiento para cualquier finalidad que no sea la indicada tiene “muchos riesgos, pero el más alarmante es que si una persona padece obesidad, el riesgo cardiovascular va de la mano. Y en los últimos años se han asociado diversos riesgos al tratamiento con metilfenidato, principalmente trastornos cardiovasculares y cerebrovasculares”, añade.

"Puede empeorar los problemas cardiovasculares de los pacientes con obesidad"

En este sentido indica efectos secundarios que pueden ser graves: “Pudiendo empeorar los problemas cardiovasculares de los pacientes con obesidad, que en la mayoría de los casos existen. El síndrome metabólico es un desorden clínico que se caracteriza por presentar obesidad abdominal, hipertensión, dislipidemia y resistencia a la insulina. Y no nos olvidemos de que los problemas cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo occidental”.

Por otro lado, más allá de los riesgos relacionados con el consumo para perder peso, recuerda que “en el cuerpo humano, nada ocurre en una parte sin que tenga consecuencias, más o menos importantes, en el conjunto, al tratarse de un sistema en el que todo está perfectamente interconectado”.

Foto: Recientemente se ha prestado mucha atención al uso de agonistas de GLP-1 para perder peso. (Pexels)

La farmacéutica destaca del metilfenidato la existencia de “una larga lista de efectos secundarios no excesivamente graves, pero sí muy frecuentes y, como explicábamos antes, conlleva consecuencias importantes en el correcto funcionamiento de nuestro organismo”. En ellos se encuentran nerviosismo, irritabilidad, dificultad para conciliar el sueño o mantenerse dormido, mareos, náusea, vómitos, pérdida de apetito, pérdida de peso, dolor de estómago, diarrea, acidez estomacal, boca seca, dolor de cabeza, tensión muscular, somnolencia, movimiento incontrolable de una parte del cuerpo, intranquilidad, disminución en el deseo sexual, fuerte sudoración, dolor de espalda.

A todo ello hay que sumar que el metilfenidato, como psicofármaco que es, puede resultar adictivo. La propia AEMPS así lo recoge: “Si Rubifen no se usa adecuadamente puede provocar un comportamiento anormal. Esto también puede significar que usted o su hijo empiezan a depender del medicamento”.

"Bajo ningún concepto" está indicado contra la obesidad

La farmacéutica hace hincapié en que el Rubifen “bajo ningún concepto está indicado en el tratamiento de la obesidad para controlar el apetito”. Y recuerda que el metilfenidato está indicado como parte de un programa de tratamiento integral del TDAH en niños a partir de 6 años, cuando otras medidas por sí mismas han demostrado ser insuficientes. “Siempre con un seguimiento de neurólogo pediátrico especialista en esta patología”, recalca.

“Existen muchas herramientas seguras y eficaces para ayudar a estos pacientes con obesidad para conseguir su objetivo, que destaco muy importante para la salud pública y que todos los profesionales sanitarios al unísono debemos trabajar para promocionar una vida saludable. No solo conseguir que los pacientes con obesidad adelgacen, sino que consigamos transformar sus rutinas de vida para que no vuelvan a engordar. Médicos, farmacéuticos, psicólogos, nutricionistas y entrenadores físicos especializados debemos trabajar en equipo para ayudar a estos pacientes”, concluye.

Una farmacia de Vigo acaba de ser sancionada con 60.001 euros por suministrar de manera irregular, durante 15 meses, 450 envases de un fármaco a una clínica privada de tratamiento de la obesidad, cuyo nombre no ha trascendido. Más allá de lo ilícito o la cuantía de la multa, lo más sorprendente de la sentencia es que el medicamento nada tiene que ver con la pérdida de peso.

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